miércoles 17 de julio de 2013, 14:56h
Lo que más indigna del caso Bárcenas, además de que un sinvergüenza se lo haya llevado crudo y que pueda esconder un caso apestoso de financiación ilegal, del Partido Popular, es que esto sucede en un
momento donde los ciudadanos lo estamos pasando especialmente mal , ya no sólo por los recortes,
sino por la subida de impuestos , la bajada del nivel de vida y sobre todo por esa escandalosa cifra de los 6
millones de parados.
Este escándalo político de primer orden, en el
que está inmerso el PP, monopoliza absolutamente debate político y mantiene también bloqueada la acción del gobierno lo cual resulta especialmente grave. El
presidente del gobierno puede hacerse todas las fotos que quiera con los
empresarios de este país y aun siendo un asunto
importante recibir el respaldo de quienes deben crear puestos de trabajo, una
cosa no quita la otra. El asunto Bárcenas, por mucho que se empeñen
en Moncloa o en Génova, no se puede liquidar con un par de respuestas a
vuelapluma , sino que requiere explicaciones serias y, aunque no estaría
mal que fuera en sede parlamentaria, a
mi me daría igual cualquier otro formato
que permitiera aclarar todas las dudas.
Finalmente
para combatir el silencio del presidente,
Rubalcaba ha optado por anunciar una moción
de censura si el próximo día 24, en la Diputación permanente del Congreso, el PP se opone una vez más a la comparecencia de abajo. La moción, de presentarse, se haría
en los últimos días de Julio o a
principios de Agosto con media España de vacaciones, lo cual podría
quedarse en algo de consumo interno de los políticos
y de escasa eficacia.
Pero más allá de esto presentar una moción de censura, un
recurso de esta importancia política, requiere de algunos elementos que no se dan
en este caso. Según las reglas que figuran en el
reglamento del Congreso la moción debe incluir, lógicamente, un
candidato a la presidencia que plantee
el programa político de gobierno que piensa
formar por si, finalmente es elegido. Entonces ¿por
qué Rubalcaba insiste en que no
quiere ni puede sustituir a Rajoy? Precisamente en su explicación está la trampa y el porqué una moción de censura no se debería plantear en esos términos, ni tampoco posiblemente en este momento. Si
esta moción no sirve, como le sirvió a Felipe González en el 80 , para dar
un vuelco político no tiene ningún sentido plantearla y tiene el riesgo de convertirse en un
remedo de aquella patética actuación del entonces líder de la oposición Antonio Hernández Mancha en el 87.
De
entrada como se ha recordado estos días no sabemos si Rubalcaba va a ser o no
candidato de su partido en las próximas elecciones. Entonces
si no es el candidato, no tiene
programa y no tiene capacidad por el número de diputados que representa para ganar la moción ¿por qué quemar ese arma
parlamentaria, cuándo aun se ha llegado al
ecuador de esta legislatura?. Mucho me temo que si este si esta moción se llega plantear no va ser una moción de censura contra Rajoy si no la moción de la corrupción de todos y contra todos. En
ese debate además el caso Bárcenas van a salir a relucir los trapos sucios de todos.
Los ERES del Andalucía, la condena del caso Palau
que demuestra la financiación ilegal del partido de Artur
Más y una
larga y jugosa lista de de etc. con
corruptelas de todo tipo de todos los partidos. Su señorías se van a poner a gusto
porque tienen porquería de todos los colores ideológicos, pero lo que
es censurar sólo van a censurarse los unos a
los otros.
Lo correcto, lo sensato y lo más inteligente es que el presidente del gobierno diera las
explicaciones pertinentes, que fuera al Parlamento y que nos evitáramos el bochorno de ver cómo
se utiliza la moción para acercar, cada uno, el ascua a su sardina. El
remate de este sainete es que es la reglas no dicen si el presidente censurado está obligado a intervenir
ni siquiera a asistir, con lo que
se podría dar la paradoja de
ir a una censura contra Rajoy pero sin Rajoy. Eso sería el esperpento
final.