jueves 11 de julio de 2013, 16:56h
La Unión Europea va a
destinar 22.000 millones a I+D+i mientras el CSIC, nuestro principal organismo
científico está al borde del cierre y anda mendigando 75 millones de euros para
poder sobrevivir. Ese es nuestro retrato
de futuro. Sin ciencia no hay futuro y aunque la crisis haya cerrado casi todos
los grifos, el país que deja de invertir en investigación, en innovación, en
desarrollo, en tecnología no sólo no sale del pozo sino que retrocede décadas.
Como los políticos están a otras cosas, volveremos hacia atrás, después de unos
pocos años que parecían prometer otro futuro.
Juan Jesús Aznar, un periodista catalán acaba de publicar un excelente libro
("Diálogos alrededor de la ciencia", Calligraf, 2013) que acaba de ser
presentado en Madrid. El libro surge de un inteligente proyecto puesto en
marcha en Figueres, en el Ampurdán que consistía, entre otras cosas, en llevar
científicos, muchos del propio CSIC, para que dialogaran sobre la ciencia con
otros investigadores y con los ciudadanos. El libro es mucho más que veinte
entrevistas y permite conocer qué es, cómo está y dónde pretende ir la ciencia
española. Si la dejaran, claro.
Son diálogos, pero también
es un diagnóstico sobre la realidad. En el prólogo, Enric Trillas, ex presidente del CSIC, pone sobre la mesa muchos de
los problemas de la ciencia española. En España hay grandes investigadores,
algunos centros de excelencia reconocidos mundialmente -y no sólo en Madrid y
Barcelona sino en otras ciudades- y algunas redes bien cohesionadas. También
hay muchos investigadores manifiestamente mejorables y unos pocos, o no tan
pocos, a los que sólo sostiene la endogamia, especialmente si trabajan en la
Universidad. Y algo más muy importante: una escasísima, pobre, insuficiente
investigación en empresas y centros privados. Si no fuera por la inversión de
Estado -que se viene abajo cuando no hay qué gastar- no existiría investigación
en España. Así nos va. Tal vez por eso, muchos de nuestros mejores
investigadores se van fuera y será difícil que vuelvan, por más que el Don Juan
Carlos pida a los jóvenes que "cuando se den las condiciones" regresen a
España. Si eso llega, será difícil que cambien un trabajo con futuro por una promesa
vacía.
El problema es que los
políticos, los empresarios, los ciudadanos no ven qué relación tiene con
nosotros esa labor oscura, dura, mal pagada, nada valorada socialmente, de
muchos investigadores. Pero sin su trabajo, sin la aplicación de la ciencia a
la tecnología, esta sociedad moderna seguiría en la edad media. Y sin dedicar
recursos, medios, valoración a estos científicos españoles -algunos reconocidos
sólo fuera de nuestras fronteras- este país nuestro no saldrá nunca de la
crisis, aunque se acabe la crisis. La riqueza de las naciones, dice Trillas,
depende muy directamente de las empresas y la de éstas, de la tecnología y de
la cualificación de sus trabajadores. Al descuidar la investigación y la
educación, nos cargamos el futuro. ¿Cuántos de los que hoy terminan sus
carreras podrán emprender una actividad investigadora? El panorama es
desolador. Lean el libro de Juan Jesús Aznar y cambien el rumbo.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
22583 | Angel - 12/07/2013 @ 08:51:39 (GMT+1)
Por cierto, si no llegan ya los 75 MM Eur que faltan, el CSIC no pasa de octubre. Aunque el problema de fondo es que, debido a los recortes en I+D, el ministerio ingresa al CSIC entorno a 100 MM Eur/anuales menos de lo que necesita para mantener su funcionamiento mínimo. Para solucionar el tema yo sugiero al Gobierno que requise las cuentas suizas de un par de 'Bárcenas' al año, que con eso será suficiente. De esta manera, sólo con los chorizos que tenemos identificados a día de hoy, aseguraríamos el funcionamiento del CSIC por 150 años...
22582 | Angel - 12/07/2013 @ 07:19:26 (GMT+1)
Tiene usted toda la razón. Hay que poner en valor la I+D en la sociedad; hay que aumentar los fondos públicos a la investigación; hay que fomentar la inversión empresarial en I+D+i; hay que crear redes eficientes de colaboración público-privada en I+D+i; hay que orientar el gasto público en áreas de gran valor añadido como la energía, biomedicina, alimentación y medio ambiente para fomentar el crecimiento de empresas punteras en estas áreas; y en cuanto al CSIC, éste debe mejorar mucho su kafkiana gestión interna. Es sólo cuestión de voluntad política. Cordialmente.
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