Obituario
Fallece el general Emilio Alonso Manglano
lunes 08 de julio de 2013, 19:08h
Fue el padre de los
servicios de información modernos en España. Hasta la llegada del teniente
coronel Alonso Manglano al entonces CESID (Centro de Estudios Superiores de Información
de la Defensa)
los servicios secretos españoles estaban anticuados por su escasa dotación y su
práctica nulidad en el exterior. Solamente tenía eficacia en
contrainteligencia, aunque con pocos medios con una sola unidad operativa
eficaz pero insuficiente.
El CESID (hoy CNI, Centro
Nacional de Inteligencia) nace el 1.977 de dos organismos independientes entre
sí : la Segunda Sección
del Alto Estado Mayor, que hasta entonces se dedicaba preferentemente a la
contrainteligencia exterior, especialmente frente a la URSS y países satélites que
operaban en España principalmente para obtener información de material y bases
USA, y el SECED (Servicio Central de Documentación) dependiente de Presidencia
del Gobierno que se ocupaba la inteligencia exterior (Universidad, Iglesia,
Sindicatos, y después contra ETA con buenos resultados). Aunque con Adolfo
Suárez, con el teniente coronel Andrés Casinello al mando, el SECED había
dejado las funciones cuasi policiales de información para la represión y se
había centrado en informar para
construir la democracia y en la lucha antiterrorista. La segunda sección del
Ato estaba al mando del general Vallespín.
Al ir a fusionarse los
dos organismos, por ley su jefe tenía que ser un general, y si bien Vallespín
tenía el grado Casinello, no. Y como el primero no tenía interés en dirigir el
nuevo organismo, pese a idoneidad indubitable de Casinello hubo que nombrar un
general y apenas había interés entre los militares de esa categoría para ocupar el puesto. Así que
durante sus casi primeros cuatro años se sucedieran tres generales en su
dirección e incluso una bicefalia, hasta que el presidente Calvo- Sotelo abolió
la necesidad de ser general para mandar en el CESID y nombró director al
teniente coronel Emilio Alonso Manglano, hasta entonces jefe de Estado Mayor de
la Brigada Paracaidista,
unidad de elite acuartelada en Alcalá de Henares.
Emilio Alonso solicita y
obtiene presupuesto para modernizar los servicios secretos y los dota de medios
humanos y tecnológicos para afrontar retos en el exterior y en
contrainteligencia. Casado con una norteamericana, mantiene excelentes
relaciones con la CIA,
además de con el Mossad israelí. Por incidencias en el escalafón militar
asciende rápidamente hasta teniente general, máximo rango en la milicia y
continuaría al frente de los servicios
de información. Monárquico leal a Don Juan de Borbón en su juventud,
luego tendría una estrecha relación con el Rey don Juan Carlos.
Alonso Manglano estaba
sólidamente instalado al frente del CESID tras su nombramiento por Calvo-
Sotelo y su continuidad con Felipe González. Era un hombre con poder e infundía
respeto en el Gobierno y en los ambientes políticos y sociales en los que
desenvolvía. Hasta que la deslealtad de uno de sus subordinados, el coronel Juan
Alberto Perote hizo públicas intromisiones la vida privada de diversas
personalidades por pinchazos telefónicos. Nunca se aclaró si tales
interceptaciones habían sido casuales y no destruidas o si se habían realizado
intencionadamente. Lo cierto es que Perote, ante su cese, las había sustraído y
luego publicitado. El general Alonso Manglano tardó en reaccionar, se dijo que
por soberbia, ante la exigencia de un medio de comunicación de decirle lo que
tenía que hacer. El escándalo fue descomunal y finalmente tuvo que macharse y
arrastró consigo al vicepresidente del Gobierno y al ministro de Defensa.
El asunto terminaría en los
tribunales de justicia con lo que el escándalo dejó larga estela. Finalmente el
general Alonso Manglano salio indemne después de pasar muy malos tragos y
desempeñó una asesoría en el Gobierno en temas de defensa y seguridad. Estuvo
en la dirección del CESID catorce años, de 1.981 a 1.995 y ha fallecido a los 87 años. Tras los avatares
que sufrió por la deslealtad de su subordinado Perote, dejó en el Centro que él
contribuyó decisivamente a construir, un buen recuerdo por su trabajo y su
honestidad personal.
*Por Iñigo González