El mal de muchos no es consuelo para nadie
sábado 28 de septiembre de 2013, 12:17h
Que conste ante todo que le tengo un enorme respeto a la clase
funcionarial española y que considero que hacen una labor impagable en
el sistema que nos hemos dado. Aunque son muchos que siguen contemplado
al funcionario como lo hacía hace casi tres siglos Mariano José de Larra en
su "Vuelva usted mañana", con sus manguitos, sus gafas y su mala leche
detrás de una ventanilla, lo cierto es que las cosas han cambiado mucho
desde entonces y funcionarios del Estado o de la Comunidad son desde los
policías que se encargan de mantener el órden a los médicos que salvan
miles de vidas a diario pasando por los profesores que educan a nuestros
hijos, los jueces que imparten justicia o los militares que tienen la
dificil mision de defendernos o colaborar en misiones en el extranjero.
Hombre, también están todos aquellos a los que te encuentras desayunando
durante más de una hora en la cafetería o yendo al supermercado a media
mañana, pero son los menos. Dicho ésto me parece que la medida que
acaba de adoptar el Gobierno de Mariano Rajoy a la hora de
elaborar los presupuestos generales del Estado para 2014 de congelar por
cuarto año consecutivo el sueldo de los funcionarios es dura pero no es
para plantear huelgas generales de la función pública ni mucho menos ni
para rasgarse las vestiduras como si ellos fuesen los únicos que están
pagando el pato de la crisis.
Porque no es verdad. El pato de la
crisis lo estamos pagando todos, pero sobre todo, los empleados de las
empresas privadas que han sido puestos de patitas en la calle desde hace
tres o cuatro años mientras ellos siguen conservando sus puestos de
trabajo, a Dios gracias. Además, los escasos empleados del sector
privado que aún continuan en su puesto de trabajo y no se han visto
afectados por EREs o cierres empresariales, llevan tres años no con sus
sueldos congelados sino aceptando convenios colectivos con rebajas de
hasta el veinte por ciento de sus salarios para poder mantener sus
empleos. Ya sé que una cosa no justifica la otra ni creo en el refrán
que afirma que mal de muchos, consuelo de tontos, pero hay que poner
todas las cartas sobre la mesa a la hora de analizar los problemas. ¡Qué
más hubiese querido yo que me recortaran el sueldo del ABC desde 2009 y
que me pudiese haber jubilado a los 65 años y no me hubiesen puesto en
la calle con sólo 55 años! Y como yo, a una treintena de compañeros que,
en el plazo de tres años, fueron despedidos con unas indemnizaciones
supuestamente "generosas" que, visto lo visto, no dan ni para que una
familia subsista malamente ni cinco años.
Si acudimos a las frias
cifras, podemos comprobar que en España hay actualmente algo más de
tres millones de funcionarios repartidos en Universidades, Diputaciones y
Cabildos, Ayuntamientos, Administración de las Comunidades Autónomas,
Entidades Públicas Empresariales, Administración de Justicia, Fuezas
Armadas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Administración
General del Estado. No se cuentan aquellos que están colocados "a dedo"
en la Administración por los partidos políticos que Gobiernan en cada
Ayuntamiento, Diputación, Comunidad Autónoma u otro tipo de intituciones
públicas como "personal de confianza" y muchos de los cuales acaban
entrando como funcionarios fijos tras las triquiñuelas que aprueban los
distintos Ejecutivos.
No sé a ustedes, pero a mí me parece
excesivo este número que ha ido engordando paulatinamente desde el
inicio de la democracia. Resulta penoso que en estos momentos no se
cubran las bajas de los médicos o de los profesores cuando las que no se
tenían que cubrir son las de aquellos que se encargan de marear papeles
y revisar lo irrevisable, simplemente porque tiene el carnet del
partido o del sindicato, para hacerle la puñeta al administrado. Ahí
podría estar la clave. Ahí y en que los políticos que nos gobiernan
die+ran ejemplo congelándose también sus sueldos o, mejor aún,
recortándolos para hacer causa común con el resto de los ciudadanos. Por
lo demás, lo dicho, el mal de muchos en estos momentos no es consuelo
para nadie, ni siquiera para los funcionarios. ¡Ah! Y del tema de las
vacaciones anueles prefiero no hablar porque aquello de los "moscosos"
clamaba al cielo.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
24011 | Segismundo - 30/09/2013 @ 14:22:48 (GMT+1)
Yo, humilde funcionario, no tengo argumentos para rebatir a los muchos genios esclavizados de la privada, parados revenidos y gentuza varia que escribe y "razona" aquí contra los funcionarios. Lo único que puedo decir es que me peo en todos los asquerosos de la triste España de Caín que están "renegaos" y cargan contra todo aquéllo que no sea "su colectivo", sea éste el de los autónomos, parados, subsidiados, políticos, másters del Universo no reconocidos o su pastelera madre.
Me hago cargo de vuestra explotación, envidia, rencor, hambre e imbecilidad. Sólo os puedo ofrecer mi solidaridad en forma de ventosidad furibunda:
Prrrrt, flushhhhhhh....me peo en vosotros. Que os aproveche!
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