A Antonio Muñoz Molina
lunes 16 de septiembre de 2013, 19:00h
Acabo de leer, subrayar, meditar
y admirar tu libro "TODO LO QUE ERA SÓLIDO", un ensayo sobre nuestra
transición, democracia y situación actual, fruto de una evolución política
equivocada y de demasiados errores de unos y otros.
Acabo de leer, subrayar, meditar
y admirar tu libro "TODO LO QUE ERA SÓLIDO", un ensayo sobre nuestra
transición, democracia y situación actual, fruto de una evolución política
equivocada y de demasiados errores de unos y otros. He admirado en tu libro el acierto
de la inmensa mayoría de tus juicios y diagnósticos, la valentía de salirte del
coro de "progresistas, izquierdistas e indignados" más o menos sobrecogedores y la sinceridad con que
te confiesas.
Te había leído hace ya muchos
años libros tan interesantes como PLENILUNIO y BELTENEBROS (películas
incluidas); pero el libro que me impresionó más, que me hubiera gustado ser
capaz de escribir yo, libro que, según confesaste, era el resultado de la
fusión de dos novelas diferentes que no sabías como rematar, fue EL JINETE
POLACO. Había estado una noche en los salesianos de Úbeda, de paso hacia
Sevilla y Jerez, cuando tú eras un niño (tengo 18 años más que tú), pero,
después de leer tu gran novela, en la que me radiografiaste mi situación de
recién separado de una buena mujer "concejala socialista de cultura", me hice
el propósito de volver a visitar con pausa y sin prisas esa maravillosa ciudad
que tú describes con exactitud y preciosismo. Luego en San Petersburgo y Moscú
intimamos con una pareja de paisanos tuyos, buenísimas personas, rezadoras del
rosario diario, católicos convencidos, burgueses bien situados, a los que
prometimos una visita a la que nos invitaba tu novela. Vimos entonces que no
eras santo de su devoción.
Probablemente, si han leído tu
ensayo, el libro que ha motivado esta carta abierta (me gustaría escribirte otra
mucho más directa, cerrada y personal) se habrán reconciliado contigo, como me
ha pasado a mí. Aún haces gala en tu libro de esa querencia antifranquista que habéis sacado, especialmente los de tu
generación y algunos de los que lucharon noblemente contra Franco, como yo
mismo, que en los años 65-72 fui sacerdote salesiano, comunista, vaticanista del Concilio Vaticano II, amigo de comunistas y
ateos. En tu libro se te deslizan incoherencias racionales (fruto de la
propaganda comunista y de izquierdas tan eficaz siempre) como la que ayer le
escuché al bueno de Javier Nart: "En los 60 y 70 había en España una clase
media, predemocrática o, mejor, llena de demócratas convencidos, hubieran
luchado o no contra Franco". Él, como tú, en algunas de tus páginas, olvidó
decir que entre los que lucharon contra Franco (contra sus errores y crímenes,
porque aciertos, virtudes y actos heroicamente buenos, mortalmente buenos,
también tuvieron él y sus partidarios) también hubo muchos sindicalistas
católicos, muchos hombres y mujeres de Acción Católica, muchos Obispos y
sacerdotes, como el que te escribe (ahora secularizado, desde el 73). Durante
la República hubo muchos republicanos excelentes y demócratas; pero también
hubo muchos católicos, ateos, comunistas, anarquistas, socialistas que hicieron
cosas buenas, algunas heroicas, y también crímenes, asesinatos, traiciones a
España, comportamientos nefandos, desde la rebelión de Asturias propiciada por
Largo Caballero y los suyos, hasta matanzas como los fusilamientos de
Paracuellos, permitida al menos ésta por Carrillo, amenazas en las Cortes como
las realizadas por Pasionaria,el asesinato de Calvo Sotelo a manos de escoltas
socialistas de Negrín... Se le olvidó a Nart y se te olvida a ti en tu libro
(excelente en general) que aquella sociedad fue fruto madurado (gracias a o a
pesar de) durante el Régimen o Dictadura de Franco. Olvidáis todos los de
izquierdas en general que Europa se debatía en los años 30 entre dos tipos de
dictadura, las dos herejías nefastas de un Cristianismo mal vivido y
escandaloso para los pobres del mundo: el fascismo de M. o nazismo de H. y el
comunismo de L y Stalin. Lo que la propaganda de izquierdas no le ha perdonado
a Franco (bien que se lo perdonaron Churchill, De Gaulle y el mismo Ike, no
digamos la Texaco) es que fue el primero que derrotó al comunismo de Stalin, el
que ya manejaba la dictadura en la que se había convertido la Segunda
República.
Recomiendo tu libro a todos los
españoles que quieran de verdad una reconciliación entre izquierdas, derechas y
nacionalistas. Considero que eres quizás el único pensador de izquierdas que ha
sido capaz de decir muchas verdades que la propaganda izquierdosa (mucha culpa
es de muchos intelectuales y periodistas, de medios de información sectarios,
cada vez más sectarios) no se atreve a decir y confesar.
