miércoles 13 de noviembre de 2013, 08:07h
Alguna vez nos han
explicado el porqué los tifones y los huracanes reciben nombre de mujer. Ni me
acuerdo, ni quiero, porque el nombre de Yolanda seguro que tiene connotaciones
positivas para millones de personas aunque en estos momentos estremece escuchar
su nombre. Miles de personas han
perecido por el azote de la naturaleza en el centro de Filipinas. De repente,
las imágenes de la película, real como la tragedia misma del tsunami de 2004 en
el sudeste asiático, "Lo imposible", inundaron las pantallas de todas las
televisiones.
Esta nueva catástrofe natural se ceba con una región que hace
poco tiempo sufrió un terremoto. El sufrimiento, la desesperación, el dolor, la
impotencia y el pánico de miles de personas ha conmocionado al mundo entero que
presta rápidamente su ayuda humanitaria para paliar los enormes daños que
sufren unos ciudadanos filipinos que si nos fijamos en sus apellidos son
descendientes de españoles. Pero no son
esos lazos históricos y familiares los que nos deben concienciar de la magnitud
de la tragedia; la cuestión estriba en sus condiciones de vida previas al
tifón, en la precariedad de sus viviendas y
en que no se produjo evacuación para evitar la elevada pérdida de vidas
humanas.
Y no hace falta recordar los
apellidos españoles de los muertos porque hace escasas semanas otra catástrofe
humanitaria se produjo en las aguas cercanas a la isla italiana de Lampedusa.
La miseria y la desesperación, con el engaño infame de las mafias, conducen
cada día a miles de personas a una
aventura suicida en el Mediterráneo. Son casos diferentes con un resultado
común: muerte y desolación, quiebra del ser humano y vergüenza para quienes
podemos y debemos ayudarles y no lo hacemos con la intensidad que se necesita.
Por eso, la lejanía de Filipinas no puede justificar que ignoremos la
catástrofe, la penuria extrema de miles de personas, sobre todo de los niños
expuestos a los indeseables sin escrúpulos, porque, además de su condición
humana, llevan apellidos españoles. Pero lo mismo debemos hacer en África,
invertir y promover el desarrollo político, económico, social y cultural de
esos pueblos para que sus vidas no naufraguen con un tifón o en el
Mediterráneo.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
24892 | davidfs - 13/11/2013 @ 13:00:30 (GMT+1)
El hecho de llevar apellidos españoles no supone lazos de sangre. Los apellidos se repartieron por sorteo entre los filipinos por las autoridades coloniales de la época por necesidades burocráticas.
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