Lo
que aún no sabemos es qué le prometió
Mariano Rajoy a
Artur Mas para que éste
incumpla su promesa de celebrar un referéndum secesionista en Cataluña en 2014
y lo traslade a las elecciones autonómicas de 2016. La vicepresidenta del
Gobierno no ha querido entrar a fondo en el asunto, pero fuentes conectadas con
la
Generalitat han insinuado la posibilidad de que Rajoy realice una propuesta
de pacto fiscal más en la línea de lo que pide Mas una vez que se celebre la
Diada, el próximo 11 de septiembre.
El
Gobierno de Rajoy se ha visto contrariado al hacerse público un encuentro que
tanto uno -Rajoy- como otro -Mas- querían que permaneciera en el máximo de los
secretos; un encuentro que, según ha sabido
Diariocrítico de fuentes
generalmente bien informadas, partió de los buenos oficios del líder de Unió,
Josep Antoni Durán i Lleida. Sobre todo, porque este encuentro del 29 de agosto
se conoció un día después de que Mas reculara en Cataluña y dijera que el
referéndum podría no ser en 2014.
Con
el conocimiento público de esa entrevista entre Mas y Rajoy, el presidente de
la Generalitat ha sido puesto a los pies de los caballos con respecto a su 'socio'
en Cataluña, los republicanos de ERC, que están que trinan. De ahí que la
vicepresidenta del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría, haya andado con pies de plomo
este viernes en la habitual rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
Evidente satisfacción
en el GobiernoNo
obstante, y aunque Sáenz de Santamaría ni siquiera ha querido confirmar la
reunión 'secreta' entre Rajoy y Mas, no pudo evitar su satisfacción por el
frenazo y marcha atrás de Artur Mas tras hablar con Rajoy: "El Gobierno valora
muy positivamente las decisiones de cumplimiento de la legalidad [que no se convoque
en 2014 un referéndum ilegal] y que todos nos movamos en el marco de la
Constitución y las leyes", dijo evidentemente satisfecha la vicepresidenta del Gobierno.
Desde San Petersburgo, donde asistió a la reunión del G-20,
el propio Rajoy, en rueda de prensa, trasladó la idea de una posible
negociación para buscar una salida política a la situación catalana con la
siguiente consideración: "Yo hablo con Artur Mas y con otros presidentes con
cierta periodicidad. A veces son reuniones públicas y otras no. A veces se
habla por teléfono. Yo no voy dar detalles, ni yo ni nadie, sobre con quien
hablo a no ser que haya algo especial. Es una conversación más. Es un asunto
importante para los ciudadanos de Cataluña y de toda España. Lo que voy a hacer
es trabajar para que España continúe en un proceso en el que juntos, durante
más de 500 años, podamos hacer de este país un gran país. Los retos que tenemos
por delante son muy importantes, espero que podamos hacer cosas razonables
sobre la base de mi posición que todo el mundo conoce".
Respecto
a esta cuestión, Sáenz de Santamaría repitió una por una sus conocidas salidas:
que "vamos a mantener con la
Generalitat el máximo diálogo y cooperación"; que "cualquier
iniciativa es valorada por el Gobierno en torno a su legalidad", que "nosotros
estamos para cumplir y hacer cumplir las leyes", y, sobre todo, que respecto a determinados
encuentros que mantiene Rajoy "son privados no por los temas de la agenda, sino
por la publicidad que se les dé". Es decir, que es mejor hablar sin que nadie
lo sepa y negociar salidas en absoluto secreto para que no haya interferencias...
¿de ERC?
Por
otro lado, la vicepresidenta confirmó que "el Gobierno estudia y analiza en
profundidad" el informe que Artur Mas le remitió hace unas fechas sobre la
consulta soberanistas, y que se le dará una cumplida respuesta cuando el
análisis haya terminado.
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