Los directivos y los empleados de la Sociedad de Gestión de Activos
Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) con información
reservada no podrán adquirir o alquilar activos de la sociedad.
Esta prohibición se hace extensiva a los miembros de su entorno
familiar más inmediato, según el "exigente" código de conducta para
empleados y para todas aquellas personas involucradas en sus operaciones
aprobado por el organismo presidido por
Belén Romana.
En un comunicado, la empresa indicó que este código crea el marco
de actuación que la permitirá desarrollar "de manera satisfactoria, y
bajo la atenta mirada de las autoridades y de la sociedad en general, la
importante labor que le ha sido encomendada".
En concreto, el código, que entró en vigor el 20 de mayo,
establece una serie de obligaciones para los empleados de Sareb, que
deberán suscribir anualmente una declaración. Su incumplimiento puede
dar lugar a sanciones disciplinarias.
Además, se adoptan medidas para evitar los casos de conflictos de
intereses, y, así, en el caso de que se produzcan estas situaciones, el
empleado deberá comunicarlo por escrito y abstenerse de intervenir en
decisiones que puedan afectar a sus propios intereses.
Adicionalmente, los empleados con posiciones relevantes en Sareb
deberán mantener informada a la compañía de las personas que integren su
entorno más cercano, y de aquellas otras, físicas o jurídicas, con las
que compartan intereses económicos.
Prohibe aceptar regalosAsimismo, y para preservar la objetividad e imparcialidad absoluta
en las decisiones, el conocido como 'banco malo' prohíbe la aceptación
de regalos e invitaciones de clientes, proveedores, o cualquier otra
persona física o jurídica que pretenda establecer relaciones de negocio
con la compañía.
El código de conducta establece la adopción de varias medidas para
evitar que la empresa se vea envuelta en operaciones o transacciones
vinculadas con actividades delictivas, como el blanqueo de capitales, la
financiación del terrorismo, el fraude o cualquier forma de corrupción.
Además de cumplir con todas las exigencias de la Ley 10/2010 de
Prevención del Blanqueo de Capitales, Sareb se dotará de un sistema de
control interno, que le permitirá asegurarse que se cumplen todas las
normas y estándares éticos. En este sentido, ha habilitado una vía de
comunicación para facilitar la presentación de denuncias de
incumplimientos.
Sareb, que así impulsa los compromisos de integridad,
transparencia y comportamiento cívico, destacó que este código supone
"un paso más" en su objetivo de cumplir con los principios éticos más
exigentes a nivel nacional e internacional.
Así, la empresa se está dotando desde su nacimiento en noviembre
de 2012 de reglamentos internos y reglas de actuación adicionales que
implican a todos sus grupos de interés, que tienen como referencia la
norma vigente para entidades cotizadas y otras regulaciones referentes.
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