Se esperaba con expectación el nuevo Gobierno de Susana Díaz. Su padrino, Pepe Griñán,
había anunciado tantas veces los "nuevos tiempos" que, de mano de la
heredera, iban a llegar no sólo al PSOE sino a toda Andalucía que todos
creíamos que su Ejecutivo iba a dar un vuelco a las directrices que
había seguido sus antecesores, es decir, nada de cuotas territoriales
para contentar a tirios y a troyanos, y nada de sumisiones al aparato
del partido. Ruptura total con la tradición. Creíamos también que,
siguiendo la tónica de renovación y paso a la juventud, la gran Susana
iba a fichar a jóvenes talentos del PSOE que le ayudaran a sacar a
Andalucía de la profunda crisis, económica y política, en la que se
halla sumida. La expectación ha ido estos días en aumento, "in
crescendo" dicen los cúrsiles, ante el total hermetismo que ha rodeado
la designación de los los nuevos consejeros. Sin embargo, al final, la
presidenta andaluza o no ha encontrado mimbres frescos para formar su
cesto (es cierto que los jóvenes valores socialistas son en estos
momentos bastante escasos) o se ha visto superada por las exigencias de
las Ejecutivas provinciales más fuertes de la comunidad, es decir Jaén,
Sevilla, Cádiz y Málaga, quienes han impuesto nombres para no verse
marginadas. Pese a ello, Almería es la única que no saca tajada y Jaén
confirma que ha ido perdiendo peso en Sevilla desde que Gaspar Zarrías abandonó la política andaluza
El caso es que Susana ha hecho válida la fábula de Esopo y Felix María de Samaniego relativa
al parto de los montes, ya saben, "Con varios ademanes horrorosos/los
montes de parir dieron señales/Consintieron los hombres temerosos/ver
nacer los abortos más fatales/después que con bramidos
espantosos/infundieron pavor a los mortales/estos montes que al mundo
estremecieron/un ratoncillo fue lo que parieron". Vamos, que Susana ha
hecho honor a la canción de los 'Payasos de la Tele' con su nombre y ha parido un ratón, un ratón chiquitín, manteniendo a Emilio de Llera en Justicia, a Luciano Alonso, que asume Educación a sus anteriores competencias en Cultura, y a la todoterreno Maria Jesús Montero,
que pasa de Salud a controlar Hacienda y Administraciones Públicas.
Hasta aquí más de lo mismo si tenemos en cuenta, además, que tambén se
mantienen los tres titulares de la coalición amiga, es decir, IULV-CA,
que no son otros que el vicepresidente y ex coordinador general, Diego Falderas, perdon Valderas; Rafael Rodríguez, en Turismo, y la si par Elena Cortés en Obras Públicas y Vivienda. Lo dicho escasa renovación para las expectativas que Susana había creado.
Las
incorporaciones por lo tanto sólo alcanza a menos de la mitad del
Ejecutivo y entre ellas caben destacar dos: La del catedrático
malagueño, ex concejal de la capital de la Costa del Sol y ex presidente
del Puerto .José Sánchez Maldonado, que ocupará la cartera de Economía y Empleo, y la del ex alcalde de Chiclana, Manuel Jiménez Barrios, quien sucederá a Susana Díaz en
Presidencia. Ambos no son precisamente unas jóvenes promesas ya que
llevan muchos años (yo diría que excesivos) ocupando diversos puestos
políticos y conformarán la columna vertebral del nuevo Ejecutivo. El
primero tendrá que elaborar y defender los presupuestos para 2014 cuyo
ajuste se ve difícil ante la presión de los socios de Gobierno y,
además, tendrá que poner órden en el departamento más problemático de la
Junta, Empleo, donde se gestó toda la trama corupta de los EREs
fraudulentos. El segundo ha de ser el contrapeso del vicepresidente Falderas, perdón Valderas, para evitar que IULV-CA cobre demasiado protagonismo. Por lo demás, los restantes fichajes, la alcaldesa de Alcalá la Real, Elena Víboras al frente de Agricultura y Pesca; la de Baena, María Jesús Serrano, en Medio Ambiente, y la de Salud, Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio,
delegada de la Junta en Granada, responden más a la cuota paritaria y
territorial que a la capacidad y valía de sus personalidades.
Por último cabría destacar la caída en desgracia de todos aquellos consejeros "tocados" por los EREs. Desde el propio Pepe Griñán pasando por Carmen Martínez Aguayo (ambos irán ahora al Senado, por si acaso), hasta el todopoderoso y sacrificado Antonio Ávila, Susana ha querido deshacerse de cualquier plato que la juez Mercedes Alaya pudiera
devorar en su instrucción de los EREs. Sí se echa de menos una figura
formada y seria, la del ex consejero más valorado del equipo de Griñan, Luis Planas, quien quedó "quemado" en las manipuladas y sectarias primarias socialistas que "eligieron" a Susana Díaz como presidenta y algunos también se acordarán de Maria del Mar Moreno,
la incombustible jiennense que resistió tanto en el Ejecutivo como en
la Presidencia el Parlamento todos los embates antichavistas pero que,
al final, ha sido pasto de las llamas de esa hoguera de las vanidades
que lidera la nueva presidenta, Susana Díaz. Alea jacta est.