"No hay solución militar al conflicto sirio",
porque cualquier acto de armas a la oposición será respondida por cualquiera de
los países que apoyan al régimen de Al-Assad con un entrega mayor al propio
régimen y "la escalada sería insostenible". Esa es la posición española frente
a las tesis norteamericanas que apuestan por entregar armas pesadas a los
rebeldes y abrir un espacio de exclusión aérea, como se hizo en Libia. La
posición española ha sido claramente expuesta por el ministro de Asuntos
Exteriores, José Manuel García-Margallo, tras la reunión del Consejo de
Ministros.
Ante la solución adoptada por
Barack Hussein Obama,
que ha dicho que Estados Unidos tiene constancia de que el régimen sirio utilizó
armas químicas y que, por tanto, Washington va a ayudar militarmente a los
rebeldes, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación,
José Manuel
García-Margallo, ha sido muy claro al sentar la posición española: en Siria no
vale una solución como la de Irak, que nadie piensa en ella por lo que
significó de fracaso, pero tampoco como la que se adoptó en Libia para acabar
con
Muammar el Gadafi: "No hay una solución militar al conflicto sirio",
ha dicho textualmente Margallo, quien ha recordado la credibilidad que España
tiene en el mundo árabe.
Margallo ha sido clarísimo en la rueda de prensa
tras el Consejo de Ministros. Ante la posición norteamericana de armar a los
rebeldes, hay que tener en cuenta que se puede producir una escalada
armamentística y militar, ya que el régimen sirio de
Bashar el Assad recibirá a
su vez cargamentos de armas aún más potentes para frenar el nuevo empuje que iba
a tener el Ejército Libre Sirio (ELS). Este caso no es como el libio y, por lo
tanto, el remedio sería peor que la enfermedad.
Margallo ha mostrado este viernes un absoluto
conocimiento no sólo de lo que ocurre en Siria, sino del mundo árabe en
general, y ha recordado a nuestros 'socios' europeos y trasatlánticos el gran
predicamento que España tiene en el mundo árabe.
Así, Margallo ha reconocido que la situación en el
país de Oriente Próximo está "empeorando por momentos y acelerándose con
una velocidad insospechada hasta hace sólo días". Para él, este
'empeoramiento' se debe "a las intervenciones del exterior". En
concreto, en Siria ya combaten al lado de Al-Assad efectivos de la Guardia
Revolucionaria iraní, de Hezbolá ("Partido de Dios") y yihadistas de
todo el mundo, pero el régimen sirio cuenta además con el apoyo del bloque Rusia
y países satélite o asociados-China-Irán. La posición contraria la mantienen Estados
Unidos-Unión Europea-Liga Árabe, lo que deja en tablas sangrientas el
conflicto.
La delgada línea rojaPor esas razones, el anuncio de la Casa Blanca de
la constatación de que Damasco utilizó armas químicas, implica para Margallo "que
se ha pasado una línea roja, por lo que una acción se tiene que tomar",
pero el problema es "¿en qué consistirá esa acción?".
Margallo, que en los
últimos días ha mantenido apretadas reuniones sobre este tema con sus colegas
francés y turco y con la responsable de Exteriores de la UE, Margaret Ashton, dice
que lo que se está dilucidando es la "entrega de armas pesadas a la
oposición" y la creación de "una zona de exclusión aérea". Pero
eso es lo que conllevaría que Rusia-China-Irán armen aún mejor al régimen de Al-Assad.
En todo caso, Margallo ha dado por buenas unas
cifras escalofriantes en Siria: 93.000 muertos, 3,5 millones de refugiados y un
número incalculable de desplazados. Es una auténtica tragedia humanitaria que
puede aún agravarse más si se confirmara la caída de Alepo en manos del régimen
sirio: Margallo coincide con su colega francés
Laurent Fabius en que tendría
"consecuencias apocalípticas" para "todo Oriente Próximo",
porque podría afectar a Jordania, Líbano, Turquía e Irak, así como indirectamente
a Israel.
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