Un muy concurrido desayuno 'socialista' en
Madrid en torno a
Susana Díaz, la nueva presidenta de Andalucía, dio cauce este
jueves a muchas especulaciones, a no pocos rumores e hipótesis en torno a lo
que vaya a ocurrir dentro del principal partido de la oposición, que hasta
ahora aparecía como aletargado. Díaz, sin duda una persona de carácter, hizo un
discurso no de presidenta autonómica, sino más bien de candidata a las
elecciones generales, aunque, por supuesto, nadie piense que, dada su posición,
vaya a concurrir a las primarias de su partido. Pero el proceso parece
animarse: a los nombres de
Eduardo Madina,
Patxi López y
Carme Chacón, hay que
añadir otro probable candidato a las primarias, el navarro
Juan Moscoso. Y, creían
en los mentideros del PSOE, está también la figura de
Alfredo Pérez Rubalcaba,
a quien muchos veían tentado de repetir suerte como cabeza de candidatura.
El panorama, pues, se anima, cuando falta apenas un mes para
esa magna conferencia socialista de la que saldrá la convocatoria de la fecha
de las primarias y un programa más definido que hasta ahora proponiendo una
reforma constitucional y una serie de reformas legales de calado: una propuesta
de regeneración para España, lo llaman. Mientras tanto, se han convocado
numerosos mítines y actos para multiplicar las oportunidades de hostigar al
Gobierno de
Rajoy y al partido que lo sustenta.
Era hora de que algo empezase a moverse en un PSOE demasiado
agobiado por las tensiones internas, lastrado por la falta de iniciativas y
ahogado por la tardanza impuesta por Rubalcaba para celebrar elecciones
primarias. Susana Díaz mostró que a ella no le pesan ni los complejos ni el
pasado: de un plumazo arremetió contra la 'era Zapatero' y pasó
revista no a los problemas de su Comunidad, sino a los de toda España, comenzando
por Cataluña, mientras Rubalcaba, empecinado en sus silencios, parecía mirarla
sorprendido; no es la presidenta de la
Junta de Andalucía persona con la generosidad suficiente como
para dejar protagonismo a su teórico superior en el partido cuando, como
advirtió, la invitada al desayuno multitudinario de Nueva Economía era ella.
Tengo la sensación de que este jueves nacía una estrella en
el firmamento de la alicaída oposición. Reconozco que, entre los posibles
candidatos a presidir la Junta
andaluza, siempre pensé que ella tenía menos méritos, peor currículum y muchos
más desconocimientos que, por ejemplo, el consejero -ya ex consejero-Luis
Planas. Pero esta mujer, con fiero instinto político, va a dar una dura batalla
por mantenerse al frente de la Comunidad
Autónoma más populosa y grande de España, sea quien sea el
adversario que le presente el PP, partido en el que también se barajan varios
nombres, siendo el del alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, el más citado...por
el momento. El encontronazo, en todo caso, va a ser importante, porque Andalucía
es una Comunidad que, ya se sabe, constituye el granero de votos de cualquier
formación que quiera gobernar España. Y una victoria arrolladora en tierras
andaluzas sería requisito fundamental para que el PSOE pudiese plantearse
volver, cualquiera que fuere el ocupante surgido de las primarias, al principal
despacho del complejo de La Moncloa. Ya
digo: esto se anima.
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