Así lo ha explicado la alcaldesa, Mari Carmen Salmerón, que ha matizado que esta determinación se tomó después de una "trifulca entre dos vecinos del pueblo que tenía difícil solución".
Según ha explicado, el objetivo es sancionar a aquellos que perturben el descanso de los demás en horas intempestivas "como la hora de la siesta" pero especialmente "de dos a ocho de la madrugada".
"Es necesario que en los pueblos se respeten los usos y costumbres y, a veces, aunque parece que la gente no está haciendo nada hay tonterías que hay que evitar", ha indicado. La primera edil de la localidad ha dicho que "la intención del Consistorio no es multar a la primera de cambio, sino que, tras varias denuncias, se lleve a cabo la sanción".
En este sentido, incumplir la ordenanza puede acarrear multas de entre 300 a 3.000 euros.