Multas diarias a las administraciones públicas
Europa coge la sartén por el mango: tolerancia cero con la morosidad
lunes 29 de abril de 2013, 08:26h
La morosidad es a las Administraciones lo que el crédito a los bancos. Dos de las principales causas que han provocado la desaparición de miles de pymes y empleos. Algo que ni el Gobierno de Zapatero ni el de Rajoy han sabido solucionar, a pesar de que el plan de pago a proveedores, que tendrá una segunda entrega en 2013, ha sido el primer ensayo positivo. Pero Bruselas se dispone a dar el paso definitivo. Sanciones ejemplares e incluso multas diarias a las entidades públicas que no cumplan con la ley, pagar lo que deben en 30 días.
Hace poco más de un mes España transpuso la directiva
europea 2011/7 de plazos de pago, que obliga a las Administraciones públicas a
pagar sus facturas comerciales a un máximo de 30 días y a las empresas, a 60
días. Ninguno de los dos plazos se cumplen en la actualidad, un problema que
preocupa y mucho a autónomos, empresarios y gobernantes.
Ante esta situación, la Comisión Europea va a aplicar
una política de tolerancia cero con la morosidad. Aquellas empresas y
Administraciones que retrasen el pago de sus facturas se verán obligadas a
pagar el interés de demora, situado en el 9%, y si el conflicto llega al
Tribunal de Luxemburgo, se exponen a multas diarias. Multas que el Ejecutivo
español ha fijado en 40 euros.
Hasta ahora ninguno de los esfuerzos acometidos por el
Gobierno han surtido los efectos deseados. En 2010 se puso en marcha una ley
que marcaba plazos que han sido reiteradamente incumplidos. Y el año pasado se
puso en marcha el plan de pago a proveedores, dotado con más de 27.000 millones
de euros. Una medida que, según la Plataforma multisectorial contra la
morosidad, "generó expectativas y aplausos entre los analistas; su
ejecución, que provocó un sentimiento de satisfacción generalizado entre los
afectados, fue todo un éxito en cuanto a rapidez, organización y oportunidad,
cobrándose deudas en algunos casos muy antiguas". No obstante, el problema es
que "los pagos se produjeron de manera puntual, singular y sin continuidad, por
lo que las Administraciones públicas han comenzado a acumular nuevamente
facturas impagadas correspondientes a 2012".
Según los últimos datos disponibles, las
Administraciones pagan a una media de 160 días, cinco veces más del límite
legal, y las empresas a 92 días, un 50% más. Según la Federación Nacional de
Asociaciones de Autónomos ATA, el 90% de las Administraciones y el 64% de las
empresas incumplen la normativa. Desde el estallido de la crisis en España han
echado el cierre 450.000 empresas y se han destruido más de 3,8 millones de
puestos de trabajo. ATA considera que el repunte de la morosidad ha sido el
principal causante de la pérdida de puestos de empleo en España. Así, las tres
comunidades que mejor se ciñen a los plazos de pago (País Vasco, Navarra y La
Rioja) son las que menor desempleo registran. Sin embargo, aquellas que peor
pagan, como Andalucía, Extremadura, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha,
son las que más tasa de desempleo acumulan.
Con pies de plomo
Asociaciones de autónomos y pymes opinan que las
nuevas disposiciones son positivas aunque consideran complicado que, dada la
media actual de plazos de pago, sean pocas las administraciones que se libren
de liquidar, además del principal de la deuda y sus intereses correspondientes,
los 40 euros de sanción por mora.
Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de ATA,
considera que "el Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer, estableciendo
este régimen sancionador" y de este modo "empezar a corregir y
mentalizar a las Administraciones públicas, las primeras que deben dar ejemplo,
de la necesidad de quitarse la morosidad como problema y dejar de financiarse a
través de los proveedores, tal y como vienen haciendo hasta ahora".
Sebastián Reyna, secretario general de la Unión de
Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), opina que "las
Administraciones públicas recortarán los plazos de pago muy progresivamente y
se irán acomodando y ordenando, según los niveles de contratación y deuda
futuros".
