La regeneración de los partidos
lunes 13 de mayo de 2013, 09:50h
En estos
tiempos difíciles, los grandes partidos con capacidad de Gobierno no son lo que
eran. Están desvencijados, cuarteados y con tendencia al declive. Y, sin
embargo, siguen siendo imprescindibles para que el mecanismo democrático sea
viable y estable. Cada vez cumplen peor sus misiones que son seleccionar
políticos, proponer programas y soluciones y mantener un grado de confianza en
el electorado. Misiones fundamentales para mantener instituciones solidas y
duraderas sin las que la democracia representativa no sería practicable como
sistema de convivencia y se convertiría en la típica jaula de grillos de los
parlamentarismos en descomposición.
Los grandes
partidos no están para representar a alborotadores de plazoleta ni a
territorios folklóricos. Están para hacer visibles las tendencias predominantes
en la opinión ciudadana de una gran nación expresadas mediante el voto. No
votan las pancartas ni los territorios. Votan las personas de acuerdo con sus
intereses, sus esperanzas y sus ideas que configuran unas identificaciones
partidarias abiertas, variables y flexibles que no coinciden exactamente con
todos los puntos de los programas propuestos pero entienden su orientación
general y el grado de competencia o moralidad de las representaciones a
promover. Ningún político ni ningún ideólogo han sido capaces de inventar otra
manera de hacer operativa la participación popular de forma que, a través del
voto libre y voluntario se compongan grupos parlamentarios significativos que
reflejen, de la mejor manera posible, las tendencias predominantes en una gran
base humana.
Por tanto, el
que los grandes partidos se presenten hoy desvencijados, cuarteados y
declinantes y esta situación se detecte sociológicamente es un asunto grave.
Hay un desgaste natural que afecta al núcleo visible del partido gobernante,
explicable por los efectos negativos de una gestión inacabada. Hay, también, un
síndrome depresivo en la oposición que es más grave en cuanto no es producto
del desgaste natural del ejercicio del poder sino del desconcierto interno.
Pero no nos referimos a estos vaivenes oscilantes de la identificación entre
electores y partidos que se dan siempre y siempre pueden modificarse. Nos
referimos al desprestigio moral, a la crisis de liderazgo, a la vaciedad
ideológica, a la miniaturización de los cuadros dirigentes y al distanciamiento
de los sectores sociales básicos. Estos síntomas solo tienen dos desenlaces: La
crisis del sistema o su regeneración. Como la crisis del sistema sería lo peor
que podría suceder si se añadiese a las circunstancias críticas económicas y
sociales en que estamos inmersos, lo mejor sería la apuesta regeneradora a
medio plazo. Regeneración exige renovación, limpieza, audacia y buena comunicación,
todo lo que no abunda en el cerrado círculo partitocrático de nuestros días.
Pero es vital intentar regenerar el ambiente. El horizonte, a varios años
vista, con el que se conjetura como si todo fuese a seguir igual
indefinidamente, ha dejado de ser válido como referencia y de provocar ilusión
como proyecto. El dilema que deben afrontar los aún grandes partidos es
regenerarse profundamente o pudrirse lentamente.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
21206 | Pikertom - 14/05/2013 @ 14:24:26 (GMT+1)
Sólo una cosita, prenda mía. En cuanto al aborto, ¿por qué estas en contra de que las mujeres puedan hacerlo cuando el feto tiene malformaciones? Tu, precisamente, que estas malformada cerebralmente y que tanto sufrimiento te esta provocando al ser la comentarista que dice y escribe más imbecilidades que nadie, tenías que darte cuenta que el derecho de la mujer a abortar cuando crea necesario porque de su cuerpo se trata es un derecho que esta recogido en Los Derechos Humanos. Adiós, y no sufras tanto porque los ciudadanos estén en su derecho de ejercer su libertad.
21182 | Cuquiña - 13/05/2013 @ 22:57:09 (GMT+1)
Sr. Elorriaga, vd. que es del PP transmíta por favor la sensación de vacilación que el PP está dando en tantos asuntos, por ejemplo el del aborto, a ver si Celita Villalobos va a marcar el paso al PP cuando aún no se ha quitado de encima el pelo de la dehesa comunista. También sería bueno hacerles llegar que no puede gravitar solo sobre los contribuyentes el peso de la enorme crisis, y los políticos siguen con enormes subvenciones y sueldos por duplicado, se sigue dando un dineral a los sindicatos y patronal, hay demasiados asesores, sobra el Senado, cámara de la nada carísima incluyendo pinganillos, etc., etc. etc. y esas cosas y otras muchas no las tocan
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