Hacemos la entrevista cuando CCOO acaba de celebrar Consejo
Regional, marco en el que ha quedado definida su actividad para los próximos
meses en un contexto que Gil califica de
"tremendamente duro".
Pregunta.- ¿Qué objetivos
se han marcado?
Respuesta.-
Ha sido un año muy complicado debido a la actitud de los gobiernos,
también el de Castilla-La Mancha, que se empeña en mantener una política
económica que ha demostrado estar fracasada, ser injusta y que, además, no
termina de resolver el problema. El objetivo fundamental es emplazar a los
poderes públicos y abrir espacios de negociación para cambiar las cosas
de manera más equilibrada y permitir que los esfuerzos que hay que hacer se
puedan repartir de forma más justa.
El hecho de que el Gobierno de Castilla-La
Mancha centre todos sus objetivos en reducir el déficit obviando a las
personas, pues...tiene consecuencias para las personas. Creemos que hay que controlar las cuentas públicas
pero hay que hacerlo en una horquilla razonable que permita combinarlo con políticas
de estímulo para que la economía crezca. Esto último no lo han hecho.
P.- ¿Lo cree
factible a corto plazo?
R.- Todo apunta a que, a nivel
europeo, esta reflexión se abre camino, tarde, pero bienvenida sea y espero que
este año se pueda concretar. Un país en recesión no genera empleo.
Hay un dato revelador y es que hace dos años,
en el mandato del gobierno actual se han destruido en Castilla-La Mancha 95.000
empleos y eso debería hacer pensar al
gobierno que su línea de actuación es equivocada. Espero que este planteamiento
que hicimos ya hace algunos años los
sindicatos de clase de este país, los gobiernos lo entiendan y nos pongamos a
trabajar conjuntamente.
"La indignación
hay que colectivizarla para que cambien las cosas"
P.- ¿Qué le ha
cambiado la crisis a CCOO Castilla-La Mancha?
R.- Esta crisis que es la más
prolongada de la democracia tiene unas consecuencias económicas evidentes pero
también sociales e incluso un cambio de valores de consecuencias no
predecibles. Lo ha cambiado todo porque la gente está sumida en la
desesperanza, en la desafección de todo aquello que tenga que ver con lo público
y hay sensación de resignación y de miedo que es lo que más atenaza a la
gente a la hora de canalizar la indignación que, por otro lado, entiendo que es
patrimonio personal.
Para que la indignación sea efectiva hay que
colectivizarla, para que haya resultados y cambien las cosas, por eso nos hemos movilizado y lo seguiremos
haciendo: Para que la gente pueda expresar su cabreo que está más que
justificado.
P.- No me ha
contestado a la pregunta...
R.- Nosotros no somos ajenos a esta
situación que le acabo de definir. Es necesario que el sindicato acentúe sus prioridades
con las personas. El sindicalismo no significa estar solo en las empresas, que
también, sino conectar con la sociedad. Es en lo que hemos trabajado en el
último año y medio para hacer un frente común. Ha habido un proceso de
readaptación, de priorizar cosas diferentes y de no vivir en una burbuja sino
escuchar a la gente.
También ha cambiado la forma de adaptar
nuestros recursos. Somos una parte más de la sociedad y vivimos las
consecuencias de la crisis.
P.- ¿Ha habido
espacio para la autocrítica?
R.- Siempre. Hubiera sido un error
no hacerlo. Pero no hablo de autocrítica para flagelarte de una manera estéril
sino para situar lo que no se ha hecho bien, intentar corregirlo y dar cuentas
después. Y además humildemente reconocerlo interna y externamente.
P.- ¿Y qué se ha
hecho mal? Ha habido mucha crítica externa hacia el papel de los sindicatos y supongo
que ha sido algo que les ha hecho reflexionar...
R.- A la derecha mediática, a la
derecha política...lo que les preocupa es tener trabajadores concienciados, que
sepan quién es el responsable de aquello que no les viene bien.
Hay una larga
campaña para criminalizar a los sindicatos de clase más representativos para
que tengamos un acceso menos directo con la gente. Es algo que se ha
incorporado a la acción del sindicato. Hay que responder explicando las cosas
más y mejor. Hay miles de empresas en las que el sindicato no está representado
y es más complicado que se entienda lo que hacemos y ser útiles.
