miércoles 04 de septiembre de 2013, 08:04h
El gobierno griego ha aprobado una normativa a partir de la
cual se permite que los establecimientos comerciales puedan vender productos
caducados a las personas de menos renta de la nación.
Una vergüenza recorre Europa. El continente civilizado, la
cuna de tantos avances, sociales y políticos, tecnológicos y económicos, es
capaz de lo peor. Una vergüenza de nuevo de la mano de los conservadores.
Al Presidente del Gobierno heleno no le duelen prendas de
permitir esta barbaridad que humilla a los más desfavorecidos. No faltará más
de un inculto que diga que, antes que pasar hambre, se debe permitir que los
pobres corran el riesgo de consumir productos perecederos ya caducados.
Como el que dice que más vale un contrato basura que estar
en el paro, otra frase conservadora para la historia de la vergüenza. Esos sí
que están caducos, los conservadores y una derecha que creíamos perdida para
siempre.
Gracias a Samarás se permitirá que los productos en los que
la fecha de caducidad establezca día y mes puedan consumirse con una semana más
de tiempo. Y los productos cuya fecha de caducidad se establezca según mes y
año se pueda ampliar un mes más. ¡Qué horror!
La renta disponible de los griegos se ha visto reducida a la
mitad desde que comenzó la crisis. Una situación en la que se mezclan las
decisiones lesivas de los eurotorpes y unos políticos al margen de la sociedad
que les ha votado.
En definitiva, los pobres de Grecia ya podrán consumir
productos caducados. Los niños griegos, aquellos que menos tienen, podrán
ingerir yogures y leche, queso y latas, a un precio asequible para sus padres.
Lo que no es asequible es la vergüenza de formar parte de la
misma humanidad que Samarás y otros cretinos de igual rango y altura
moral.
@AntonioMiguelC