viernes 03 de mayo de 2013, 15:23h
La
pregunta que me vengo haciendo desde hace muchos años es si los datos
trimestrales del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) tienen la misma
fiabilidad que las oleadas del Estudio General de Medios (EGM). A los que no
entendemos mucho de encuestas nos resulta complicado aceptar que una cadena de
radio haya perdido 128 oyentes (un suponer); es mucho afinar en base de unos
pocos miles de preguntas. Pero tampoco
importa demasiado porque como dicen que dijo Churchill en cierta ocasión "Sólo me fío de las estadísticas que yo mismo he
manipulado" Y tenía razón.
Pero
pese a todo resulta tremendamente interesante reflexionar sobre algunos datos
que se ofrecen en esta nueva entrega del CIS, datos que se repiten por desgracia
y que deberían colocarse en todos los despachos del PP y del PSOE
fundamentalmente. Porque al margen de las cifras que recogen la intención de
voto, aparece una especie de colofón que resume la situación anímica de este
país: la mayoría de los encuestados, hasta un
37% del total, valoran la gestión del Gobierno como "Muy Mala" y un 55,8 % dice no inspirarle ninguna
confianza el presidente Mariano Rajoy. Pero te vas a ver lo que opinan de la oposición socialista y tampoco
los datos resultan tranquilizadores: el 38,5% la califica como "Mala"
mientras que su todavía líder, Rubalcaba no inspira confianza a un 53% de los
españoles.
Pues así
estamos, entre el muy mal y el mal y desconfiando de quienes marcan el paso de
nuestra política. Luego entramos ya en el detalle y aunque el PP sigue a la
baja y pierde un punto en la intención de voto respecto a los datos de hace
tres meses, va el PSOE, que ni gobierna, y pierde dos. Así las cosas la gran
duda es si alguien en el seno de Génova y Ferraz se preguntan qué está pasando
y por qué lo están haciendo tan mal.
Y no se
trata de cargar contra los socialistas, pero que baje el partido que sostiene a
un Gobierno empecinado en un ajuste duro y polémico y que está soportando una
situación tan grave, entra dentro de lo previsible. Lo que no resulta nada
fácil de entender es lo que está ocurriendo en el PSOE, esa caída permanente en
todas las encuestas y que no tiene una explicación sencilla. Algo no funciona
en las entrañas mismas del partido porque no es normal esta situación sin el
castigo que casi siempre provoca la gobernación. Y no parece que el responsable
sea Rubalcaba necesariamente. Tengo para mí que el artífice del desastre fue
Zapatero y los amargos frutos que ahora se están cosechando, los plantó en su
día ese personaje raro que llegó a la secretaría general gracias a un puñado de
votos negociados; llegó sin pasado y se fue sin futuro. Ahora el socialismo
español está recogiendo sus errores: la crisis con el PSC, las luchas internas
por el poder y la herencia de unos años de gobierno en los que se equivocó todo
y en todo. ZP y los suyos -salvo algunas excepciones hay que recordar cómo eran
los suyos- laminaron cualquier posibilidad de dialéctica y para evitar
conflictos internos, decían que sí a todo. Y no puede ser.
Todo lo
que se hundió entonces para que no se vieran más que sonrisas y talante, empieza
ahora a flotar y lleva a la sociedad española a debatirse entre el muy mal al
Gobierno y el mal al principal partido en la oposición. Por suerte teneos a IU
y a UPyD que siguen subiendo -aunque no lo que bajan los dos grandes- y cierran
por ahora el camino a experimentos a la italiana y a partidos de
extrema-lo-que-sea que suelen ser el cáncer que crece en situaciones tan
límites como la que estamos viviendo.