Será una modulación o una exploración, como ha
confirmado el presidente del Gobierno, pero en los próximos meses, sino antes,
tendremos noticias sobre una modificación del IVA. Hace pocos días Bruselas
reclamó al Gobierno una revisión sistemática del sistema tributario para 2014.
El ministro de Hacienda,
Cristóbal Montoro, asume que tendrá que seguir "las
líneas maestras" marcadas por Europa. Pero lo hará "a partir de que se vaya
normalizando la recaudación, en un escenario económico diferente".
La primera recomendación de la Comisión al Gobierno es
que "explore el margen existente para una mayor limitación de la aplicación de
los tipos de IVA reducidos y adoptar medidas adicionales en lo que respecta a
los impuestos medioambientales, sobre todo los impuestos sobre los
carburantes". La CE aspira a que aumente el IVA de los transportes y del sector
del ocio, entre los que se encuentra en turismo. Pero el Ejecutivo se resiste a
caminar por esta senda. Montoro rechaza una nueva subida del IVA tras el
aumento del pasado septiembre. No obstante, un tribunal europeo obligará a
elevar al tipo general (21%) algunos productos sanitarios y los servicios de
los notarios y registradores.
En España no hay tantos productos o servicios que
tributen al 4%, y entre ellos se encuentran alimentos como el pan, la harina,
la leche, el queso, los huevos, las frutas, las verduras, las legumbres y los
cereales. Eso sí, la mayoría de estos productos básicos de la cesta de la
compra no sufrirán incrementos tributarios.
En
cambio, otros de los productos que están dentro de la categoría del tipo
superreducido y que podrían verse afectados por una hipotética subida son los
libros, los periódicos y revistas. En la subida de septiembre de 2012, el
material escolar -plastilina, agendas, cartulinas, mochilas, forro de libros-
pasó a tributar del 4% al 21%; se salvaron entonces los libros de texto, los
álbumes, las partituras, los mapas y los cuadernos de dibujo.
El
tipo superreducido del 4% en España se aplica también a las prótesis e
implantes internos para personas con minusvalía, los vehículos para personas
con movilidad reducida o que transporten a personas con discapacidad, a las
viviendas calificadas administrativamente como de protección oficial de régimen
especial, ayuda a domicilio, centro de día y de noche y atención residencial,
entre otros.
En un primer momento el presidente del Gobierno
Rajoy
rechazó una subida general del IVA en España, aunque sin descartar que algún
producto pueda moverse de tramo. Ayer el titular de Economía,
Luis de Guindos,
niega tajantemente una nueva subida del IVA. "Los tipos reducidos y
superreducidos van a continuar, y lo que puede cambiar son algunos productos,
pero nunca serán productos importantes, por lo que no habrá una subida de IVA
como la de 2012, sino que podría haber un ajuste menor", explica.
Mientras, el ministro de Industria, José Manuel Soria, aseguró que algunos
productos sí que sufrirán un aumento tributario ya que dejarán de aplicar el
tipo reducido del 4% o el 10% y pasarán a gravarse al 21%, aunque ello no
afectará al turismo en la medida en que la hostelería y los servicios en bares
y restaurantes seguirán aplicando el tipo del 10%.
Bruselas es partidaria de reequilibrar la fiscalidad
hacia los impuestos indirectos (que gravan el consumo, como el IVA o los
especiales) para bajar los directos (IRPF y Sociedades). Para contentar a
Bruselas, Hacienda ya ha anunciado que subirá algunos impuestos especiales.
Pero ha insistido en que no tocará hidrocarburos. España tiene uno de los
impuestos sobre los carburantes más bajos. El problema es que el precio de las
gasolinas sin impuestos es de los más elevados del continente. Para compensar,
Montoro estudia establecer otros impuestos verdes que graven la contaminación.
Recaudación en picado
La crisis ha provocado que las bases imponibles se
desplomen en los últimos años. Desde 2007 las bases han disminuido en cerca de
200.000 millones, un 20% del PIB. Ante esta situación el Gobierno se ha
dedicado a buscar soluciones de emergencia. En el último año ha aprobado una
subida del IVA, IRPF, supresión de deducciones en sociedades, para tratar de
engordar la recaudación.
El sindicato de los técnicos del
Ministerio de Hacienda, Gestha, ha denunciado que la elevada bolsa de fraude
fiscal de España coloca al país en las peores posiciones de recaudación de
impuestos de la Unión Europea de los 27, a pesar de estas últimas subidas
impositivas, las cuales no recaudaron nada debido al aumento del fraude fiscal.
Los técnicos han estimado que España pierde cada año alrededor de 17.176
millones de euros por el fraude en el IVA, debido a que las empresas realizan
las prácticas fiscales más agresivas y las que más defraudan al fisco,
concentrando casi el 72% del fraude total.
Gestha ha explicado en un comunicado que
el fraude fiscal ha dejado sin efecto la subida del IVA de 2010, cuando el tipo
general pasó del 16% al 18%, puesto que en 2011 Hacienda recaudó por este
impuesto el equivalente al 5,4% del PIB, porcentaje situado por debajo del 6%
registrado en el año 2007, pese a que el tipo de gravamen era más bajo, es
decir, se recaudó menos que con un IVA más bajo. En relación al IVA, Gestha ha
indicado que de cada 100 euros que se gastan en España, Hacienda sólo logra
recaudar 9,7 euros de media, frente a los 12,3 euros que se obtienen en el
conjunto de países de la Unión Europea (UE). Las estimaciones que han llevado a
cabo indican que el país pierde 17.176 millones de euros debido al fraude, y
que el escaso rendimiento del impuesto demuestra la "escasa efectividad de
Hacienda".
