viernes 06 de septiembre de 2013, 09:34h
La
situación que está viviendo Artur Mas, presidente de la Generalitá de Catalunya
así como el partido
que apoya a su gobierno, CIU y en general la sociedad catalana ya la vivimos
nosotros los vascos cuando el lehendakari Ibarretxe presentó su reforma del
estatuto de Gernika con la particularidad que en aquel momento ETA no solo
existía sino que condicionaba el tablero político
y siempre ponía bajo sospecha cualquier iniciativa para lograr que "el derecho
a decidir" del pueblo vasco fuera ejercido. En eso nos ganaban los catalanes.
Catalunya y Euzkadi, a través de su políticos nacionalistas, siempre han trabajado juntas y se han
respetado e incluso admirado. La máxima expresión la encontramos cuando,
perdida la guerra en Euzkadi, el gobierno de la Generalitá acoge en Barcelona
el Gobierno Vasco que instala allí su sede hasta el final de la guerra. Y para
siempre ha quedado aquella magnífica estampa del Lehendakari Aguirre
acompañando al exilio al presidente Lluís Companys aquel 4 de febrero de 1939.
"Ese día salía por la mañana el Presidente de Catalunya, señor Companys por el
monte camino del exilio. Le había prometido que en las últimas horas de su
patria me tendría a su lado, y cumplí mi palabra", escribió el Lehendakari Aguirre.
En la actualidad se buscan cinco pies al gato tratando de buscar
analogías con lo que ocurre en Catalunya y en Euzkadi. Los catalanes son hoy la
piedra en el zapato de Rajoy mientras los nacionalistas del PNV son los buenos
chicos autonomistas. Que no se equivoquen. El Lehendakari
espera una visita de Mas y, le ha mostrado siempre su solidaridad. Y este año el
PNV, como ha hecho siempre, estará en la Diada.
A mí me tocó de rebote estar presente en la histórica Diada del año
pasado.
Artur Mas presidente de la Generalitat y la
presidenta del Parlamento de Catalunya le invitaron al entonces presidente del
EBB del PNV para que estuviera presente en los actos de la Diada el pasado 11
de setiembre. Tras excusarse Iñigo Urkullu por tener un compromiso ese martes,
el EBB nos solicitó estuviera un senador presente en los actos oficiales y en
la manifestación de la tarde. Agradecí el encargo y allí acudí. Iñigo Urkullu
mantiene una fluida, constante y cordial relación con Artur Mas y Josep A.
Durán.
La víspera, el lunes por la noche se celebró
un acto de recuerdo en el Fossar de les Moreres, una plaza donde están
enterrados los restos de los defensores de Barcelona durante el asedio de 1714.
Es hoy un símbolo de la resistencia catalana. Los discursos fueron muy
reivindicativos. Candela.
El martes 11, como desde 1977 ha hecho el
PNV, estuvimos en la ofrenda floral ante el monumento a Rafael de Casanova,
Conseller en Cap y la máxima autoridad política y militar durante el asedio
borbónico a Barcelona. Casanova es hoy un icono nacional del catalanismo, y
ante su estatua fueron pasando todos los partidos políticos del arco
parlamentario catalán. El logo del PNV hecho en rosas, quedó en ofrenda a los
pies de Casanova.
A las doce en los jardines de la Cascada del
Parc de la Ciutadella, tuvo lugar el acto institucional. Había estado en actos
similares en tiempos de los president Maragall y Montilla y me volvió a llamar
la atención el grado de madurez catalana a la hora de enaltecer su propia
historia todos juntos. Desde la derecha a la izquierda, del nacionalismo
catalán al nacionalismo español, allí estaban todos. Imposible de ver esto en
Euzkadi un Aberri Eguna.
El acto fue todo en catalán, bajo la senyera,
en celebración conjunta del Gobierno y el Parlament, con el fondo de un gran
cuadro de Antonio Tapies con la cuatribarrada. Diez intervenciones de todo tipo
para terminar el acto con cuatro columnas humanas de los castillets que
culminaban en niños que saludaban. Els Segadors cerró aquel acto tan bien
organizado.
Mi conclusión, una vez más, es que estamos a
años luz de lograr aquí algo parecido. Desgraciadamente la historia vasca sigue
sin asumirse con normalidad y con carácter de reivindicación nacional. Unos
celebran el doce de octubre, otros el Aberri Eguna.
Por la tarde asistí a la gran manifestación.
Millonaria y estática manifestación, habida cuenta de que todo el recorrido
estaba lleno. Y sobre todo de familias. Desde el abuelo al nieto recién nacido.
