sábado 19 de octubre de 2013, 11:47h
Las equidistancias gozan de
excelente prensa en la almibarada apoteosis de buenismo destilada por
los más ingenuos. El discurso, ya se sabe, resulta vacío de puro
conciliador; "no hay ni buenos ni malos, todos tienen razón, no
debe haber ni vencedores ni vencidos..."
El alarde con puñetazo en la mesa al lanzar el
órdago puede haber resonado por todo el bar, pero si te han pillado
el farol estas jodido. Bien jodido...
Cuando no se trata de
situarse en un idealizado punto de equilibrio entre dos simetrías
especulares, sino de una negociación de poder a poder como en el
caso de la ETA o de los nacionalistas catalanes o vascos sólo hay un
pulso entre dos fuerzas y la independencia es un programa de máximos
que nunca se conformará con apaños federalistas ni paños calientes
en forma de terceras vías. La equidistancia resulta imposible.
Ceder ante las pretensiones
de los etarras para que dejaran de matar era lo que pedían muchos
creyendo así calmar a la bestia. Sólo al interiorizar la
organización terrorista su derrota en términos de costes y
beneficios ha cesado la violencia. Cuando la lista potencial de
rehenes a ejecutar es de muchos millones de ciudadanos ceder un
centímetro de terreno ante la coacción sólo sirve para aplazar la
próxima exigencia.
Las voces que reclaman ahora
una negociación entre Madrid y los independentistas catalanes
proponiendo federalismos o terceras vías caen en el mismo error que
Chamberlain aplacando la voracidad de Hitler con un bocadito de
Checoslovaquia. Bueno, eso ya se intentó con el Estado de las
Autonomías a pesar de que los nacionalistas periféricos nunca
renunciaron por ello de manera expresa a la secesión. Una vez más
el buenismo equidistante pretendió situar la solución en un punto
medio; ni centralismo ni independencias; autonomías y competencias a
granel. El resultado está a la vista; sólo cedió una de las
partes.
Pero el nacionalismo vasco y
catalán, anclados en las teorías soberanistas anteriores a la Unión
Europea están revelando con el órdago de Mas lo que son hoy día:
tigres de papel en palabras de Mao y jugadores de chica y órdagos en
la jerga del mus. O sea, perdedores. En términos de costes y
beneficios las independencias dentro de la Unión Europea son
prohibitivas. No prohibidas, no. Simplemente prohibitivas.
Parafraseando a George
Steiner podemos decir: "Ahora sabemos que un hombre puede leer a
Goethe o Rilke por la noche, interpretar luego a Bach y Schubert, y
por la mañana dejarse arrebatar por la sinrazón nacionalista".
Pero a ese amante irracional de la cultura le debería bastar con un
recordatorio: según datos de 2012, Cataluña suponía solo el 1,44%
de la población de la UE y el 1,50% de su PIB. Y esos datos serían
anteriores a la inevitable deslocalización industrial y financiera
provocada por la huida en masa de las empresas de un mercado aislado
poblado por unos escasos siete millones de catalanes empobrecidos.
Para cuando una Cataluña independiente negociara con éxito su
ingreso en la UE, aun sin vetos de terceros, su economía sería
mucho más parecida a la de Sicilia que a la actual.
"¡Que nos proclamamos independientes,
Mariano!" insisten Artur Mas y Duran con tono amenazador. "¡Mira
Mariano que te organizamos la consulta!" chillan; "¡Que nos
proclamamos! ¿Ehh?", insisten en su órdago. "¡Danos el
concierto a la vasca y nos llevamos la grande, los pares y el
juego!". Pero el tono de voz deja escapar un involuntario gañido
desesperado y a Mariano se le achinan los ojos ladinos tras las
gafas.
Si los 7 millones de
consumidores catalanes parecen pocos comparados con los 500 millones
del mercado único de la Unión Europea mas ridículo es el caso de
los poco más de 2 millones de habitantes de Euskadi, cuya renta
sería en poco tiempo similar a la de Albania. Además, en el caso de
esas empresas deslocalizadas no es difícil imaginar su más que
probable destino por proximidad geográfica, cultural e idiomática;
España. Ahí está, que es lo que significa en euskera "hor dago".
Así las cosas Rajoy, buen
jugador de mus, le ha pillado la seña de "ciego" al Molt
Honorable Mas. Al presidente de la Generalitat no le entran cartas.
