Era el Seminario de Literatura
Infantil y Juvenil de Guadalajara, organizador del Maratón, quien se encargaba
de contar el último cuento para adentrarse, precisamente, en todo lo que
conlleva consigo en el mágico mundo de las historias: misterios, acertijos,
adivinanzas, amor, baritas mágicas, la
concesión de deseos...
Han sido muchas horas con 878
cuentos y 1.382 narradores según explicaba Blanca
Calvo, directora de la Biblioteca de Guadalajara. Unas cifra que, asegura, "no
dicen lo suficiente de lo que se ha vivido aquí: ilusiones, nervios, abrazos...".
También destacó la implicación de
todos los que hacen posible el maratón, la propia 'maquinaria' del evento pero
también la ciudad, los que escuchan. "Si no estuvieran todos ahí no sería
posible esta locura", comentaba para dar paso a los acordes que interpretó la
Banda de Música de Guadalajara mientras ya se piensa en la siguiente edición
Y es que
han sido muchas las actividades que se han desarrollado tanto dentro como fuera
de los muros del Palacio del Infantado, sede oficial del Maratón de los
Cuentos. Por ejemplo, otros tres
maratones en paralelo: El Maratón de Ilustración, el Maratón de Fotografía a
cargo de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara y el Maratón de Radio, del
que se ocupaba un año más la emisora de origen estudiantil Radio Arrebato. Junto a ellos, talleres, cuentos en algunos
de los principales monumentos de Guadalajara, conferencias...
Esta
edición deja un nuevo reconocimiento para el Maratón de los Cuentos de
Guadalajara porque el Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa
del Ministerio de Educación le concedía el sello "Buena Práctica
Iberoamericana" en el apartado de 'Otros Ámbitos' correspondiente al mes de
junio.
Este año, además,
una de las 'estrellas' del evento fue el conocido arqueólogo Juan Luis Arsuaga. No podía falta en
una cita que este año se ha celebrado bajo el lema 'De cueva en cueva',
buscando el origen de una tradición oral que ha permanecido a lo largo de los
siglos.
Arsuaga
habló de Atapuerca en el salón de actos del Palacio del Infantado lleno hasta
la bandera y un tanto molesto porque los asistentes le grabaran con móviles o
le hicieran fotos. "Me robas el alma" comentaba para dar paso a una hora de
charla que concluía asegurando que "la Prehistoria no es algo terminado o que
pertenezca al pasado. Nada ha desaparecido para siempre. Si somos capaces de
respetar esas fuerzas que han gobernado nuestra historia el mundo seguirá
equilibrado y en orden y se podrá vivir en paz".