Pacífica, alegre, reivindicativa, juvenil, plena de banderas, y tratando de
decirle al Madrid político que están hartos. Y con un lema muy claro:
"Catalunya, nou Estat d' Europa". Durante treinta y cinco años han creído que
el estado español velaría por ellos. Ante el ahogo, piden los instrumentos de
un estado nuevo, el catalán. El éxito de la concurrencia tenía varios
componentes. La apuesta de Artur Mas y de CIU al apoyar la manifestación. El
hartazgo creciente y las campañas descalificatorias del Madrid político que no
ha olvidado nada, ni ha aprendido nada. Carod Rovira obtuvo en 2004 ocho
diputados por el acoso al que le sometió el gobierno y los medios afines de
José M. Aznar.
Dos días después el jueves, Artur Mas
participó en Madrid como invitado en el desayuno organizado por Fórum Nueva
Economía. Overbooking de periodistas, diplomáticos y empresarios. Ausencia del
gobierno, del PP y del PSOE. No iba con ellos. Inmenso error.
El presidente de la Generalitá lo hizo muy
bien. Dio la cara y explicó el por qué se había llegado a dicha situación. Y
anunció que el siguiente jueves 20 estaría con el presidente Rajoy en la
Moncloa y el dos de octubre en el Senado en la Conferencia de Presidentes
Autonómicos. No se escondió ni dijo nada distinto de lo que argumenta en
Catalunya.
Pero la clase política española no escucha.
Lo resumen todo en la caricatura del catalán buscando la pela. O planteando la
independencia en Europa cuando, según dicen, Europa jamás aceptará la
independencia catalana. ¿De verdad se lo creen?
Lo vivido y lo que se vivirá este once de setiembre
es todo un pulso. Un democrático e inteligente pulso político que Mas ha de
pilotar con extrema inteligencia ante una España que nunca ha aceptado la
pluralidad de su estado, su plurilingüismo y su plurinacionalidad a pesar de
que la propia Constitución consagra la existencia de nacionalidades y regiones.
Jamás ha abordado en serio su asimetría. Han querido uniformizarnos a todos
cuando en 1977 las dos únicas demandas de autogobierno eran la catalana y la
vasca. Se inventaron el café (achicoria) para todos y en su delirio decidieron
que Madrid y Murcia eran autonomías históricas, con la Loapa y todo lo demás.
Hoy no saben qué hacer con su invento. Económicamente no es sostenible.
El factor desencadenante de la actual
situación ha sido el denominado Pacto Fiscal por no llamarlo Concierto
Económico. Catalunya paga más de lo que recibe y quiere tener una fórmula de
gestión económica y hacendística igual a la vasca. Tienen todo el derecho, pero
también recordamos que si en 1980 Gipuzkoa y Bizkaia consiguieron la devolución
de esta figura no fue por el apoyo de UCD, de HB, de AP, o del PSE, sino porque
el PNV se echó a la calle, se retiró de las Cortes Generales y puso esta
demanda en el eje central de su reivindicación. El propio Adolfo Suárez nos lo
dijo un día ante Benegas: "Solo cuando estuve decidido a dimitir, abordé
la devolución del Concierto". Hoy sería imposible. Lo tratan de privilegio,
cuando es un resto foral pactado en 1878. Menos mal que nuestros mayores
tuvieron las ideas muy claras. Pero repito. Ni HB, ni el PSE, ni AP, ni UCD
estuvieron por la labor. Menos mal que Adolfo Suarez, si lo estuvo.
Escocia en Gran Bretaña, Quebec en Canadá,
Flandes en Bélgica piden la palabra. Algo nuevo y distinto se mueve. Y se
plantea sin violencia y solo aludiendo a la democracia. Veremos hasta qué punto
la cerrazón centralista da cuerda a un sentimiento que no hará más que crecer
si el Madrid político sigue actuando tan ciegamente como hasta ahora.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
23472 | Cuquiña - 06/09/2013 @ 11:38:45 (GMT+1)
Vd. siempre abogando por España, es como el ácido sulfúrico, destroza lo que toca. Estamos hartos de los privilegios del Concierto Vasco ¿son vds. más guapos, más altos, más listos? algo obsoleto en los tiempos que corren, pero sus ansias de desguazar España le llevan a defender el disparate catalán, forzado por unos políticos corruptos e inútiles y también insolidarios. Aprendan de Madrid, que da mucho más de lo que recibe y no lloriqueamos nada.
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