Rubalcaba
pedirá un pacto de Estado en materia económico-social, pero Rajoy le responderá
que si quiere pacto, que apoye las políticas económicas emprendidas por el
Gobierno, empezando por la reforma laboral. Así de sencillo. De la
comparecencia de Rajoy este miércoles en el Congreso para debatir sobre la
situación económica no saldrá el pacto global que pide Rubalcaba, pero el
presidente va a 'ofertar' pactos puntuales en pensiones, ley de transparencia y
reforma de las Administraciones Públicas. Nada más.
"Aquí
ha habido mucha rueda de prensa y muy poca cocina por detrás". La frase, del
portavoz parlamentario del PP,
Alfonso Alonso, anticipa el resultado de la
comparecencia que este miércoles realizará
Mariano Rajoy en el Congreso: no
habrá ese gran pacto de Estado que dice querer el PSOE y que niegan tanto desde
sectores del PP y desde Izquierda Unida. Habrá, eso sí, un llamamiento de Rajoy
a que se pacten temas concretos, pero nada más: 'No habrá una vuelta al pasado',
dicen en el PP.
El
líder de la oposición,
Alfredo Pérez Rubalcaba, ha lanzado la idea de un gran pacto
de Estado entre partidos, agentes sociales e instituciones-algo así como una
versión moderna de los Pactos de la Moncloa de 1977- para salir de la
gravísima crisis económica que nos atenaza. Esa idea ha sido apuntalada este
martes por la portavoz parlamentaria,
Soraya Rodríguez, y por el portavoz en
el Senado,
Marcelino Iglesias, que le han planteado a Rajoy la necesidad de
afrontar la situación de la economía y del paro como de una auténtica "emergencia
nacional".
La
petición del pacto de Estado se hará expresa -para que conste en actas- este miércoles, en la
comparecencia a petición propia de Rajoy en el Congreso, pero en esa
comparecencia quedará patente y de forma explícita que 'no habrá foto'; es
decir, que no habrá un gran acuerdo entre partidos políticos. No, al menos, tal y como lo plantea el PSOE: "No nos haremos ninguna foto", dicen en el PP, que no están dispuestos a dar árnica al líder de la oposición.
Según
fuentes populares, Rajoy va a ofrecer dos
cosas: primero, que si quieren pacto, que apoyen las medidas económicas
adoptadas por el Gobierno, así como la Estrategia Española de Política Económica
aprobada el pasado 26 de abril por el Consejo de Ministros. Segunda, que si de
verdad quieren pactos, que lo hagan puntualmente en cuestiones tan importantes
como la reforma de las pensiones, la de las Administraciones Públicas y la de
la regeneración democrática, temas 'profundos' que se están debatiendo y sobre los que hay profundos desacuerdos.
"Situación
de emergencia nacional"Y ahí
se acaba todo, porque, como le dijo Rajoy en la sesión de control de
este martes en el Senado al portavoz socialista, Marcelino Iglesias, la
situación es la que es y que "lo que hay que hacer ahora es corregir los desequilibrios
y luego vendrá todo lo demás".
Iglesias
le planteó que 17 meses atrás, Rajoy calificó la situación de España de "emergencia
nacional", pero que ahora hemos ido para atrás y hemos entrado en recesión". Le
recordó también lo que "el inefable"
Esteban González Pons decía entonces: "Nosotros
aspiramos a que se creen en la próxima legislatura 3 millones de puestos de
trabajo", y que, sin embargo se han creado 800.000 parados más.
En
definitiva, y dado que "lo que era una crisis económica grave se ha convertido
en España en una crisis total", le planteó el pacto con una pregunta retórica: "¿Cuándo
ha dejado de ser el paro en España una emergencia nacional?", después de
afirmar que "coincidirá conmigo en que la emergencia es mayor", sobre todo "porque
acaba de anunciar a los españoles que abandonen cualquier esperanza durante
esta legislatura... Y eso no es sólo una declaración de incompetencia, es también
una crueldad".
En realidad, nadie quiere un gran pacto
Rajoy
no cayó en la provocación de Iglesias y se limitó a hacer lo que, según fuentes
populares, hará este miércoles en el Congreso: recordar a los peticionarios de
pactos que sí, que "el paro es el problema más importante que tenemos hoy los
españoles", pero que 'este elevado paro' es la consecuencia de los grandes
desequilibrios de la economía española acumulados durante la etapa de
Zapatero,
y que "lo que estamos haciendo es reducir esos desequilibrios; después vendrá
el crecimiento y el empleo. Pronto se producirán resultados que verán una
mayoría de españoles". Es decir, que la política económica no se va a variar.
Cerrado
en banda, Rajoy anunciará que continuará con sus políticas, algunos
de cuyos aspectos quiere pactar con sindicatos y empresarios, pero que no va a
dar una baza a Rubalcaba, al que consideran en el PP que su liderazgo está 'agonizante'
dentro del propio Partido Socialista.
En
el PP, además, creen que las propuestas presentadas por Rubalcaba tienen "serias
dificultades de viabilidad, de ser puestas en práctica", y en todo caso han
reconocido que desde el PSOE ni siquiera se ha intentado hacer '
cocina' por
detrás para llegar a un pacto público en este debate. Es decir, que no se ha
hablado nada y los pactos surgen de otra manera.
Por
otra parte, la izquierda real que representa Izquierda Unida no está en absoluto de acuerdo con lo que plantea el PSOE, y de hecho,
Cayo Lara va a acudir al debate
con el hacha de guerra levantada: va a pedir la dimisión de Rajoy y de su
Gobierno y el adelanto de elecciones generales. Así, desde luego, no hay posibilidad de pacto.
Y
por lo que respecta a los nacionalista vascos y catalanes, ningún gran pacto
tiene sentido con ellos si no lo es primero con el PSOE, salvo la financiación autonómica en el caso de
Cataluña, algo que, según fuentes del PP, llevan ya muy avanzado Rajoy y
Artur
Mas en su reuniones 'secretas', sin molestos testigos.
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