El anteproyecto de ley de la futura reforma de pensiones aún puede sufrir
algunos cambios antes de que esté en vigor. En los Presupuestos del año que viene el PP incluye una subida pírrica
del 0,25% en la nómina de los pensionistas, que un año más perderá
capacidad de compra al no subir en la misma proporción que los precios, que lo hacen en un 2%. Los responsables del Ministerio de
Empleo mantienen una negociación con patronal y sindicatos. Y, en paralelo, la ministra Báñez presenta el texto este martes en el Parlamento
Para actualizar año a año las pensiones, el Ejecutivo ha propuesto una
fórmula -con límites- que se basa en la salud de las cuentas de la Seguridad
Social. Esto, según la ministra de Empleo, Fátima Báñez, introduce
"certidumbre" para los pensionistas actuales y futuros.
La ecuación propuesta tiene en cuenta los ingresos y los gastos del sistema
de pensiones y busca su equilibrio financiero. Para disminuir la volatilidad
que este tipo de fórmula podría acarrear anualmente, los creadores de la
ecuación (la docena de expertos que la Seguridad Social designó en primavera),
propuso que se tuviera en cuenta tanto el año en curso como los cinco o seis
ejercicios inmediatamente anteriores y posteriores, y que tendiera a corregir
los posibles desequilibrios financieros.
La opción del Gobierno ha sido tomar los cinco años pasados y futuros, más
el año en curso. Esta última parte, en sí misma, ya introduce un factor de
discrecionalidad para el Ejecutivo de turno, ya que serán sus previsiones sobre
ingresos las que se tomen para los cinco años futuros.
Pero hay otro elemento decisivo y que también da un gran margen de
discrecionalidad: la velocidad a la que se tiene que corregir el equilibrio
financiero y que de ser muy rápido puede suponer un resultado negativo de la
ecuación. Esta, según un documento entregado a los agentes sociales, dependerá
año a año de los presupuestos generales del Estado y no quedará fijado en la
Ley General de la Seguridad Social, como pensó el grupo de expertos que emitió
su informe en junio.
Con esta opción, la discrecionalidad del Gobierno aumenta y la
previsibilidad y "certidumbre" desciende.
Si bien, a falta de cambios de última hora que, dada la mayoría absoluta
parlamentaria del PP, no serán de calado,
estas son algunas claves para
entender qué ocurrirá con las pensiones del futuro tras la reforma:
¿A quiénes afectan los próximos cambios?
La reforma tiene dos novedades principales. La primera de ellas, consiste en
un cambio en el sistema de revalorizar las cuantías de los nueve millones de
pensiones existentes. Esto, por tanto, afecta a todos los pensionistas
existentes y a los futuros. La segunda de las novedades es la creación de un
factor de sostenibilidad, que ajustará la cuantía inicial de las futuras
prestaciones de jubilación a la esperanza de vida. Este último cambio afectará
a todas las nuevas pensiones que se den de alta a partir del 1 de enero de
2019. Las que ya se cobran y las que vayan dándose de alta hasta esa fecha no
se verán recortadas por este ajuste.
Cómo se revalorizan las pensiones antes y después de la reforma.
Desde 1997, las pensiones se revalorizan anualmente según el dato del IPC de
noviembre. Así, los pensionistas reciben cada mes de enero una paga única que
les compensa la diferencia entre el aumento aplicado por la previsión de IPC
del año anterior y el IPC real de noviembre. Y esa cantidad se incorporaba para
siempre en las nóminas de los pensionistas. De hecho, el Gobierno calcula que
el 27% de la nómina total del gasto en pensiones es atribuible a las sucesivas
revalorizaciones anuales. Si el IPC de noviembre era inferior a la subida
aplicada al inicio del año, los pensionistas no tenían que devolver la
diferencia. Además, junto a esta actualización, las pensiones podían
experimentar las subidas que cada Gobierno estimara oportunas, en función de
las disposiciones presupuestarias.
Desde el próximo 1 de enero de 2014 cambiará este sistema de actualización
de las pensiones, que pasarán a actualizarse con un nuevo índice de
revalorización.
¿Qué es el nuevo índice de revalorización?
Este indicador fijará la cuantía en la que subirán cada año las pensiones a
partir de ahora. Esta cuantía será el resultado de una compleja fórmula
matemática que tendrá en cuenta los siguientes datos:
a) El importe de los ingresos y los gastos del sistema de Seguridad Social y
su incremento o descenso anual en los cinco años anteriores, el ejercidio en
curso, y las previsiones para los cinco posteriores.
b) La tasa de variación anual del número de pensiones contributivas,
calculado también con una media móvil de los cinco años anteriores, el año en
curso y las previsiones de los cinco posteriores.
c) Evolución del efecto sustitución, que consiste en la variación interanual
de la pensión media del sistema de cada año, antes de aplicarle la
revalorización.
d) Velocidad de ajuste: es el número de años -fijado en tres o cuatro- en
los que cada Gobierno puede trasladar el esfuerzo presupuestario, según haya
déficit o superávit.
¿Podrán bajar las pensiones con el nuevo índice de
revalorización?
No. Y tampoco podrán congelarse. Así, independientemente de cual sea este
índice, la ley impone un suelo y un techo, con lo que todos los años, aunque el
resultado de la fórmula dijera que se deben bajar las pensiones, tendrán que
subirse como mínimo un 0,25%. Y si el indicador mandara subir más de ese
porcentaje, la norma también pone un tope y las cuantías no podrán subir más
del IPC de diciembre del año en cuestión, más un 0,25%.
Lo que sí puede ocurrir es que las pensiones se devalúen. Esto ocurrirá los
años en los que el índice de revalorización resulte inferior al IPC de ese
ejercicio y el Gobierno no decida agotar el margen de subida que le permite la
ley.
¿En qué consiste el factor de sostenibilidad que se aplicará
desde 2019?
Será un coeficiente que se aplicará en el momento de calcular la primera
pensión de los nuevos jubilados a partir del 1 de enero de 2019. Este
coeficiente se sumará a los parámetros ya existentes para calcular la pensión
inicial (edad de jubilación, número de años cotizados, cantidad aportada etc.)
y relacionará la cuantía de la prestación con la esperanza de vida del perceptor
en el momento de cumplir los 67 años. Este factor se revisará cada cinco años
en función de la evolución de la esperanza de vida cada lustro.
¿La aplicación del factor de sostenibilidad podrá recortar la
cuantía de la pensión?
Sí. Según los cálculos elaborados por el grupo de expertos nombrado por el
Gobierno para diseñar dicho factor, este tendrá un efecto gradual y muy lento.
Pero en las actuales condiciones, las prestaciones podrían recortarse en el
entorno de un 5% cada diez años.
No obstante, si la base media de cotización del sistema aumentara por encima
del 5% en ese mismo periodo, la pensión real aumentará, en lugar de disminuir.
"Hemos calculado que lo normal es que se produzca este aumento", ha asegurado
el jefe de Estudios del BBVA, Rafael Domenech, miembro de este grupo de
expertos.
¿Esta reforma garantiza que el sistema Seguridad Social no vaya a
necesitar nuevos ajustes?
No. De ninguna manera. Otra de las conclusiones que pasaron más
desapercibidas del informe de los expertos sobre las pensiones aseguraba que,
si no se introducen nuevas reformas (que aumenten los ingresos y/o ajusten los
gastos), el efecto del baby boom a partir de principios de la próxima
década hará que "la pensión media del futuro sobre el salario medio disminuirá
significativamente".
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