En Castilla-La Mancha hay 11.000 empresas
donde se pueden hacer elecciones sindicales y apenas se hacen en la mitad. Es
un objetivo y una crítica también. El sindicato no es un fin en sí mismo sino
un instrumento para que los derechos no sean pisoteados.
P.- Le pongo un
ejemplo...La consejera de Economía y Empleo, Carmen Casero decía hace unos días
que ustedes conocían la situación de Gamesa desde hace tiempo y que se podía
hacer actuado antes para no llegar al cierre de
la planta de Albacete
R.- La incapacidad de la Consejería
para resolver un problema no puede intentar taparla con este tipo de
comentarios. Es verdad que las eólicas tienen dificultades desde hace tiempo, desde que se suprimieron las subvenciones, aquí y en todo el país.
Pero eso no
es razón para que Gamesa y menos la consejera justifiquen el cierre de una
planta que era viable y que tenía beneficios y gente muy cualificada. Me parece
poco honesto por su parte el argumento para encubrir su incapacidad como
gobierno para lograr que la empresa se siente y mantenga aquí el empleo.
Gamesa ha recibido mucho dinero de todos y
tiene la obligación moral y el Gobierno política de obligarles para que la
planta siguiera abierta. El Gobierno no
puede echar la culpa a los trabajadores. Es injusto.
P.- Le pongo otro
ejemplo que quizá pone a los sindicatos en el punto de mira...Geacam.
Allí se han escenificado posturas muy distintas de dos de los grandes
sindicatos, CCOO y UGT, sobre lo que firmaba o no se firmaba con el Gobierno
R.- En este caso está muy claro
porque además tenemos el refrendo de la justicia. Se plantea un expediente de
regulación de empleo que no compartimos, no firmamos y lo recurrimos ante los tribunales. A nosotros
nos dan la razón y se la quitan a aquellos que lo firmaron con Gobierno y la
empresa. Ahora estamos hablando con Geacam para aplicar la sentencia para dar
viabilidad a la empresa y certidumbre a los trabajadores.
Cuando hay un recorte sin razón, no lo
compartimos y aunque estemos solos defendemos nuestra posición. Tenemos que ser
capaces de que entiendan que hay que reponer derechos que se quitaron con ese
expediente.
P.- ¿Pero no cree
que esos desacuerdos sindicales confunden a la opinión pública?...Sobre todo,
si se terminara cerrando Geacam
R.- Creo que eso es un argumento
para imprimir miedo entre sindicatos y trabajadores que no ha cuajado. No hay
razón para que Geacam se cierre. Es una actividad consolidada, con
profesionales cualificados y que hay que seguir haciendo. No podemos abandonar
los montes de la región ni en verano ni en invierno que es uno de los problemas
que tiene Geacam. Deberían tener más sentido común y sentarse a debatir en vez
de amenazar.
Además, los sindicatos no siempre tenemos por
qué estar de acuerdo. Puede haber discrepancias puntuales en las que cada uno
defienda su posición de forma legítima pero estoy seguro de que ni siquiera UGT
pone en cuestión la unidad de acción.
P.- ¿Qué le
sugieren nombres como Teletech, Artevi, Solaria, Gamesa, CCM, Geacam,
Transaltozano...?
R.- Pues una crisis muy profunda que
no ha tenido el respaldo de los poderes públicos para evitar tantas
injusticias. En el caso de CCM-Liberbank llevan años pasando un viacrucis
injusto, sobre todo los profesionales. Cuando se conforma el Grupo Liberbank
parece que se había elegido a la gente de Castilla-La Mancha como chivo
expiatorio. Al acuerdo al que llegamos, en este caso sí con UGT y con
Liberbank, ha permitido atemperar los efectos del expediente que era un ERE y
ahora es un ERTE que minimiza las consecuencias que tenía para 900 personas que
trabajan en CCM.
El acuerdo es satisfactorio y tenemos que encontrar la
viabilidad para que CCM siga teniendo presencia en Castillas-La Mancha.
"Se han pasado de
vueltas en el ajuste y el recorte"
P.- ¿Cree que
últimos datos de paro indican, como ha dicho la presidenta Cospedal, que las cifras
macroeconómicas empiezan a mejorar en España y
en Castilla-la Mancha?
