A falta de la sentencia, el juicio del 'caso Faisán' acaba con la sensación de que no hubo un gran escándalo

El juicio del 'caso Faisán' sobre el supuesto chivatazo a ETA quedó ayer visto para sentencia tras las conclusiones de las defensas y de las acusaciones, como la ejercida por el PP, que espera que éste no sea el último sobre la supuesta filtración. En este sentido, el PP insiste en que el supuesto chivatazo llegó de altas instancias políticas. El PP, encargado de cerrar el turno de acusaciones populares, tras la AVT y Dignidad y Justicia, pidió para los policías encausados condenas entre siete y medio y 10 años de prisión por colaboración terrorista y revelación de secretos.

En el banquillo, hasta el momento, sólo se han sentado dos policías: Enrique Pamies y José María Ballesteros, ambos acusados de sendos delitos de colaboración con banda armada. Por otra parte, las defensas reducen a "una cuestión de fe" los indicios contra los dos acusados. Los dos sindicatos mayoritarios de la Policía, el SUP y la CEP, coincidieron ayer al manifestar que el caso ha sido un procedimiento "cojo", al tiempo que lamentaron que se vaya a "cerrar en falso sin que se hayan investigado a los verdaderos culpables, tanto materiales como intelectuales".