El director general del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, Paolo Cipriani, y el vicedirector, Máximo Tulli, presentaron ayer su dimisión, según informó el Vaticano.
La renuncia de ambos, que fue aceptada por la Comisión de Cardenales y la dirección de la Superintendencia, se produce tras la detención, el pasado viernes, del alto prelado
Nunzio Scarano, acusado de fraude y corrupción en una investigación sobre las supuestas irregularidades de la institución banquera, relacionados, principalmente, con presunto blanqueo de dinero.
El Vaticano, en su nota, señala que "el director del IOR,
Paolo Cipriano, y el vicedirector,
Máximo Tully, han dimitido de sus cargos. Tras muchos años de servicio, los dos han tomado esa decisión en el mejor interés del instituto y de la Santa Sede".
Los diarios recuerdan que la noticia se produce cinco días después de que el Papa Francisco creara una comisión investigadora para que le informe directamente sobre el funcionamiento de la entidad bancaria.
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