R.- Me gustaría creerla. Me
gustaría a mí y especialmente a los 300.000 parados de Castilla-La Mancha que
son los que padecen las consecuencias de estas políticas. Siendo un buen dato
hay que analizar las cifras. Históricamente desde que hay estadísticas de paro
registrado, en el mes de junio siempre ha bajado el desempleo.
Pero el dato más fiable para saber lo que
pasa en el mercado de trabajo es la Encuesta de Población Activa (EPA) porque
refleja la gente que quiere trabajar y no puede hacerlo y, en cambio, el paro
registrado se cocina y parece que últimamente el Gobierno regional tiene una
cocina de cinco estrellas. Más allá de esa cocina que no da una cifra real de
lo que ha pasado en junio en Castilla-La Mancha, la bajada del desempleo
siempre es positiva.
P.- ¿Está
Castilla-La Mancha mejor que hace dos años?
R.- No hay ningún dato que avale esa
afirmación. Los datos de empleo, de actividad económica, de crecimiento...que van
en sentido contrario. Hay otro par de datos que tienen que ver con los parados
de larga duración que había hace dos años, en torno a los 40.000 que ya es una
cifra importante y ahora tenemos cerca de 100.000. Esto viene a significar que
la situación no mejora sino que va cada vez peor.
Y hay otro dato que es estremecedor y que
denota que la región está enferma desde un punto de vista laboral y social: El
paro juvenil ha crecido en los dos últimos años en más de 16 puntos. Estamos
en el 64%. Es verdad que la cifra de
hace dos años, 48% de paro juvenil, era insoportable pero lo de ahora es
inasumible. No hay elementos para el
optimismo.
Si tenemos en cuenta que el PIB cayó el año
anterior casi el 3% como dijimos los sindicatos ante el Plan de Garantías de
los Servicios Sociales Básicos que anunció la presidenta del Gobierno, pues no
tenemos ninguna variable macroeconómica que nos haga pensar que estemos saliendo del túnel sino que
estamos cayendo en el pozo y además enterrando a mucha gente que lo está pasando francamente mal.
P.- ¿Y cuál es su
propuesta para revertir esta situación?
R.- Es inevitable un cambio de
política económica que permita estimular la economía. Que se abra el grifo del
crédito a las familias y a las empresas, sobre todo a las pymes. Que el dinero
circule, haya consumo y por lo tanto empleo. Hay países como Estados Unidos que
ha optado por esta vía y está saliendo y creando empleo. Los países de la Unión
Europea que han seguido a pies juntillas las directrices de la Troika están en
el hoyo.
P.- Europa nos
habla de reformas y reformas con las pensiones, el mercado laboral, la
fiscalidad... ¿Nos espera un nuevo otoño de recortes y medidas que no gustan a
todos?
R.- Cuando uno se equivoca y mucha
gente muestra que hay alternativas pero se persiste en repetir las medidas que
se demuestran inútiles, no hay más solución que la presión de la calle para que
los gobiernos lean esa indignación y
cambien.
Si la Unión Europea no es capaz de entender
que este camino nos lleva al precipicio griego y que mete en una fase muy
complicada a Alemania que todavía es el motor en no mucho tiempo estaremos
peor. Pero no lo decimos solo nosotros sino hasta el Fondo Monetario
Internacional que no se caracteriza precisamente por ser progresista. Se han
pasado de vueltas en el ajuste y el
recorte. Mantener esta posición es un suicidio colectivo aunque es verdad que
beneficia a unos pocos. Algunos se siguen forrando hoy como hace 40 años con
una dictadura.
Nosotros planteamos un impuesto a las
transmisiones financieras para que los bancos devuelvan una parte de lo que por
cierto de manera generosa los ciudadanos les hemos dado para que sean
solventes.
P.- El Gobierno de
Castilla-La Mancha habla, sin embargo, de cierto margen de maniobra al ser el
objetivo general de déficit menos
estricto, incluso, se habla de bajar impuestos. ¿Cree que será así y que no
habrá más recortes?
R.- Es que ese margen de maniobra
del 0,7% al 1,3% si realmente se
confirma tiene que dedicarse a políticas de empleo, a un plan especial para que
las 125.000 personas que no tienen ninguna cobertura, tengan posibilidades. Esa
es la prioridad.
