El Museo Taurino de la Diputación de Valencia expone estos días en la
Beneficencia la muestra "Viva Litri", en la que se incluye la
taleguilla que vistió el matador de toros Manuel Báez Litri (el tío
Manolo) la tarde del 11 de febrero de 1926, en la que sufrió una cogida
mortal en la plaza de toros de Málaga.
La intervención de la taleguilla de Manuel Báez Litri ha sido
realizada por el Museo Taurino de la Diputación de Valencia en
colaboración con la Unidad de Conservación y Restauración Cultural de la
Generalitat Valenciana, con la que se viene colaborando los últimos
años para la restauración textil de las piezas que se exponen en el
museo.
Horas de documentación e intervención
Mª José Cordón, técnica en restauración textil de la Unidad de
Conservación y Restauración Cultural de la Generalitat Valenciana, ha
realizado la reconstrucción de la taleguilla de Litri.
La restauradora ha explicado que "cuando nos la trajeron estaba
clavada en una especie de vitrina de la que se demarcó y vimos que la
seda estaba muy deteriorada, además de tener dos cornadas ya restauradas
y la de su muerte, que no estaba zurcida".
El proceso de reconstrucción comienza con la documentación
fotográfica, después el aspirado de la pieza y la señalización de los
deterioros para explicitar las dimensiones, anotaciones sobre sus
características, nombre del sastre que lo hizo, etc.
Cordón ha comentado que "no actuamos sobre los zurcidos que tenía
porque se hubiera estropeado más la pieza. Con tafetán blanco teñido en
el taller y seda de dos cabos se procedió a la restauración".
Respecto a las huellas que dejó la cogida del Litri cuando vestía
esta taleguilla, la Unidad de Conservación no ha consolidado al máximo
su actuación porque de hacerlo se pierde la información sobre el
desgarro de la taleguilla. "Seguimos, como es lógico, los criterios de
restauración pero el espectador puede leer en la pieza su historia
porque no se ha eliminado" detalla Mª José Cordón.
También hay que tener en cuenta que los metales de los trajes de
torear tienen su importancia, hay que aspirarlos porque el polvo y la
humedad relativa hacen que se deteriore, hay que consolidar las
lentejuelas y siguiendo los criterios para su uso exclusivamente
museístico, elaborar el mapa de deterioros por si en el futuro hay que
hacer más intervenciones.
Se ha realizado una intervención muy minuciosa y una vez finalizada
se ha depositado la pieza encima de un cartón pluma sobre el que siempre
reposará porque si se mueve se desharía la seda.
Detrás de la vitrinas
El Museo Taurino y la Unidad de Conservación y Restauración Cultural
colaboran para presentar una o dos piezas cada año, tras su
restauración, que después se incorporan a la exposición permanente en el
Pasaje Doctor Serra.
Mercé Fernández, Victoria Vicente y Mª José Cordón forman el equipo
que ha trabajado para restaurar la parte textil de las piezas del
Taurino que, según su directora, Flaminia Guallart "es una obra de arte e
historia que tiene un valor incalculable desde el punto de vista de la
artesanía y de la tauromaquia".