martes 14 de mayo de 2013, 14:13h
El otro día leí un artículo de Juan Sánchez González , profesor de Historia contemporánea de la Universidad de
Extremadura, donde se sostenía que lo que se dilucida ,ante
la grave crisis política que padecemos , no es un cambio de modelo porque no parece concebibles alternativas a
la democracia,si no lo que está en cuestión es la la viabilidad que la
calidad de nuestra democracia,
siempre susceptible de mejora,
pero también de ostensible empeoramiento.
Me gustó la idea porque,
efectivamente, la crisis económica se está llevando por delante muchas cosas y es un campo abonado
para los aventureros de la política , aunque yo no soy de las
que pienso que España pueda cuajar un modelo a la
italiana.
Recordaba
el profesor que durante un tiempo se presentó
a la Transicion española como modelo ejemplar , incluso exportable, pero pronto se atenuó el diapasón y con el paso de
los años el modelo se ha sometido a un exagerado
cuestionamiento , tanto en los ámbitos políticos como académicos o mediaticos . Insistía
en que algunos han incidido en
conjurar transición con "transacción " e incluso
"traición" subrayando la importancia perniciosas de
pactos, claudicaciones y componendas y el carácter oligárquico y opaco de los centros
de poder y decisión. No digo yo que para un
sector de la población esto no sea así, pero los que
vivimos la transición sabemos de la importancia
del consenso y el pacto y lo que eso supuso de renuncia ideológica para algunos cuyas convicciones parecían inamovibles. Yo he sido una de las que elogiado los
pactos de la Moncloa y la importancia
que tuvieron para sacar a España de una situación económica nefasta en un momento políticamente muy complicado y sigo pensando lo mismo.
Desde
luego no hay ni un solo ciudadano en este país
que ante la pregunta de si los Partidos políticos
tienen que pactar y entenderse responda con un " no" , el problema
es cuando desciendes a la letra pequeña y y la palabra pactó si utiliza con una
trampa para atacar al adversario. Aquí nadie quiere pactar con nadie
y esa es la cruda realidad. El PP porque tiene mayoría absoluta para
sacar adelante la legislatura y además no se fía un pelo de Rubalcaba. EL PSOE porque, aunque lo
pida con la boca pequeña y, sea o no una cortina de humo para tapar sus propios problemas internos,
llegado el caso no aceptaría ninguno de los planteamientos del gobierno porque lo que
quiere es situarse en las antípodas. En cuándo a los partidos pequeños, especialmente IU y UPyd , ¿para que van a pactar nada si las encuestas les dan unas
subidas especulares?. Y qué decir de los sindicatos,
incluso de los empresarios, que van por libre y a lo suyo intentado
proteger sus propios chiringuitos.
España no es un país de pactos sino de bronca y estamos tan acostumbrados a la bronca política que nadie se fía de nadie, ni siquiera en estos momentos que tenemos el
agua cuello. Si de verdad nuestra democracia estuviera plenamente consolidada
con más 6 millones de parados y la mitad de nuestros
jóvenes sin empleo o
emigrando, hace mucho tiempo que estarían todos remando la misma dirección pero de eso nada , de nada , para desanimo de los
ciudadanos. Ya pueden apuntar todas las encuestas el profundo, profundísimo, desgaste que
padecen los grandes partidos políticos,. Ya puede señalar la gran desconfianza que
provocan los líderes de todos los colores
ideológicos o incluso la gravísima desafección de los ciudadanos. Aquí no se mueve nadie porque siguen creyendo que las cosas
cambiarán por sí solas cuando vuelvan las vacas gordas pero eso no será así. El único que ha tenido claro lo que puede pasar es Ramón Jáuregui -que cada día está más atinado- cuando ha advertido
que o cambian o los echan. Pues eso ,
como no cambien los van a echar a todos pero ...a gorrazos en las próximas elecciones .
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
21213 | Cuquiña - 14/05/2013 @ 18:08:07 (GMT+1)
Tus atinados criterios hoy no los comparto. No al pacto, la experiencia con el "Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo" que propuso Zapatero mientras cínicamente pactaba con Eta, demuestra que no son de fiar. Rubalcaba que todos los días pide la dimisión de Rajoy, ahora que se ve a punto de ahogarse, propone un pacto que es más o menos un Plan E, ya ha pasado su tiempo, sus oportunidades han sido muchas y las barrabasadas que ha hecho, por ejemplo el caso Faisán, lo dejan de embustero y para no creerle. Rajoy ha de gobernar, sin miedo al qué dirán las izquierdas, con más valor y poniendo fuera a muchos impresentables de las administraciones, ¡con valor¡
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