Conste
que el ministro español de Exteriores me parece un tipo capaz, sensato,
con sentido del humor y que a veces se pierde por una frase, por una
gracieta. Estuve este martes en su desayuno masivo, organizado por
Europa Press, y le escuché decir, como no podía ser de otra forma, que
el 'caso Bárcenas' es obvio que no favorece la 'marca España'. Pero le
escuché también que los españoles somos los peores enemigos de los
españoles, como achacándonos que tanta publicidad en torno a Bárcenas y
sus amigotes (sean quienes sean) es lo que nos da mala fama en el
extranjero. Pensé que tal vez es el mensajero, y no al tesorero, a quien
hay que anular...
Ya digo: aprecio a José Manuel García Margallo. Pero me preocupan sus estadísticas. Para
defender las bondades de la 'marca España' (yo creo en esas bondades,
pero pienso que están mal gerenciadas), nos dijo que un ochenta por
ciento de los españoles está convencido de que este nuestro es un país
corrupto, "y solamente el cincuenta por ciento de los alemanes pienso
esto".
Pues eso: que me fui del desayuno profundamente inquieto. ¿Qué diablos estamos defendiendo?
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