Nunca lloverá a gusto de todos
miércoles 25 de septiembre de 2013, 12:53h
Llevo
unos días escuchando en las tertulias, tanto a los expertos tertulianos como a
los ciudadanos que libremente pueden intervenir en ellas, los pros y los
contras, los dimes y diretes, en relación a la intervención quirúrgica a la que
se sometió anoche Su Majestad esta noche en la Clínica Universitaria Quirón de
Madrid. Los hay que apoyan que D. Juan Carlos haya elegido la sanidad privada
para la intervención, porque de este modo no se "incordia" a los ciudadanos,
toda vez que si se hubiera realizado en un hospital público, se tendría que
haber cerrado una planta o parte de ella, por seguridad. Otros, critican la
decisión del Rey y la Casa Real, porque entienden que la intervención se
tendría que haber realizado en la Sanidad Pública, que es una de las mejores
del mundo y que da muy mal ejemplo acudiendo a la Privada. En fin, que nunca
lloverá a gusto de todos y menos aún ahora, cuando se trata de "medicalizar" la
abdicación del Rey, decisión que desde luego y al menos en este caso no tiene
ningún argumento clínico-científico.
Cuando
el viernes pasado por la mañana se hablaba de un cirujano de la Clínica Mayo,
una gran mayoría de los medios criticaban ya a la Casa Real el hecho de que el
Rey fuera intervenido en Estados Unidos. Menos mal que luego, en la rueda de
prensa que con toda transparencia se llevó a cabo en La Zarzuela, se aclaró que
el cirujano era de Mondoñedo, español, pero que trabajaba y con mucha eficacia
en la Clínica Mayo de Rochester en Estados Unidos, y que la intervención iba a
ser su responsabilidad y la de su equipo, pero en un Hospital español de la
Comunidad de Madrid. Pero según parece, esta decisión también abre las puertas
a los debates y las tertulias.
Otros
defienden que la intervención se realizara en una clínica privada, porque dicen
que "no se hubiera entendido que el Rey se saltara la lista de espera del resto
de ciudadanos"; algo similar a lo que ya sucediera cuando fue intervenido del
nódulo pulmonar en el Hospital Clínic de Barcelona en Mayo de 2010. Me gustaría
aclarar dos conceptos, uno como médico y otro como ciudadano. Tanto en el caso
del nódulo pulmonar, como ahora con la infección de la prótesis de cadera, el
Rey no se hubiera saltado ninguna lista de espera, como no lo hizo en 2010, por
la sencilla razón de que la evidencia clínica y científica está y debe estar
por encima de cualquier pensamiento de políticos, gobernantes y tertulianos:
cualquier persona que presenta un nódulo pulmonar, o como en este caso un
cuadro febril y doloroso como consecuencia de una infección en una prótesis de
cadera, tienen la indicación quirúrgica, tanto de diagnóstico como de
tratamiento, de "preferente" y "urgente". Y esto, tengan la seguridad de que es
así en nuestra Sanidad Pública, para el Rey y para cualquiera de nosotros, a
pesar de las declaraciones vertidas en el periódico 20 minutos por la
Presidenta de la Asociación "El Defensor del Paciente", al decir que en "un
paciente normal el tiempo de espera para la operación sería 3-4 meses". El que
se le hubiera atendido con rapidez en un hospital público, como se hizo con el
nódulo pulmonar, no significa que al Rey se le trate con "enchufe" por tratarse
de quien se trata. Y realmente echo de menos que a las tertulias no se invite a
profesionales expertos de la medicina y a gestores de prestigio, que pudieran
avalar cuanto digo.
Y
como ciudadano de a pié, claro que habría aceptado que en el caso del Rey, como
si se tratara de Mariano Rajoy, se hubieran saltado algunas listas de espera,
porque entiendo que se trata del Jefe del Estado y del Presidente del Gobierno,
y si queremos tenerles tal y como marca nuestra Constitución, entiendo que
cuanto antes se recuperen de sus dolencias, todo puede ir mejor en cuanto a
Política de Estado se refiere. Es curioso que cuando a algunos les interesa
quieren equipararles a cualquiera de los ciudadanos, algo que de además de ser
utópico es antinatural.
En
fin, que seguiremos asistiendo a esos "cantos de sirena" en los que como
podemos observar siempre hay opiniones para todos los gustos. Pero claro, una
cosa es una opinión, que una vez publicada muchas veces se convierte en
"opinión pública" y otra muy diferente es la evidencia científica, en la que al
menos los médicos y todos los profesionales sanitarios debemos apoyarnos para
decir cuanto decimos.
Dr. Jesús Sánchez Martos
Catedrático
de Educación para la Salud
Universidad Complutense de
Madrid
Catedrático de Educación para la Salud; Universidad Complutense de Madrid.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
23939 | Pikertom - 25/09/2013 @ 16:04:04 (GMT+1)
Estoy de acuerdo con el artículo, menos en una cosa que, por su importancia, merece la pena tener en cuenta. Hoy en día, los pacientes llamados preferentes o graves, no se atienden de inmediato. Tienen que estar esperando un tiempo que, en muchos casos, supera lo aceptable. Esto, lamentablemente, es consecuencia directa de los recortes.
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