El panorama discográfico español está de enhorabuena. Y el de la música en directo, también. Por dos razones que confluyen en una, como dicen es el Dios verdadero. Confluyen en una de las diosas, o quizás la única que domina todos los 'palos' y géneros: jazz, blues, pop, funky, ópera, zarzuela y lo que sea menester. Y todo a la perfección. Pongamos que se habla/escribe de Patricia Kraus y su nuevo CD, 'Divazz', con el que, dentro de su gira, deleitará en un templo musical, 'el templo' de la música en directo, Galieo Galilei el 11-D.
Artista por los cuatro costados. Artista única e irrepetible con dominio
de todos los 'palos' musicales. El mítico apellido
Kraus tiene
continuidad en su grandeza musical. Y también en cuanto a idéntica
sencillez con la que se adornaba uno de los mejores tenores líricos de
la historia,
Alfredo Kraus. Su hija la polifacética Patricia -que nos
visitó en nuestra Terraza de Gran Vía, como puede verse en el vídeo-, dedicada a otros géneros
musicales que también borda, es igualmente una extraordinaria intérprete
y la negación de las divas.
Paradójicamente el próximo disco de la hija de
Alfredo Kraus se titulará 'Divazz', pero, como ella declara, "por lo del jazz", pues es el género que predomina. O sea, nada que ver con el divismo. Un disco que está acabado y saldrá a la venta -con presentación incluida en la sala Galileo Galilei- a finales de noviembre. De este y otros asuntos nos habló, sorprendida por la belleza del paisaje urbano que se divisa desde nuestra terraza. Que, por cierto, le inspiró para en el futuro "grabar un vídeo promocional de este de otros discos futuros", cual comentó.
Calificada como valienteEso sí, admite el calificativo de valiente por dedicarse a este tipo de música, jazz, blues, soul, funky, tan alejada de lo comercial, e incluso por atreverse con el disco, un formato a desaparecer y que aprovecha "para vender de la única manera", tras sus recitales. Y, hablando de valor torero y olé, al sacarle a colación la ya histórica -un siglo y, ¡ay!, en vigor- frase de
Mariano José de Larra de que "escribir en España es llorar", se amplía su habitual sonrisa y afirma que "aunque sea un milagro", ella lo está logrando.
Una sonrisa que aún es mayor cuando se le recuerda que quizás sea un borrón en su limpia, y límpida, trayectoria de servicio a la música en particular y a la cultura en general el que nos representase en Eurovisión en 1988, de lo que no se arrepiente: "Fue lo primero que hice". Inevitable era el recuerdo al gran
Alfredo Kraus, del que cuenta no sólo su "pureza como artista", sino también como persona y se enorgullece que "con e paso del tiempo se le valores más".
Ya saben, por ahora, la más inminente cita el miércoles 11 en Galileo Galilei. Seguiremos informando.