A los toros hay que matarlos, porque si no, por buena faena que haga el coletudo no corta las orejas. Algo de eso le ocurrió a nuestros 'toreros' de La Roja en el debú de la Copa Confederaciones. Tras un genial primer tiempo, en el que llegaron los goles de Pedro -siempre Pedro- y Soldado -el nuevo nueve de la Selección- pusieron justo y hasta corto colofón a la faena. Pero después, La Roja se durmió y encajó un golazo de falta directa de Luis Suárez, en el minuto 88, que puso algo de emoción final. A los toros hay que torearlos, sí. Pero también estoquearlos.
Estocadas aparte, España deleitó con una faena de alta escuela y artística, plantándose, cual corresponde, como serio aspirante a ganar el único título que le falta. Fue especialmente en una primera
parte para enmarcar.Dueña del balón, dando un recital de toque y desmarque, asfixiando a Uruguay hasta provocar su pérdida de identidad. El fútbol que asombra al mundo transformó los silbidos iniciales del
Arena Pernambuco en sonidos de admiración. Comenzaron por Iniesta, que
ofreció una de esas clases de toreo magistral sobre el césped. Lección a cada
balón que tocó. Con un socio como Cesc que hizo todo bien. Aparecía por
cualquier espacio para inventar y fabricar acciones de peligro. España
era un vendaval que pasó sobre Uruguay.
Del Bosque sabía que era mirado con lupa Iker
Casillas y el que era el examen más duro antes de semifinales, acabó
siendo tranquilo para el capitán. El míster apostó por un
jugador que llevaba cinco meses sin jugar un partido oficial. Con Víctor
Valdés con suficientes méritos a sus espaldas para ser titular, tiró
más la experiencia y el rol de Iker. Hasta los 29 minutos no intervino. A
una pelota peinada abajo por Cavani. Fue el único remate de Uruguay
hasta el gol de falta de Luis Suárez cuando el partido se cerraba.
De modo que los uruguayos no sólo vieron como España robó el balón y su posesión siempre
tenía sentido, sino que se sintieron toreados y humillados y empezaron a dar leña. Y es que Uruguay corría tras el balón. Su potencial ofensivo con Luis Suárez y
Cavani no salía a relucir. Tenían muchos metros de distancia que
recorrer hasta la portería rival. Fueron encerrados en su terreno.
Vieron como el toque de España terminaba en verticalidad. Centros de
Jordi Alba buscando rematador.
Primer aviso
Así que, como el la lidia, llegó el primer aviso a los diez minutos, cuando el poste evitó el primer tanto español: la profundidad de Alba acabó en un pase a Cesc tras
dejar pasar Iniesta el esférico por debajo de sus piernas. El derechazo
lo repelió la madera. La duda en España era el aspecto físico. La
presión en terreno rival y el robo en segundos demostró el buen estado. Muslera sacó como pudo un disparo de Iniesta antes de aliarse con la
mala suerte en el primer tanto del partido, como le ocurrió en el
amistoso de hace meses. En esta ocasión el disparo de Pedro a un rechace
de un saque de esquina golpeó en Lugano y desvió su trayectoria hacia
la red. Era el undécimo tanto del isleño. Máximo artillero de España
esta temporada.
Seguía, pues, el recital de la Roja, que era de tal magnitud que no
necesitó cometer una falta hasta los 24 minutos. Tras marcar quería más.
Xavi rozó la escuadra con una falta milimétrica y cuando el juego se
endurecía llegó la jugada del partido. Iniesta se deslizó para sacar un
contragolpe al espacio, Pedro dio continuidad con velocidad, Cesc
apareció entre líneas y Soldado colocó en la escuadra el remate. Se desquitó Muslera evitando el tercero con una intervención de reflejos
cuando Piqué remató a bocajarro un saque de esquina de Xavi. España
seguía dejando combinaciones preciosistas en los últimos metros.
Taconazos a los desdobles. Su juego más vistoso.
También lo siguió
mostrando en la reanudación hasta que decidió guardar fuerzas y acusó la
humedad del ambiente. Uruguay intentó tirar de orgullo en el arranque
pero Iniesta durmió sus intenciones. España tenía una capacidad pasmosa
para cambiar el ritmo. Con toque y siempre ofrecimiento de salida, en
los últimos metros metía una velocidad más. Así llegaron centros a
Soldado, que siempre quiso más. Disparos de Cesc e Iniesta, que a los 56
minutos bailó con el balón y fue dejando rivales en su camino hasta su
disparo cruzado.
Hubo alguna dormición y España se ganó abucheos cuando tocó sin
profundidad y esperó el paso de los minutos. No se sentía en peligro ni
con la entrada de Forlán y el intimidatorio 'tridente' ofensivo de
Uruguay. No chutaba a la puerta de Iker la Celeste. Forlán lanzó a las
nubes una falta y Pedro perdonó el tercero antes de dejar la imagen
preocupante, al ser sustituido con un problema muscular.
Y cuando
el partido se despedía llegó la emoción con el tanto de Luis Suárez a
dos minutos del final. Falta perfecta, inalcanzable para Casillas que
castigó la dejadez final de la Roja. Iniesta evitó sustos. Pidió
de nuevo la pelota para mostrar su don natural de marcharse en un
espacio corto de los rivales que le acechan y el colegiado japonés
perdonó la roja a Álvaro González que cazó por detrás a Soldado cuando
intentó poner el broche. No había tiempo. El duelo, más bien un festejo taurino, fue para España. Pero, se insiste, hay que estoquear los toros.
FICHA TÉCNICA
RESULTADO: ESPAÑA, 2 - URUGUAY, 1 (2-0, al descanso).
--ALINEACIONES
.
ESPAÑA: Casillas; Arbeloa, Piqué, Ramos, Jordi Alba; Busquets,
Xavi (Javi Martínez, min.76), Iniesta; Cesc (Cazorla, min.65), Pedro
(Mata, min.81) y Soldado.
URUGUAY: Muslera; Maxi Pereira, Godín, Lugano, Cáceres; Diego
Pérez (Forlán, min.69), Gargano (Lodeiro, min.63), Cristian Rodríguez,
Gastón Ramírez (Álvaro González, min.46); Cavani, y Luis Suárez.
--GOLES:
1 - 0, min. 20, Pedro.
2 - 0, min. 32, Soldado.
2 - 1, min. 88, Luis Suárez.
--ÁRBITRO: Yuichi Nishimura (JAP). Amonestó a Piqué (min.36) y
Arbeloa (min.71) por parte de España. Y a Cavani (min.27) y Lugano
(min.41) por pare de Uruguay
--ESTADIO: Arena Pernambuco de Recife.