De políticos y deportistas
martes 06 de agosto de 2013, 16:23h
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¿Cómo es posible que un
deportista tenga que enseñar a los políticos la manera de responder a ataques
infundados, exagerados o extemporáneos de forma sensata y coherente? Cuando
estamos asistiendo a un espectáculo muchas veces lamentable en el hemiciclo del
Congreso y en las ruedas de prensa, en las televisiones y en la prensa, un
futbolista, un "tuercebotas" para los que creen que los que corren detrás de un
balón no tienen nada en la cabeza, ha dado ejemplo. El ex entrenador del Real
Madrid, Jose Mourinho, hizo unas
declaraciones en las que, sin venir a cuento, dijo que él había entrenado a "Ronaldo, el bueno, no el de ahora". Esa
agresión innecesaria, sobrevalorada y falsa porque Cristiano Ronaldo, además de haber sido entrenado y elogiado por
Mourinho, es uno de los mejores jugadores de siempre, retrata a quien la hace y
pone de manifiesto que se ha ido de este club con rencor. No supo entenderlo
cuando estaba dentro y sigue creyendo que el protagonista es él. Pero la
historia del fútbol le dejará un pequeño hueco, infinitamente menor que el del
Real Madrid.
A lo que vamos. Cristiano
Ronaldo respondió al ataque con elegancia, inteligencia y serenidad: "Hay cosas
en la vida que no merecen comentarios. Siempre he respetado a todos mis
entrenadores y trato de aprender de ellos... Yo no escupo en el plato que me da
de comer". Hay otros deportistas, como Nadal,
Gasol, Iniesta, Xavi, Pedrosa, por ejemplo, que siempre hablan con respeto
de sus rivales, que encajan bien las críticas, que saben estar en la victoria
y, sobre todo, en la derrota.
En la política no es así.
El lenguaje de sus protagonistas es exagerado, sobreactuado siempre y generalmente
con trampas, escondiendo la verdad como si de trileros se tratara. Posiblemente
la tensión es inevitable, pero la respuesta a esa tensión debe ser racional y
lógica. Los políticos siempre echan la culpa a otros, no asumen nunca sus
responsabilidades -salvo que la justicia les obligue- y juegan a la
descalificación permanente del contrario. Y ni se arrepienten ni tienen
propósito de la enmienda.
Es posible que algún día
salgamos de la crisis, pero me temo que la mayor parte de los políticos no
habrán aprendido nada o casi nada. Donde era necesario remar juntos, ni el
capitán ha pedido consejo o ayuda ni los que miraban el barco desde el muelle
se han ofrecido. Y todos creen que la culpa es ajena. Hubo un entrenador del
Barcelona que se hizo famoso por decir que había que trabajar y hablar "en
positivo". Pero era holandés. Aquí estamos siempre mirando la paja en el ojo
ajeno en lugar de la viga en el propio y nos decimos de todo, rompiendo
amarras, cerrando la puerta a acuerdos y enrocándonos en nuestras posiciones. Y
en eso llega Cristiano Ronaldo para dar lecciones a los políticos. Un golazo
por la escuadra.