En Castilla-La Mancha reducir el déficit desde el 7,3 de desviación presupuestaria a
1,5 en un año es una barbaridad.
P.- Pero el
Gobierno presume de ese logro...
R.- Sí, se presume de que se ha
conseguido pero no se dice a quien ha perjudicado, cuántas víctimas han tenido
esos seis puntos en un año, cuanta gente hay que tiene problemas para comer.
Ese es el logro. No lo compartimos.
"Hemos empezado a
hablar con el Gobierno y sería bueno que en julio hubiera conclusiones sobre el
empleo"
P.- ¿Y cuál es el
margen de negociación CCOO con el Gobierno de Castilla-La Mancha? ¿Cómo es su
relación? Tanto usted como el presidente de CECAM, Angel Nicolás, hablaban a
finales de año de la necesidad de un pacto pero no sé si es un deseo o tiene ya
algo de realidad.
R.- Es una necesidad, no un deseo.
Es verdad que hemos empezado a hablar aunque con mucha lentitud tanto de una
prioridad como es el empleo, como de la política industrial, de la formación...Hay
un elemento que dificulta mucho la negociación como es nuestra radical
oposición a la política macroeconómica del gobierno de Castilla-La Mancha. Pero
hay cuestiones más parciales que se pueden abordar como es el empleo. Hay
prevista una reunión con la Consejería en la que espero que podamos avanzar y
sería una buena noticia que en el mes de
julio hubiera alguna conclusión de esa mesa de empleo.
P.- Habla de lo
que no comparten con el gobierno pero ¿qué es lo positivo de su gestión?
R.- (Pausa) Digamos que...la parte de
normalización que se está llevando a cabo, no sin dificultad, en las mesas de
diálogo social quizá sea la parte más positiva. Pero que sea noticia que los
sindicatos más representativos y la patronal
hablan con el gobierno, en sí mismo ya es un problema porque este diálogo social jamás se tendría que
haber interrumpido, es algo consustancial de la democracia.
Han llegado a la feliz conclusión de que no
se puede gobernar en contra de todos o de espaldas a todos.
P.- En esa mesa de
diálogo social han cambiado pocas caras. Acaban de renovar mandato Angel
Nicolás, (CECAM), Carlos Pedrosa (UGT) y usted mismo en CCOO. No ha habido 'regeneración'
de la que tanto se habla ahora...
R.- Hombre, regenerar no es dar la
vuelta a todo. En mi caso hemos abordado el último mandato, supongo que algo
parecido han hecho los demás pero la regeneración no sólo es cambiar la cara
más visible. El sindicato somos muchos y ha habido una profunda renovación, no
sólo de personas sino de políticas como le decía al principio. Hemos salido
reforzados y con ganas de seguir trabajando, con compromiso, que es lo que te
permite seguir frente a las dificultades, por cierto, todas fuera, ninguna
dentro.
Tres mandatos están muy bien. Es suficiente.
Perpetuarse en el cargo es malo para la organización y para la persona.
P.- ¿Cómo está la
relación con CECAM? Parece que está cara la negociación colectiva...
R.- Hay un respeto, como siempre, a
la institución. Son interlocutores naturales pero es cierto que hay discrepancias
de fondo muy serias. Este año en la negociación colectiva se han visualizado
intereses muy contrapuestos y actitudes también muy contrapuestas como no
querer, por ejemplo, que la ultraactividad no tuviera ningún riesgo a fecha 8
de julio. A nivel nacional ha sido posible el acuerdo con CEOE y en la región
no lo ha sido con CECAM. Creo que demuestran que no tienen una voluntad clara de
consolidar las relaciones laborales en los convenios colectivos.
P.- ¿Y por qué a
nivel nacional sí y en Castilla-La Mancha no?
R.- Se me escapa. Quizá Angel
Nicolás, el presidente de CECAM podrá explicarlo. Yo no puedo.
P.- ¿Y coincide
con Angel Nicolás cuando asegura que hemos tocado fondo y que desde ahí
comenzará la recuperación?
R.- CECAM siempre ha sido muy
optimista. Creo que hay declaraciones muy parecidas hace un año o incluso hace
más tiempo. Pero la realidad es la que es. Quisiera creer lo mismo que él dice
creer pero hay datos, como antes veíamos que no apuntan en esa dirección.