El breve comunicado en el que Telefónica confirmaba estar "en negociaciones" para acometer "posibles operaciones en Alemania" conmocionó ayer los mercados, y presumiblemente seguirá haciéndolo en las próximas horas, al menos en el sector de las operadoras. El intento de compra de una parte significativa de una filial de la holandesa KPN, por parte de Telefónica Deutschland, es, sin duda, una operación de altura, y nada menos que en el corazón estratégico del país motor de la UE.
Las conversaciones entre el presidente de Telefónica,
César Alierta, y el magnate mexicano
Carlos Slim, propietario de casi un 30% de KPN, sugiere también futuras alianzas entre quien es el segundo hombre más rico del mundo -buen amigo, por cierto, de
Felipe González- y la compañía más emblemática española, esta vez en América Latina. Donde ambas operadoras mantuvieron en algunos países, señaladamente Argentina, una pugna que puede ser utilizada por algún mandatario poco escrupuloso, como
Cristina Fernández.
En todo caso, que Telefónica llegue al corazón de la Alemania de
Merkel es una noticia que hace más por la 'marca España' que muchas fiestas con flamenco y jamón en Bruselas. Menos mal que algo se mueve...
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Telefónica y la 'marca España'