Ni reyes ni pares ni juego. Pero nada de eso le ha detenido. Su
compañero, Duran, cada vez más harto de tanta chulería sin
respaldo ya tuerce el gesto, amenaza con abandonar a su pareja y
amaga levantándose de la mesa. Y en la silla de al lado Rajoy sonríe
de soslayo, mastica su puro y espera tranquilo viendo como Artur Mas
se hunde con sus órdagos sin cartas. Se arrenalga en la silla del
bar y pide otra copa para mojar el puro. Él sí puede esperar hasta
el 2014. Y hasta el 2015. Disfruta viendo pelearse a la pareja
contraria; lleva "solomillo", es "mano" a falta de dos
amarrecos y no tiene prisa... En el mus, como en la vida, no hay
equidistancias.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (8)
24439 | B T-M - 21/10/2013 @ 20:42:32 (GMT+1)
"un farol inviable por su precio". Tiene usted razón señor Teseguite, yo tendría que haber matizado esa afirmación. A los consumidores compulsivos y locos caprichosos no les importa el precio. Reitero mi agradecimiento por su comentario.
24412 | Teseguite - 20/10/2013 @ 15:25:57 (GMT+1)
Creo que el decir que Cataluña o País Vasco no serían estados viables no es correcto. Mire vd el mapamundi y verá estados "viables" enormemente pobres. Por tanto eso de la viabilidad es muy relativo. Lo perverso del asunto es que a los fanáticos que tienen el poder en Cataluña desde la jubilación de Tarradellas no les importa un retroceso de 50 años en la bienestar o en las libertades de los catalanes. Ellos quieren ser independientes y eso será irreversible. Si esa independencia cuesta bienestar o riqueza e incluso sangre, eso no tiene ninguna importancia para ellos. Hay que tener en cuenta además que la decadencia de esa sociedad afectaría a los ciudadanos pero no a esas élites que controlan Cataluña, que están bien blindadas económicamente. En cuanto al papelón de Durán no es sino la vieja táctica del separatismo de jugar a la puta y a la ramoneta: o nos independizamos ya (Mas) o dame todo lo que quiero para independizarme gratis total mañana por la mañana (Durán).
24410 | B T-M - 20/10/2013 @ 13:10:18 (GMT+1)
Muchas gracias por su comentario, señor Grillo. Hacía tiempo que no le leíamos por aquí. Yo también he visto el artículo de Ramoneda, y parece calcado de los argumentos de Duran. Muy interesantes las declaraciones de Homs, consejero de la presidencia catalana advirtiendo a Europa de su final apocalíptico sin los catalanes. ¡El coco, que viene el coco!
24409 | Grillo - 20/10/2013 @ 13:06:26 (GMT+1)
Alerta Josep Ramoneda hoy en "El País" ¡Que viene el coco!: "Duran i Llaida advierte a Rajoy contra la sordera de Madrid reconociendo que una parte importante de la sociedad catalana no quiere inestabilidad y descarrilamientos en el proceso en curso (sea lo que sea eso). Pensar que todo es un problema de debilitar a Mas es no enterarse de lo que pasa: Mas está a la baja, pero Junqueras, al alza. (¡El coco, que viene el coco!) Y el mimetismo con el plan Ibarretxe solo expresa la pereza de pensar de los gobernantes. Ni siquiera se quiere entender la señal que viene de Cataluña: estas cosas pasan porque el régimen español está completamente deteriorado. Ningún propósito de reforma. Vía directa a la confrontación", dice Ramoneda ( ¡El coco, ya llega el coco!) ¿Y? Cunde el pánico si queda al descubierto toda la mascarada sobre la escasa viabilidad de una Cataluña o una Euskadi independiente. La política de las autonomías se ha basado en la ficción de que era necesario siempre ceder para contentar a los nacionalperiféricos atrasando la independencia. Si se demostrara que el emperador está desnudo y que esas independencias son inviables se le caerían los palos del sombrajo a más de uno.
24403 | B T-M - 19/10/2013 @ 23:24:31 (GMT+1)
Muchas gracias por su comentario, señor Au Contraire. Empecemos por el final del mismo: "¿A favor delas comunidades autónomas?". Las competencias no se ceden o recuperan para favorecer a unos entes llamados autonomías ni a 17 élites políticas dedicadas al clientelismo político, sino que se ceden o recuperan a favor de los ciudadanos, y puestos a celebrar democráticas consultas se les debería preguntar a ellos, es decir, a todos los españoles si quieren que la Educación vuelva a manos del Ministerio. ¿Y por qué no? Vistos los resultados de los informes internacionales sobre la educación en España no se puede hacer peor de los que lo han hecho las autonomías. Y a un precio escandaloso. Pero para negociar con la sartén por el mango deben darse dos condiciones; que la independencia resulte ser un farol inviable por su precio y que cualquier partido que gobierne en Madrid no necesite pactar con los nacionalistas periféricos. Entonces podríamos plantearnos si esa tercera vía podría pasar por recuperar competencias como eje central de cualquier negociación. ¿Planteamos una consulta democrática para que todos los españoles en virtud de su "derecho a decidir" determinen que competencias deben devolver las comunidades autónomas? Un abrazo, señor Au Contraire; le admito lo de la "aberración" agarrándome a la definición de la misma como "acto o conducta que se aparta de lo aceptado como lícito", pues ilícito parece hoy día el sentido común de dar marcha atrás cuando algo no funciona.
