jueves 27 de junio de 2013, 16:45h
Hoy la tentación es escribir del presidente andaluz José Antonio Griñán
o quizá del ministro Wert para no variar, acaso también podría dedicar
el artículo al "culebrón" que protagoniza Luis Bárcenas el ex tesorero
del PP, o poner el foco en Carmen Chacón. En fin, otra cosa no, pero las
noticias sobran a la hora de elegir tema para comentar la actualidad
política. Pero hoy es uno de esos días en los que voy a dejar los temas
de actualidad política a un lado porque quiero unirme a quienes vienen
pidiendo el indulto para Maria del Carmen García.
Recordarán ustedes que María del Carmen es la mujer que mató al
violador de su hija. Verónica tenía trece años cuando un sujeto la
violó. Pasado el tiempo y aprovechando un permiso penitenciario el
violador volvió al pueblo donde había perpetrado su fechoría y cuando
vio a María del Carmen, la madre de Verónica, su víctima, se dirigió
hacia ella para preguntarle por su hija.
María del Carmen sufrió un shock ¿Cómo era posible que el violador
de su hija estuviera suelto y tuviera la desvergüenza y la crueldad de
plantarse ante ella para reírse preguntándole por la niña? De manera que
compró gasolina, le buscó, le roció y le prendió fuego.
Después de pasar por prisión ahora está en libertad y hace meses
pidió el indulto al ministerio de Justicia que se lo denegó, lo que
provocó un autentico malestar social. Es insoportable que se indulte a
banqueros corruptos y sin embargo no se indulte a una madre que en una
momento de ofuscación cometió un delito. Ahora, de nuevo, el ministro
Gallardón tiene la petición de indulto sobre su mesa y mientras decide,
la Audiencia de Alicante ha decidido suspender la entrada en prisión de
María del Carmen.
No seré yo quién defienda que cada uno puede tomarse la Justicia
por su mano porque eso pondría fin al Estado de Derecho, pero si
defenderé que hay situaciones que merecen ser juzgados con todos los
eximentes posibles y en los que la sociedad tiene que ser generosa.
María del Carmen no es una asesina, no lo era cuando mató al
hombre que destrozó la vida de su hija. Tuvo un momento de ofuscamiento,
de dolor intenso que la llevó a actuar como lo hizo. Yo creo
sinceramente que merece el indulto, que no debería de volver a entrar en
prisión, que se la debería dejar rehacer su vida junto a Verónica, su
hija.
Por eso hoy quiero unir mi voz a las miles de voces que desde hace
meses le piden al ministro que firme el indulto de María del Carmen.
Espero que el ministro escuche y la sombra de la cárcel desaparezca del
horizonte de María del Carmen para siempre.