lunes 16 de septiembre de 2013, 16:13h
Me gustaría que por una vez, y aunque no sirva
de precedente, populares y socialistas fueran capaces de sentarse para
abordar el órdago de los independentistas catalanes.
Se quiera o no hay un antes y un después de la última Diada y los
grandes partidos no pueden echar balones fueras sino que tienen que
dejar sentada su posición para que no haya equívocos. Y es que me parece
a mi que tanto el Gobierno como el principal partido de la oposición
tienen la obligación de decir alto y claro a Artur Mas y a sus socios de
Esquerra que con la ley en la mano no pueden convocar ninguna consulta
para decidir si quieren continuar o no formando parte de España y que si
intentan llevarlo a cabo se pondrán fuera de la ley. Así de simple.
Por otra parte al PSOE hay que pedirle que piense menos en sus
intereses electorales a corto plazo y más en el conjunto del país. No
digo que la propuesta de Pérez Rubalcaba de reformar la Constitución e
ir a un Estado Federal no haya que tenerla en cuenta, al contrario, me
parece una propuesta interesante que se debería de explorar. Pero antes
de que todo el mundo se lance a hacer propuestas lo primero sería,
insisto, en dejar claro a CiU y Esquerra que nuestra Constitución no
permite convocar ese referéndum que pretenden y que por tanto no se les
permitirá convocarlo.
Claro que sería necesario que el PSOE tuviera una sola voz y que
Pérez Rubalcaba no continúe caminando por el filo de la navaja para
aplacar a los sectores más independentistas y soberanistas del PSC. Si
el PSOE continúa renunciando a tener una voz propia y nítida respecto a
Cataluña, si no tiene nada que ofrecer a los ciudadanos catalanes más
que una política de paños calientes para con los partidos
independentistas, terminará siendo irrelevante en esa Comunidad
Autónoma.
Ojo, yo creo en el valor del diálogo y por tanto me parece
inteligente que tanto Rajoy como Rubalcaba eviten echar leña al fuego
independentista, pero una cosa es la prudencia y la mano izquierda y
otra cosa ir al arrastre de los acontecimientos.
Por otra parte me parece interesante la posición de quienes
reclaman que a Artur Mas habría que pedirle que de la cara, que convoque
elecciones, y que esas elecciones tengan un carácter plebiscitario, que
cada partido concurra diciendo claramente si apuesta por la
independencia. Nada de trampas ni de juegos florales ni de engañar a la
gente diciendo que lo democrático es convocar un referéndum que la ley
no ampara. Lo democrático es que los partidos catalanes concurran a unas
elecciones presentándose ante los ciudadanos dejándoles claro si son
independentistas o no. Ahí es donde se tendría que retratar CiU pero
también el PSC.
Y a partir de ahí entonces dependiendo del resultado sí que habría
que sentarse a hablar, y si la solución es reformar la
Constitución pues que se reforme, pero eso sí, por consenso.
Lo que no es de recibo es que los independentistas catalanes crean
que la razón solo les asiste a ellos, que Cataluña les pertenece, y que
el resto de los ciudadanos de éste país no tenemos ni voz ni voto. Se
equivocan, lo tenemos, lo dice la Constitución. Esa Constitución gracias
a la cual gobiernan en Cataluña. De manera que si hay que votar votamos
todos. Por otra parte, y sin desmerecer el resultado de la Diada, es
evidente que Cataluña es más plural de lo que pretende Mas y sus socios
de Esquerra. Es decir que hay otros muchos miles de catalanes que no
participaron de la cadena humana que pedía la independencia.
Saben, lo que más temo es que ni Rajoy ni Rubalcaba estén a la
altura de éste momento en que este viejo país que es España se está
jugando su razón de ser por el aventurerismo de unos, los pusilánimes
que son otros, o lo cortoplacistas que son algunos.
Lo dicho, me gustaría que Rajoy y Rubalcaba estuvieran a la altura
de las circunstancias y antepusieran los intereses generales a sus
intereses partidistas. Lo que no sé es si serán capaces.