A mí es que
me gusta la Literatura. Y aunque soy omnívora, ese temblor de lo estrictamente
literario.... Tras sus memorias (Quemar los
días) he leído con entusiasmo dos de esas reediciones, dos obras maestras
de James Salter. La primera es Juego y distracción, en inglés A Sport and a Pastime, título que toma de
una frase del Corán : "¡ Sabed que la vida del mundo es juego y distracción...! "
. Con un lenguaje muchas veces poético, narra los ardientes amores de un joven
estudiante norteamericano con una jovencita francesa en los años cincuenta y en
el ambiente enigmático de varias ciudades francesas cercanas a Dijón. A la
historia de amor, furiosa y gélida a la vez, llegamos en la voz de un tercer
personaje que se mantiene casi siempre en la sombra, pero que pone su mirada
morbosa sobre unos encuentros sexuales que se dibujan entre la realidad y la
imaginación, entre la vigilia y el sueño de su solitario observador. Las
aventuras motorizadas, esos viajes en un descapotable llamativo por las
carreteras de Francia, por los viejos hoteles de provincia y sus rancios
restaurantes, crean una atmósfera única y desoladora.
Estoy segura
que los lectores de Juego y distracción
van a quedar marcados por esta novela, que sorprende por su voltaje poético y
sus atrevidas escenas de sexo explícito, narrada con frases cortas que me han
recordado a mi admirada Margueritte
Durás. A ella suenan también los cambios temporales y de perspectiva, y los
diálogos superpuestos. Una pequeña joya, poco más de doscientas páginas, que
nos cautiva.
La segunda
novela de James Salter que les
recomiendo hoy es quizá su obra más importante: Años luz, la voluminosa saga
de un matrimonio de apariencia perfecta que vive en una casa a orillas del río
Hudson en las afueras de Nueva York. Salter
hace el seguimiento, durante un par de décadas, de ese modelo de felicidad
ideal que es el matrimonio. Y nos cuenta cómo, poco a poco, se va
resquebrajando para arrastrarnos a la decadencia y la muerte. Es un gran fresco
de la vida burguesa sembrada de secretos y de traiciones, en el que la vida
fácil y los placeres ocultan un trasfondo oscuro que terminará llevándolos a
una tragedia inevitable. Con el mismo inconfundible estilo que Juego y distracción, pero dilatándose en
las historias cruzadas de muchos personajes secundarios, el matrimonio que
reúne a todos y su gran casa tras el bosque, da a Años luz la grandeza y el patetismo que hay siempre en la vida
humana.
Y otra cosa:
entrar en estas novelas es entrar en un dos mundos. Son de las que sustituyen
por unas horas, por unos días, después de leerlas también, la propia vida. Son
libros para ir a vivir, con todo lo que, de terrible y de maravilloso, tienen
esas vidas. Que no son, pero podrían ser, o haber sido, las nuestras.
- Ediciones anteriores de 'Lágrimas de cocodrilo'
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