Quisiera destacar tu aportación
sobre la necesidad de recuperar ese cuerpo de Funcionarios por Oposición,
capacitados, incorruptibles e inamovibles por intereses de Presidentes de
Autonomías o de Municipios. Los hubo en tiempo de Franco y época
predemocrática. Tú lo afirmas. Los Interventores, los que harían imposible la
corrupción rampante que ha imperado en Autonomías, Cajas y Municipios desde que
se puso a los funcionarios de carrera al servicio de los políticos de turno,
han de volver a controlar los gastos de los políticos españoles, políticos que
deben estar bien pagados, pero siempre al servicio de los ciudadanos sometidos
a la ley, especialmente a la ley del presupuesto votado democráticamente en
cada parlamento y en cada municipio. Igualmente es imprescindible una reforma
de la Ley Electoral que ponga en su debido lugar a los representantes de
autonomías "independentistas" y que obligue a los diputados y concejales,
elegidos democráticamente por el pueblo, a responder ante sus electores y no
ante las cúpulas de sus partidos. Igualmente es urgente e imprescindible que
partidos políticos y sindicatos se financien del mismo modo que la Iglesia
Católica.
Antonio, un ruego último: lee a
Gabriel Albiac, el ateo "católico" que escribe siempre a favor de un laicismo
positivo (tú aún no has dado con él) estilo Nicolás Sarkozy, huyendo del
laicismo anticlerical de Pasionaria, Carrillo, de muchas feministas y bastantes
homosexuales, el admirador confeso del mejor teólogo, del intelectual más
responsable, más fiable y más honesto del siglo XX, el Papa Benedicto XVI. Y
lee también, si puedes, TEORÍAS Y TÉCNICAS DE MANIPULACIÓN HUMANA, de mi amigo
Juan Vicente García Fernández y de su compañero Juan García Crego, de la
editorial Fragua. Quizás te ayude a superar algunas ideas que aún conservas,
probablemente futo de las manipulaciones que también tú has podido sufrir, como
las hemos sufrido los que nos educamos durante el franquismo.
Por cierto, en
los Salesianos de Valencia, donde me eduqué mis profesores nunca me inculcaron
ningún tipo de odio hacia los de izquierdas. Mi profesor maravilloso (santo
varón coadjutor seglar, no sacerdote), salesiano ejemplar, educador capaz de
tener éxito con todos los alumnos en clases de más de 60 alumnos, sin ningún
tipo de violencia física o espiritual, que había visto morir, con un tiro en la
cabeza, a su provincial en sus brazos, mientras la furgoneta los trasladaba a
la cárcel en julio del 36, nunca nos habló mal de nadie. Mi párroco, D. Sergio
Quintas Feijóo, franquista convencido, hombre de inmenso corazón, cuando yo en
el 67 hice una homilía contra Franco, me dijo que yo estaba equivocado, pero me
garantizó la libertad de decir siempre lo que mi conciencia me dictase, y "me
castigó" a ver con él, aquella tarde "Franco ese hombre", al que ahora comparan
tan injustamente con verdaderos dictadores, verdaderamente criminales genocidas
(no victoriosos de una guerra civil, preludio de la guerra europea) como Hitler
y Stalin. Entre los dictadores y criminales, aún hay grados. Como entre los
jueces: no es lo mismo Mariano Barbero o Mercedes Alaya que el prevaricador
Baltasar Garzón.
O entre los políticos: no es lo mismo el absuelto Camps o la
alcaldesa Rita Barberá, que los "preimputados" (por ley votada por los mismos
socialistas que ahora se quejan) Griñán, Chaves o los nunca escudriñados (como
hicieron con Camps) Bono, Luna o Blanco. Te recomiendo, aunque espero que no
necesites mi recomendación que leas tanto a Chaves Nogales como a Arturo Barea.
Para mí ha sido un descubrimiento increíble la lectura de la vida del poeta
zulú, sudafricano-británico Roy Campbel, uno de los mejores poetas del siglo XX
británico. Ha sido el traductor mejor de San Juan de la Cruz al inglés,
especialmente su traducción de La Noche Oscura en perfecto inglés, con el mismo
ritmo, la misma métrica y las rimas perfectas. Ha sido marginado por los poetas
"antifascistas" del grupo de Bloomsbury porque cometió varios "delitos": quere
ser torero, presenciar el martirio de sus amigos carmelitas de Toledo, recibir
los originales de San Juan de la Cruz, convertirse al catolicismo y ponerse de
parte de Franco en la Guerra Civil.
Me gustaría saber tu opinión
sobre el comportamiento en el caso Mercedes Alaya (porque ya parece más eso que
el "caso ERE y Junta de Andalucía") de los excelentísimos Presidentes y Jueces
Gonzalo Moliner y Torres-Dulce. A mí (el primero fue alumno mío en los 58-59)
me han decepcionado plenamente los dos. Un abrazo de tu admirador.