Esta baja efectividad en mayor medida en
el Impuesto de Sociedades, cuya contribución al PIB se redujo en tres puntos
porcentuales. El sindicato ha atribuido la falta de eficiencia a "la alta tasa
de evasión fiscal, que se acentúa en época de crisis, así como a una lucha
contra el fraude, claramente mal enfocada", lo que impide sacar a impuestos
como el IVA todo su potencial. Según han considerado los técnicos, la
incapacidad de la Agencia Tributaria para sacar mayor rendimiento a las subidas
impositivas aprobadas a lo largo de los últimos años, es evidente, así como que
Hacienda tampoco ha evitado que la presión fiscal se desplomara en casi seis
puntos desde el inicio de la crisis, al pasar del 37,1% del PIB al 31,4%, un
dato que demuestra "cómo España está perdiendo capacidad recaudatoria".
De esta manera, el colectivo de técnicos
ha hecho hincapié en que la "elevada bolsa de fraude" de España ha situado al
país en las "peores" posiciones de recaudación de impuestos de la UE, además de
indicar que a pesar de que España es el quinto país con el tipo de gravamen en
el Impuesto de Sociedades más elevado, del 30%, casi siete puntos por encima de
la media de la UE, 23,1%, su recaudación es de las más bajas, lo que ha
relegado al país a la posición número 22 de 27 de la UE. Gestha ha subrayado
que el Impuesto de Sociedades es "sin duda, el impuesto que más peso ha perdido
en estos últimos años debido a que son las grandes empresas las que realizan
las prácticas fiscales agresivas y las que más defraudan al fisco, concentrando
casi el 72% del fraude total".
El dilema del IRPF
Ante las presiones internas y externas para deshacer
la subida del IRPF de principios de 2012, el titular de Hacienda se ha
comprometido a una nueva reforma. Este tributo es uno de los más complejos de
todo el sistema. Los expertos consideran que la subida ha creado más
distorsiones que recaudación. Pero advierten que tampoco se pueden bajar
impuestos sin acompasarlos con reducciones de gasto público. Algunos proponen
que para reformar este impuesto habría que elevar los mínimos exentos para las
familias con menos recursos. Y es que en los últimos años apenas se han tocado
mientras que el IPC ha actualizado al alza todos los tramos del tributo.
Ramsés Pérez-Boga, presidente de la Organización de
Inspectores de Hacienda del Estado, sostiene que "habría que reducir el peso
excesivo de la tributación de las rentas del trabajo. No es de recibo que cerca
del 90% de los impuestos sobre la renta procedan de los asalariados. Se debería
equilibrar con rentas de capital y actividades profesionales".
Precisamente una de las principales recomendaciones de
Bruselas pasa por "considerar una mayor limitación del gasto fiscal relativo a
la imposición directa". Esto se traduce en suprimir algunas de las múltiples
deducciones del IRPF y sociedades.
La mayoría de los expertos coinciden en que hay que
revisar las desgravaciones que suponen un coste para el Estado de cerca de
16.400 millones. La más cuantiosa es la deducción por compra de vivienda, unos
1.800 millones al año. Pero el punto de mira de Bruselas está puesto en la
deducción sobre planes de pensiones privados. "En el impuesto sobre la renta
personal, la desgravación fiscal de las contribuciones a planes de pensiones
tiene efectos regresivos y falsea la composición del ahorro", señala la
Comisión Europea.
En el impuesto de sociedades, los tecnócratas de la
Comisión recomiendan a España "adoptar medidas adicionales para reducir el
sesgo en favor del endeudamiento". Aquí, la mirilla de Bruselas está dirigida a
la deducción por gastos financieros. El Gobierno ya la ha limitado y Montoro no
parece dispuesto a reducirla más. El Ejecutivo tiene avanzado un plan para
reformar este tributo que pasa por afeitar algunas de las múltiples deducciones
que permite que las grandes empresas rebajen su factura fiscal.
Otra comisión de expertos
Después de la experiencia en la incipiente reforma de
las pensiones, parece que el Ejecutivo le ha cogido gusto a la fórmula de
recurrir a una comisión de expertos que vista de profesionalidad e incluso de
legitimidad sus próximas decisiones. Así, Cristóbal Montoro ha anunciado la
próxima creación de un comité de expertos que asesorará de manera independiente
al Gobierno en la reforma del sistema tributario.
"Este es el futuro de nuestro sistema
tributario", ha asegurado el titular de Hacienda, quien ha señalado que en
las próximas semanas concretará la formación de este comité de expertos, que
tendrá que definir qué impuestos debería subir o bajar el Gobierno en el
futuro.
Montoro ha subrayado, en cualquier caso, que las
medidas a adoptar no tienen por qué ser como las que ha tenido que tomar el
Gobierno en 2012, en el que subió algunos impuestos como el IVA.
"Cuando hubiere necesidad de subir algún tipo de
impuesto, por ejemplo el medioambiental, que es la línea que todos en Europa
tenemos que ir practicando, se hará bajando otros impuestos que hoy cargan
sobre el empleo y hacen que sea gravoso para las empresas contratar", ha
manifestado. Su objetivo también es inscribir ese planteamiento de reforma
tributaria en lo que sería "un cambio en la financiación autonómica".
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