24402 | Tojours au Contraire - 19/10/2013 @ 23:23:37 (GMT+1)
Es que eso que dice usted es una aberración. Nadie se imagina otra negociación que no sea para descentralizar el Estado a favor de las comunidades autónomas.
24398 | B T-M - 19/10/2013 @ 20:31:28 (GMT+1)
Muchas gracias por su comentario, señor Teseguite. Lo mío es más metáfora que análisis, y su cercanía a la realidad, o no, está condicionada por ese carácter. Muchos juegos de cartas, no sólo el mus, reflejan las condiciones de una negociación, con sus cálculos de probabilidades, bazas, "blufs", psicología del lenguaje no verbal y compenetración con el socio que hace de pareja. Yo no creo que Cataluña sea una dictadura étnica. Aún no. Pero admito que apunta maneras cuando multa por la rotulación impuesta en una lengua. Uno puede pasearse por el Barrio chino de San Francisco sin ver ni un solo cartel en inglés. Allá cada cual con su comercio. Tampoco creo que "la burguesía catalana y el poder financiero catalán quieran destruir España y quedarse con sus despojos". Esos no tienen más patria que la pela, y una España rica en una Europa de 500 millones de consumidores les garantiza un mercado donde vender más. Si estoy de acuerdo con usted en devolver la educación a manos del Estado. Y si tuviera que haber alguna negociación con los nacionalistas periféricos tendría que ser sobre las competencias que deben volver a la racionalidad de una estructura única. Cuando hace unos meses, y precisamente a raíz de unas criticas catalanas, el debate político se centró en la legitimidad y justicia del Concierto Vasco y Navarro y la posibilidad de renegociarlo una densa tranquilidad se apoderó del escenario nacionalista vasco. No hay nada como sentir la posible pérdida de algo para empezar a valorarlo. Tal vez si los nacionalistas periféricos se dieran cuenta de que las competencias pueden ser devueltas al Estado valoraran su cuasi independencia dejando de dar la matraca con la autodeterminación que practican, de hecho, cada cuatro años. Y por último; su mención de los "paisos catalans" o el imperialismo de llamarse Ernesto. Lo curioso del nacionalismo es como potencia las afirmaciones identitarias cuando pretende imponerse a entidades más pequeñas. Como los valencianos o mallorquines que reivindican su especificidad frente a Cataluña. Al respecto me gusta recordar el caso de Quebec, tan mencionado y sacado a colación por todos los secesionistas como ejemplo. Pues bien Inuits, la tribu Métis, los Mohawks, los Cree y otros pueblos amerindios insertos en Quebec ya han dicho que sus tratados fueron firmados con el Canadá, y que en el caso de una eventual independencia del territorio ellos quieren que sus extensas tierras sigan ligadas al Canadá como hasta ahora. ¿Está dispuesto a pagar el nuevo país el precio de perder tantas extensiones? Todo, siempre, tiene un precio. ¿Están dispuestos los independentistas catalanes a pagarlo convirtiéndose en la Sicilia de la Península Ibérica? Su patético ejemplo disuadiría cualquier nueva tentación "romanticista" al ver cuan fácilmente se pierde un órdago sin cartas.
24397 | Teseguite - 19/10/2013 @ 14:06:04 (GMT+1)
Mucho me temo que su análisis diste mucho de lo que es la realidad. No se trata de un farol de una partida de mus. Ni mucho menos. Cataluña es una dictadura étnica y todo en ella ha girado desde principios de los años 80 del pasado siglo en preparar a las masas para los acontecimientos que se producirán en los próximos meses. Cataluña está gobernada por fanáticos a los que han votado fanáticos que han sido programados en el fanatismo por el sistema nacionalista, ya sea a través de la enseñanza o de los medios de comunicación del régimen. Evidentemente algunos de esos fanáticos no han necesitado conversión sino que ya venían convertidos de casa pero muchos "charnegos" han abrazado la fe nacionalista con frucción porque aspiran a integrarse en esa sociedad "superior" que les venden y no quedarse en la pura marginalidad. Cataluña es una sociedad dirigida como lo fueron otras muchas dictaduras en Europa en el siglo XX. La burguesía catalana y el poder financiero catalán quieren destruir España y quedarse con sus despojos. Los españoles deberíamos aprender algunas lecciones tras esta crisis: la educación debe volver a ser una competencia del estado; el estado no debe abandonar ninguna región y a sus ciudadanos y dejarlos en manos de fanáticos nacionalistas; la nueva España que resulte tras este proceso (si es que no hay café para todos de independencia) debe ser un país unido y cohesionado en donde los ciudadanos se sientan orgullosos de llamarse españoles. Pero, ojo, el cáncer de Cataluña para España no va a terminar en su independencia. Ellos son imperialistas y aspiran a llerase los paisos catalans a su imperio.
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