Este fin de semana se celebrará en Madrid el IV Congreso del
Partido de la Izquierda Europea (PIE), en el que representantes de un total de
33 formaciones (26 partidos miembros y 7 observadores) de la izquierda
alternativa de toda Europa debatirán sobre qué alternativas son necesarias para
"refundar Europa", con la vista puesta en gran medida en las Elecciones
Europeas de 2014. Con este motivo, su presidente, Pierre Laurent, ha afirmado
en un artículo para Diariocrítico que "es la hora de la refundación solidaria
de Europa".
Izquierda Unida, el Partido Comunista de España (PCE) y
Esquerra Unida i Alternativa (EUiA) integran la representación estatal española,
además de otras fuerzas como Syriza (Grecia), Die Linke (Alemania) o el Front
de Gauche (Francia).
El congreso se clausurará el domingo, 15 de diciembre, con
la elección de su nueva dirección y contará con la participación de 300
delegados de todos los partidos integrantes del PIE, así como una amplia lista
de invitados, entre los que se incluyen movimientos sociales y sindicatos.
Entre estos últimos, participarán los dos líderes de la Confederación Europea
de Sindicatos (CES),
Ignacio Fernández Toxo y
Bernadette Ségol.
También están invitados partidos de la izquierda de todo el
continente. De hecho, como muestra del trabajo en cooperación con la izquierda
transformadora de América Latina y el Foro de Sao Paulo, será el vicepresidente
de Bolivia el que abrirá el Congreso, junto a
Cayo Lara y
José Luis Centella,
anfitriones de este gran encuentro de partidos.
Maite Mola, vicepresienta del PIE, explica que esta
formación pluriestatal representa una alternativa "frente a la socialdemocracia
europea que, como en Alemania, pacta para consolidar las políticas de Angela
Mérkel" o como en Francia, "con un Hollande que vuelve a enviar tropas a África
Central".
Con motivo de este IV Congreso, el presidente del PIE,
Pierre
Laurent, ha afirmado en un artículo en
Diariocrítico que
"es la hora de la
refundación solidaria de Europa". Escribe Laurent que "aquellos que en nuestros
países y en las instituciones europeas han optado por salvar a los bancos en
lugar de a las personas, que se atrevieron a burlarse de la democracia y que
están dispuestos a continuar por este camino, han perdido su legitimidad.
Durante los últimos seis años los ciudadanos de nuestros países, sin excepción,
se han manifestado por todas partes".
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