Historias Ejemplares
David y Cristina: Emprendedores de fondo y con mucho músculo
lunes 21 de octubre de 2013, 12:02h
El culto al cuerpo no entiende de crisis. Esto al menos es lo que piensan
los vallisoletanos David Dosuna (24) y Cristina Díez (21), quienes se
han embarcado en una aventura empresarial, abriendo su propio gimnasio
en la calle Julio Ruiz de Alda, en el barrio de Delicias de Valladolid.
David es entrenador personal, con formación en dietética y
nutrición, aunque su experiencia laboral ha ido siempre por otros
derroteros. Su trabajo como frigorista terminó hace tiempo, igual que
terminó también su prestación por desempleo. Su afición por el mundo del
deporte en general, y de los gimnasios en particular, le dio la idea de
abrir su propio gimnasio junto con su novia Cristina, monitora de
musculación y fitness.
«A pesar de la situación económica actual, parece
que el mundo del deporte, de cuidar el físico y la salud, está cada vez
más de moda, así que nos decidimos a emprender», explica David.
La búsqueda del local no fue tarea fácil, aunque
finalmente, la suerte estuvo de su lado.
En una de las calles más
transitadas de Delicias encontraron lo que buscaban. Se trataba de un
amplio local donde anteriormente ya hubo un gimnasio instalado, lo cual,
les facilitó en gran parte la gestión de las licencias necesarias.
El apoyo familiar ha sido fundamental en el desarrollo de
este proyecto. La abuela de David les prestó el capital suficiente para
poder empezar, y los padres, tíos y abuelas de ambos, colaboraron
activamente en la reforma y limpieza del local.
En dos meses tuvieron
todo listo para la apertura de su gimnasio, 'Train Hard'. «No teníamos
muy claro qué nombre poner, porque nos daba miedo elegir uno en inglés y
que la gente no lo recordara. Train Hard nos recordaba que hay que
luchar duro por aquello que se quiere, y en un gimnasio, si quieres
bajar peso o coger músculo, hay que entrenar mucho y ser muy constante.
De ahí el nombre», afirma Cristina.
También eligieron un eslogan, «el límite lo pones tú»,
conscientes del esfuerzo que deben hacer sus clientes por conseguir sus
propósitos. «Cada persona sabe hasta dónde puede llegar, cuáles son sus
metas y sus posibilidades, a mayores metas, más grande tendrá que ser el
esfuerzo para conseguirlo», explican.
Para esta pareja lo primordial es la salud de sus clientes.
Atendiendo a sus objetivos, David y Cristina les preparan su rutina de
entrenamiento, dieta, control de peso medición de grasa y masa muscular...
todo ello, incluido en la cuota mensual de 31 euros. «No tenemos
establecida ninguna matrícula», aclaran. En breve, pondrán en marcha
actividades como zumba, kick boxing, boxeo, pilates, gimnasia de
mantenimiento y kárate. La oferta se completa con cafetería, solárium y
una sala para masajes, depilación láser y estética.
Además, han
implantado un amplio horario para facilitar que sus clientes puedan
compaginar sus actividades deportivas con los quehaceres diarios.
«Intentamos satisfacer la demanda de todo tipo de clientes. Nos hemos
adaptado a los tiempos de crisis con los precios más bajos que nos
podemos permitir, y siempre con un buen trato y un buen ambiente entre
toda la gente, siendo un gimnasio cercano», indica David.
Dura competencia
Estos emprendedores tienen que luchar contra una dura
competencia, no sólo la provocada por el resto de gimnasios, sino
también los hábitos de vida cada vez más sedentarios de sus potenciales
clientes, y la estacionalidad del negocio, que tiene un aumento de
asistencia en los meses de septiembre a diciembre. A pesar de todo, han
arrancado con una gran acogida por parte del público.
«No nos
imaginábamos una respuesta tan positiva. Desde el primer día, a pesar de
abrir en la semana de ferias, ha ido todo fenomenal. Lo mejor, el trato
con la gente. Nosotros intentamos ser muy cercanos, de forma que no
tengan reparos en pedirnos ayuda. Este trabajo nos gusta de verdad».