Otra cuestión que se pone en tela de juicio es la
relativa al cumplimiento de plazos e intereses de demora por parte de las
empresas privadas. UPTA considera que se debería establecer una fórmula que
facilitase el ejercicio de la acción directa contra el contratista principal
cuando el intermediario no pague, algo que, por otro lado, ya recoge el
Estatuto del Trabajador Autónomo, en su artículo 10.
En palabras de Reyna, todas estas nuevas medidas
"vienen bien porque aprietan a las empresas que tienen que pagar a
autónomos o pymes subcontratadas, pero la propia posición de debilidad del
autónomo queda siempre condicionada por lo que el cliente le pide".
Antonio Cañete, secretario general de PIMEC (Micro,
Pequeña y Mediana Empresa de Cataluña) afirma que "se han puesto los
puntos sobre las íes" y destaca aspectos muy positivos de la
transposición. No obstante Cañete matiza que "establecer un régimen
sancionador de 40 euros no es suficiente" y considera que España se ha
acogido a la base mínima de lo que dicta la normativa europea, ya que ésta
permite a los Estados ser más severos en la fijación de las cuantías económicas
sancionadoras.
Nuevo plan antes del verano
El segundo plan de pago a proveedores forma parte de
la negociación que el Gobierno mantiene con Bruselas para la flexibilización
del objetivo de déficit, por lo que el Ejecutivo ultima el diseño de este nuevo
paquete de estímulo a la economía real para saldar las cuentas pendientes y obligar
a empresas y Administraciones a que cumplan lo marcado por la ley. Hacienda no
ha desvelado sus características, pero sí ha filtrado el importe aproximado del
mismo: unos 15.000 millones de euros, cifra que sin embargo debería subir a los
17.000 o los 18.000 millones para poner el contador a cero. Y la intención del
Ejecutivo es que se ponga en marcha antes del verano.
Una vez que se hayan saldado todas las deudas, el
Ejecutivo establecerá un nuevo mecanismo para que los plazos de pago de las
Administraciones con sus proveedores no superen en ningún caso los 30 días.
Para ello, cualquier pyme o autónomo que no cobre una factura en ese plazo
podrá ir a la ventanilla de Hacienda y pedir que se le abone la deuda.
Posteriormente, Hacienda se encargará de recuperar el dinero detrayendo su
importe de las transferencias que anualmente realiza a las comunidades
autónomas y los ayuntamientos.
En esos dos meses que previsiblemente quedan para la
presentación oficial del nuevo plan de pago a proveedores, el Ejecutivo tendrá
que limar algunos aspectos sin detallar y que han sido denunciados
insistentemente. Por ejemplo, cómo va a recuperar el dinero de entidades, como
hospitales o universidades, a las que no realiza transferencias
presupuestarias, cómo va a obligar a las empresas a cumplir los plazos fijados
en la ley o qué mecanismo va a establecer para que las grandes contratas estén
obligadas a pagar sus deudas a las subcontratas, algo que no sucede ahora.
Además
de cumplir el plazo de pago de 30 días, el ministro Montoro tiene otro objetivo
que no puede saltarse: el tope de déficit público que le marca Bruselas para el
año 2013. Este objetivo hoy está fijado en el 4,5%, pero el Gobierno español
está negociando con las autoridades europeas una ampliación hasta el 6,3% que
figura en el nuevo cuadro macro presentado el pasado viernes. Ese punto y medio de más que Bruselas estaría
dispuesta a dar a España está muy ligado a que, de una vez por todas, las
Administraciones españolas dejen de guardar facturas en el cajón y se
pongan al día de verdad en sus pagos.
Pero
no todo el margen adicional de déficit iría a pagar a proveedores, ya que la UE
también quiere poner fin a las prácticas de factoring y confirming que muchas
entidades locales y autonómicas están utilizando para financiarse sin
incrementar su déficit, pero que va en detrimento de sus proveedores. El
déficit oculto estimado que podría estar detrás de estas prácticas va de 2.000
a 3.000 millones de euros.