Se
esperaba una crítica más acerada del principal partido de la oposición ante las
acusaciones de que el CNI grabó indiscriminadamente a personas en España y
ofreció los datos a sus colegas de los servicios secretos norteamericanos. Pero
sólo Izquierda Unida expresó aceradas quejas; Rubalcaba salió 'manso' al debate
con Rajoy, y todo el mundo entendió por qué: fue él quien puso en marcha el
sistema Sitel, que puede grabar prácticamente a quien quiera, y fue él también
quien defendió con más ahínco en Europa la puesta en marcha del programa Swift
para el intercambio de información entre Europa y el gigante norteamericano, aunque
con determinadas garantías.
Había
una 'tormenta política perfecta' originada por el conocimiento de que países
como España espiaron para Estados Unidos, facilitándole millones de datos y de
grabaciones presuntamente ilegales; pero
Alfredo Pérez Rubalcaba salió este
miércoles pasado muy '
manso' al ruedo parlamentario y, en el
debate sobre el Consejo
Europeo de octubre, prácticamente mostró su apoyo a
Mariano Rajoy en el
espinoso tema del espionaje. El asunto apenas ocupó unos minutos finales del
discurso de Rubalcaba, cuando era un tema candente en España y había levantado
chispas en el propio Consejo Europeo.
Las
razones para tanta suavidad son fáciles de adivinar, e incluso algunas las
explicitó el propio Rubalcaba durante su intervención:
"La
inteligencia compartida es fundamental para la seguridad de los países porque
los riesgos vienen del terrorismo internacional y del crimen organizado y, por
su propia naturaleza, son internacionales, y algo internacional debe combatirse
internacionalmente. Por tanto, este es un debate muy serio, el de compartir
inteligencia es un debate muy serio que afecta a la seguridad de nuestros
países, repito, sometidos a dos riesgos que tienen que ver todos ellos con la
política internacional. Y compartir información, como sabe esta Cámara, no es
fácil, cuesta mucho tiempo porque es esencialmente un ejercicio de confianza".
Rubalcaba,
siendo vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior de
Rodríguez
Zapatero, defendió en la Europa Comunitaria el 'programa Swift', de intercambio
de información con Estados Unidos, aunque contando con las garantías recíprocas
necesarias para que no constituyera un acto de 'vasallaje', por un lado, y por otro,
que tuviera algunas garantías necesarias de confidencialidad. Esa 'confidencialidad'
es la que conduce a la 'confianza', necesaria para que el sistema funcione,
según Rubalcaba. Pero el problema -he ahí la parte cínica- es que la confianza ha
quedado rota con las filtraciones del analista de la CIA y de la NSA
Edward Snowden.
Por eso, en el fondo fue el del miércoles un ejercicio de cinismo parlamentario.
Dijo
Rubalcaba al respecto en el Pleno del Congreso:
"Se
comparte información cuando se confía en aquellos que están trabajando contigo
[es decir, ¿qué no haya filtraciones como la de Snowden y se entere, por tanto,
la opinión pública?]. Y este es el tema que tenemos aquí, más allá de lo que se
haya hecho y de las responsabilidades que haya, que habrá que depurar y que
habrá que delimitar -esto es fundamental-, pero aquí hay un tema de confianza.
Lo que está poniéndose en riesgo es la confianza entre servicios de
inteligencia que llevan tiempo trabajando juntos y que han ido mejorando esa
confianza y por tanto la efectividad de su colaboración. Ese es el problema que
tenemos que debatir y eso es lo que hay que decirle a Estados Unidos. Se trata
de un problema de confianza. Si un servicio de inteligencia hace cosas en un
país que el servicio de inteligencia de ese país no conoce hay desconfianza, se
genera desconfianza".
La
España del 'sistema SITEL' que desarrolló RubalcabaRubalcaba
añadió en el debate que "si los servicios de inteligencia norteamericanos han
hecho cosas en España que España no conocía tenemos razón para decirles que han
generado una enorme cantidad de desconfianza en nuestros servicios de
inteligencia y en nuestra ciudadanía".
Pero
Rubalcaba no dijo ni una sola palabra sobre las acusaciones del director de la
NSA, el general
Keith Alexander, que insinuó que
fueron España y Francia
quienes espiaron y que les pasaron los datos. Y ahí es donde interviene el 'sistema
SITEL' que desarrolló plenamente Rubalcaba.
Hay
que recordar que SITEL (Sistema Integral de Interceptación de las
Comunicaciones Electrónicas) es un sistema de escuchas telefónicas del
Ministerio de Interior utilizado por la Policía Nacional, la Guardia Civil y el
Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El sistema se hizo público por primera
vez en 2001, cuando el Ministerio de Interior anunció una dotación de 1,8
millones de euros para su inicial puesta en marcha.
Ahora
bien, aunque SITEL fue contratado por Mariano Rajoy y la actual secretaria
general del PP,
María Dolores de Cospedal, y fue puesto en marcha por el
entonces ministro del Interior
Ángel Acebes, el proyecto se paralizó por las
dudas jurídicas que suscitaba.
Fue
sólo en la etapa de Rubalcaba cuando se obviaron esas dudas jurídicas y el
sistema alcanzó el máximo esplendor del que ahora disfruta. Todo parece indicar
que España, merced a este sistema, ha grabado millones de conversaciones y
tráfico de notas electrónicas, especialmente vinculado con el mundo árabe,
dentro de la lucha contra el terrorismo islamista. Por todas estas razones, y
algunas otras, Rubalcaba sale 'manso' a este tipo de debates.