La oportunidad perdida del PSOE
jueves 04 de julio de 2013, 16:40h
La imputación de la que fuera ministra de
Fomento y consejera de Economía de la Junta de Andalucía, Magdalena
Álvarez para que acuda a prestar declaración sobre el farragoso y
vergonzoso asunto de los ERES, ha supuesto, desde el punto de vista
político, una oportunidad perdida para el PSOE, máxime cuando con el
asunto Bárcenas no se han andado con miramientos de ningún tipo para
concluir, casi sin lugar a dudas, que detrás de todo está, nada menos,
que la financiación ilegal del partido en el Gobierno.
Ha sido una oportunidad perdida porque el PSOE ha caído en todos y
cada uno de los vicios que ha denunciado del PP. Desde que es una
"causa general" contra el partido, hasta poner "la mano en el fuego" por
Magdalena Álvarez e incluso concluir que la jueza Alaya quiere marcar
la agenda política de una situación como la de los socialistas andaluces
que sólo Griñán ha abierto en canal. Los más enterados de las "tripas"
de lo que ocurre en el socialismo andaluz sostienen que es justo lo
contrario. No es la jueza Alaya la que condiciona la agenda política; es
la agenda política la que se ha adecuado a las posibles acciones
judiciales.
Manuel Chaves es el que se ha encargado de recordar que un
imputado no es culpable de nada. Eso hemos sostenido muchos con
independencia de sobre quien recayera la imputación de turno y hay que
insistir una y mil veces que todos los imputados que en España tenemos
-son demasiados- son inocentes mientras no se demuestre lo contrario.
Comparto con el Presidente del Gobierno esa reflexión suya realizada
hace ya tiempo en la que ponía de manifiesto la gravedad que suponía que
en un país democrático, con un sistema jurídico fundamentalmente
garantista, lo que hubiera que demostrar es la inocencia y no la
culpabilidad.
Cuando al adversario se le exige un determinado comportamiento
-dimisión del Presidente del Gobierno, explicaciones sobre lo ocurrido
como si todos fueran compinches o compinches de Bárcenas, etc, etc*
--hay que ser conscientes, primero, de que las palabras no se las lleva
el viento y, segundo, no caer en el atolondramiento, máxime cuando en un
juzgado hay un asunto abierto de la categoría de los ERES. En política
-se esté en el Gobierno, se esté en la Oposición-- la prudencia suele
ser buena consejera. La experiencia nos dice hasta que punto es verdad
eso de que "donde las dan, las toman y callar es bueno". No se trata,
claro está, de callar. Si el PSOE no hubiera puesto encima de la mesa el
"asunto Bárcenas" hubiera resultado incomprensible. Lo que ocurre es
que se lanzaron tan de cabeza que es ahora y precisamente por ello, por
lo que cabía esperar del PSOE una reacción bien distinta a la que han
tenido tras conocer el auto de la juez Alaya.
Hay que reconocer, no obstante, que los socialistas y su dirección
federal no tienen un día tranquilo. El roto de Griñán es el que menos
esperaban y así, sin recuperarse y sin anestesia, la jueza Alaya cita a
Magdalena Álvarez. Estoy segura que si la imputada y número dos del
Banco Europeo de Inversión (BEI) hubiera sido del PP, a Oscar López le
hubiera faltado tiempo para pedir su dimisión para impedir manchar la
imagen de España.
El PSOE ha perdido la oportunidad de no cometer los mismos errores
del PP y quizás ha llegado el momento, para la buen a salud
democrática, que los partidos políticos, en lugar de hacerse sangre
mutuamente cuando aparece un caso de supuesta corrupción y hay imputados
por medio, acuerden cual debe ser el tratamiento de los mismos, que
alcance y recorrido debe tener un auto de imputación y que nos digan a
todos una y mil veces que nunca hay que demostrar la inocencia, que se
da por supuesta, sino demostrar la culpabilidad.
Comparto la tenacidad de los compañeros que una y mil veces
preguntan al Presidente del Gobierno sobre Bárcenas, sabiendo de
antemano que es más fácil que las ranas crien pelo que Rajoy pronuncie
el nombre de su extesorero. Los silencios del Presidente del Gobierno
pueden resultar irritantes pero ya verán como a no tardar dejan de ser
motivo de comentario. Y es que ahora -ya ha ocurrido- le preguntan por
Bárcenas, por Magdalena Álvarez e incluso por Griñán. ¿Se imaginan que
dijera algo?. ¿Volverá a preguntar Rubalcaba sobre Bárcenas en el
Congreso?.