domingo 16 de junio de 2013, 09:28h
No creo en un "ser vasco" como categoría ontológica. Puede ser una
reacción a la sobreexposición al término que sufro en mis visitas al macetero
solariego. No creo que haya muchos territorios en el mundo con tal obsesión por
colgar la etiqueta (ahora llamada "label") de "vascas" y "vascos" a todo lo que
se mueve o permanece quieto. Me resulta tan pintoresco como si en Calahorra
todo llevara la coletilla de "calagurritano". Y por ser una cosa calagurritana
estuviera nimbada de un misticismo étnico inasible para los humanos.
Eso le pasa al cupo o concierto vasco basado en los fueros.
Igualdad fue uno de los principios revolucionarios liberales contra
los privilegios del Antiguo Régimen. Igualdad contra las prerrogativas de
los estamentos privilegiados; nobleza y
clero, y en especial el favor real de no pagar los impuestos directos
recaudados para hacer frente a los gastos extraordinarios. El Señorío de
Vizcaya era un territorio que gozaba de ese mismo privilegio merced a sus
fueros.
Frente a la Constitución Liberal de Cádiz de 1812, y su concepto liberal
de igualdad para todos los españoles los fueros de las provincias vascas se
convierten, simbólicamente, en idolatrada bandera tradicionalista. La amenaza
del carlismo, latente o beligerante hasta bien entrado el siglo XX, mantuvo
vigentes los fueros en el constitucionalismo histórico, como fue el terrorismo
y la amenaza de la radicalización de los peneuvistas lo que insertó el
anacronismo del cupo foral en la Constitución del 78. Fue el precio para intentar
atraer a los nacionalistas vascos moderados al marco constitucional, aunque su
lealtad apenas se alquiló y por poco tiempo. Por unos 1.800 millones de euros al
año pagados por el resto de las comunidades, como ahora critican los
socialistas catalanes.
Los partidos vascos, desde el PP hasta los nacionalistas, defienden el
Concierto con el argumento de la tradición y la historia. El mismo usado en
Tordesillas para sostener la tortura anual del toro alanceado hasta la muerte.
O el esgrimido por los Grandes de España para disfrutar del privilegio del
pasaporte diplomático mantenido ¡hasta 1984!
Esto no es una cuestión de ser vasco o no serlo. Ni de ser Agamenón o
su porquero. Los Fueros eran lo que eran, y no se pueden defender como si la
tradición fuera un argumento lógico. Tampoco por el victimismo de una discriminación
positiva; como una suerte de resorte compensador de ciertos supuestos agravios
históricos relatados de generación en generación por los más viejos del lugar.
Y por cierto; si es por historia el fuero de Vizcaya data de 1527, y el de
Calahorra de 1110; cuatrocientos años más antiguo el fuero calagurritano.
Foro asociado a esta noticia:
Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (4)
22117 | Iñasio - 18/06/2013 @ 08:57:54 (GMT+1)
Aibalaostia qué chocholo. ¿Envidia tenéis o qué? ¡Poner fueros pues también allí en Santander y dejar ya de dar la txapa con la lege zaharra de los demás, joder!
22107 | jesus portugal - 17/06/2013 @ 15:27:41 (GMT+1)
boa trde, senhor bruno. puestos a despropositos, argumentos historicos interesados, etc., por parte de los catalanes, vascos , medias y tal, se me ocurre, con 39 de fiebre y sometido a un fuerte tratamiento a base de aguardente velha, que deberiamos, con razòn, INVADIR ANDORRA. A ver si a alguien se le ocurre una chorrada mas grande. abraços
22104 | B T-M - 17/06/2013 @ 00:56:25 (GMT+1)
En efecto, señor Kroker. Las declaraciones de Andoni Ortuzar presidente del PNV, publicadas hoy, domingo, son reveladoras. "Aceptamos estar en el Estado por el Concierto, un pacto entre iguales; si se rompe somos libres". La amenaza es explícita, como la resistencia habitual a pronunciar la palabra "España" en contraste con la miríada de "euskos" y "vascos" que lo adjetivan todo, desde los autobuses y el metro al Palacio de Justicia. Pero históricamente nunca hubo ningún pacto. ¿Quién lo firmó? ¿Cuándo? ¿Cómo iguales? ¿Iguales unos señores feudales? ¿y en nombre de quiénes lo firmaron? ¿O fue el emperador Carlos, Señor de Vizcaya, en 1527 en virtud de su augusta gracia?. Es como si los descendientes de Juan de Bethencourt siguieran reclamando los derechos derivados de la conquista de las Canarias que emprendieron en 1402 y que pactaron como vasallos, ellos sí, con la Corona de Castilla.
22101 | kroker - 16/06/2013 @ 18:56:23 (GMT+1)
Ciertamente que ese es el plus que el nacionalismo da a ciertos elementos para diferenciarse del resto. Da igual que tu vino sea una bazofia, si es canario (por ejemplo) al ser vino del país tiene que ser necesariamente bueno. Si no te pliegas a esas premisas, es que ya tienes el paladar distorsionado por el "jumilla" (término éste utilizado por la familia del pueblo, para el vino "de fuera") y claro, ya no valoras igual lo de la tierra. Discusiones familiares a parte, en política es más o menos lo mismo. Hace poco (no recuerdo en qué medio) se publicó el mapa del caciquismo en la España de 2013; comparativamente hablando con la España de 1913 (que también se ensañaba), no hemos cambiado nada en ciertas cosas.
Si la tradición consiste en seguir manteniendo los privilegios de casta como hasta ahora, mejor iniciamos un nuevo proceso constituyente para desterrar definitivamente este estado de cosas. Determinadas normas siguen primando la existencia de privilegios entre los territorios, y de unos ciudadanos frente a otros. No podemos, ni queremos ya seguir así; si eso supone que determinadas regiones se quieran excluir, allá ellos, pero ya dan ganas de caminar como nación sin pagar peajes a nadie. El que quiera, pues ya sabe a que atenerse.
|
|