Cultura frente a violencia
sábado 14 de septiembre de 2013, 14:05h
La atmósfera internacional lleva
muchos días bajo la amenaza de un ataque de Estados Unidos y de Francia contra el
presidente sirio Bachar Al Asad, acusado de utilizar armas químicas contra
civiles en una barrio insurgente de las afueras de Damasco.
La cumbre de San
Petesburgo del G-20 ha demostrado la soledad de
norteamericanos y franceses a la hora de utilizar la fuerza para no dejar impune
una acción absolutamente deleznable e intolerable que merece un castigo. Pero,
¿cómo? Quien haya perpetrado el ataque lo hacía perfectamente consciente de la
provocación que entrañaba y de la trampa que supone un ataque occidental en
Siria, contra el régimen apoyado por Rusia, China e Irán.
La reacción al ataque
podría llegar a Israel y su respuesta provocaría un grave problema para países
árabes que apoyan a los rebeldes como Turquía, por el lado islamista moderado,
y Arabia Saudí y los países del Golfo, por otro. Para Occidente, el incremento
del precio del petróleo afectaría notablemente a la incipiente salida de la
recesión económica y en medio de este avispero, los kurdos están siendo
asediados por grupos extremistas, cercanos a Al Qaeda, con la intención de
controlar una zona rica en petróleo en el norte de Siria, pero sobre todo en
Irak.
Son los grupos terroristas los más interesados en crear el caos para
enfrentar a todos contra todos y beneficiarse de la situación, sobre todo por
su habitual acción social de ayuda a las personas abandonadas por gobiernos más
pendientes de su supervivencia que de la de sus ciudadanos. Por eso, algunos
países árabes han montado, con mucha discreción, campos de refugiados para
atender a los miles de sirios que huyen de la muerte y de la escasez de agua,
alimentos y medicinas.
A pesar de las amenazas que se ciernen para toda la
zona, la vida sigue, y debe seguir con manifestaciones culturales como el Festival
Moussem de Tan Tan en Marruecos. Más de 30 tribus saharauis se han reunido en
paz, en una demostración que sirve para
el progreso y la unidad de las provincias del sur de Marruecos. El español
Kittin Muñoz, embajador de Buena Voluntad de la UNESCO, es el alma de este
festival que reúne a la gran mayoría del
pueblo saharaui. Cultura frente a violencia, mucho mejor.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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