"En este hospital bajo tierra se encuentra el máximo
dirigente de la Revolución Cubana unido a un ventilador mecánico que le sirve
de soporte, ya que su respiración dejó de ser espontánea", comenta.
Según informa, "
Fidel requiere de la asistencia de aparatos médicos
sofisticados que son controlados durante 24 horas continuas por médicos
españoles y rusos encargados de su salud, que a su vez son vigilados por el
Servicio G2 de espionaje cubano".
"Ahora inconsciente y bajo sedación profunda, con la barba y el bigote
recortado para darle paso a los componentes que sostienen el tubo endotraqueal,
luce devastado, acabado, sin el porte de aquel que asaltó el Cuartel Moncada y
le apostó a la Historia una absolución que nunca ha llegado", señala.
Asimismo, el autor indica que "en la parte izquierda de su cuello penetra
por la vena yugular un catéter a través del cual se administran soluciones y
medicamentos que sirven de sostén al viejo dictador del Caribe, que habiendo
decidido el destino de más de diez mil personas en paredones de fusilamiento y
de más de ciento cincuenta mil almas que perdieron la vida huyendo de Cuba, no
puede disponer de su propia existencia no obstante ser icono de una revolución
fracasada".
Hace unos meses, el
profeta Reinaldo Dos Santos aseguró: "Los dos
van a ir juntos (Fidel Castro y Chávez). Se va uno y enseguida se va el
otro".
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