Es entendible que algún trabajador de la enseñanza votara al PP porque
creyera todas o algunas de las promesas que formularon en campaña y que incluso
incluyeron en electoral. Pero visto lo visto, con los recortes que estamos
sufriendo y con las políticas retrógradas que imponen sin diálogo ni
negociación ninguna, no hay excusa que valga. No al menos para no secundar la
huelga general de mañana en defensa de la Educación.
Está clarísimo que el PP ya tiene las cartas echadas sobre la mesa en
cuanto a la privatización de los servicios públicos se refiere. Aquél que
todavía no haya abierto los ojos, sólo tiene dos opciones:
La primera es despertar de una vez por todas: ¡Despertar y luchar en
la calle por nuestros derechos!
La segunda es seguir mirando para otro lado.
De aquellos que se decanten por esta segunda opción, nos vamos a
encontrar con los que son de derechas acérrimos, de los que si el PP les dice
que las monedas son cuadradas, se lo van a creer. Luego estarán los ingenuos
que piensan que a ellos nos les va a tocar.
Estos últimos, amén de insolidarios con los 6.000 profesores
despedidos en la región y con las familias más desfavorecidas económicamente cuyos
hijos no van a poder seguir estudiando, son además unos ilusos.
Porque el deterioro de la enseñanza pública también les va a afectar a
ellos cuando se encuentren sin recursos materiales ni económicos en las aulas,
cuando se encuentren con clases desbordadas de alumnos con el aumento de ratios
y cuando, aún siendo funcionarios definitivos, se encuentren con
desplazamientos forzosos, incluso a otras provincias.
Esto va a ser debido a la poca matriculación de alumnos que va a haber
en las escuelas públicas, en las que tan sólo van a quedar inmigrantes e hijos
de familias humildes que no se van a poder costear centros privados o
concertados, que serán los mimados por los gobiernos del PP a costa de desmantelar
los públicos.
Por lo tanto, a todos aquellos que sigan mirando para otro lado
mientras el Gobierno ataca a la educación pública, a todos aquellos que quieran
seguir agachando las orejas y que dicen que no se pueden permitir costear una
huelga... yo les digo: "muy bien, no secunden ustedes esta huelga; pero tengan
dignidad y no vengan luego llorando por los pasillos"
Cuando el Gobierno deje sin materiales o sin calefacción a tu colegio,
no te quejes.
Cuando no puedas ponerte enfermo o tengas que multiplicarte si enferma
un compañero, no te quejes.
Cuando te recorten treinta veces la cantidad que dejarás de ingresas
por ir a la huelga, no te quejes.
Cuando te desplacen de colegio, de localidad o de provincia, no te
quejes.
Y así, hasta el infinito. Tenedlo en cuenta
J. David García Serrano
Secretario
General de la FE-CCOO
de Cuenca