Una de las pegas que tiene el marcharse de vacaciones es que
exponemos nuestros dispositivos con conexión a Internet a redes que no
son tan seguras como las que tenemos en casa. Esto es algo que conocen
los cyber-delincuentes y que puede convertir nuestras vacaciones en un
auténtico infierno digital si no tomamos las medidas convenientes. Por
ello, es necesario que tengamos en cuenta algunos consejos o medidas de
seguridad, para minimizar los daños en el caso de que las cosas no
salgan tal y comoqueremos.
En primer lugar, una de las acciones más importantes que debemos
llevar a cabo es tener algún tipo de backup remoto (algunas empresas
como Iron Mountain ofrecen buenas alternativas, pueden dirigirse a
http://www.ironmountain.es/que-hacemos/backup-remoto.asp) de manera que podamos recuperar la información perdida.
En segundo es vital que tengamos nuestros dispositivos actualizados, eso hará más difícil sufrir algún tipo de ataque.
Las redes inalámbricas públicas son una tentación desde hoteles,
plazas y bares, pero pueden ser un arma de doble filo ya que son
fácilmente pirateables. Hay que tener cuidado a la hora de usarlas, lo
que significa que no realicemos compras o trámites bancarios desde ellas
y no olvidemos nunca cerrar nuestras sesiones de cada aplicación que se
nos ocurra usar. Quizá una conexión 3G sea mucho más segura a la hora
de operar en la red. Otro medida que se puede tomar es activar una
cuenta de correo electrónico sólo para las vacaciones, de manera que los
correos comprometidos sean únicamente una pequeña porción de los
totales.
Tendremos que instalar en todos nuestros dispositivos algún tipo de
software de seguridad, así como activar la protección antirrobo. De esta
manera podremos localizar el móvil o portátil en el caso de perderlo,
bloquearlo o ejecutar un borrado de datos. También podemos cifrar la
información contenida en el disco duro, de manera que sea imposible
acceder a la información que ahí está guardada.
Y, por supuesto, no ponérselo fácil a los carteristas y demás amigos
de lo ajeno. Tendremos que vigilar nuestros dispositivos en todo momento
y mantenerlos protegidos. Un iPad, por poner un ejemplo, tiene poca o
nula utilidad en la playa. Y la tendencia natural a dejar el teléfono de
última generación en la mesa a la hora de pedir unas tapas es una
llamada a los carteristas de toda la zona para levantárnoslo a la
primera de cambio.
No se confíen.