Robos, despistes y responsabilidades
sábado 27 de abril de 2013, 10:59h
Vamos a ver si nos aclaramos que aquí todos se empeñan en montar el
guirigai para eludir su responsabilidad. Si a mí se me olvida hacer la
declaración de la renta uno o dos años porque tengo otras muchas cosas
de qué ocuparme, estoy seguro que, antes o después, me llaman de la
Agencia Tributaria y me hacen pagar una multa de mil pares de
cataplines, y si por un despiste me salto un semáforo en rojo, el
guardia de turno ya se encargará de ponerme una sanción por más que yo
le perjure que no era mi intención y que no me había dado cuenta. Si a
cualquier ciudadano se le exige un cumplimiento a rajatabla de algunas
normas de convivencia, so pena de sufrir un castigo ecnómico ¿por qué no
se le exige lo mismo a los políticos que nos gobiernan? Viene todo esto
a cuento de unas declaraciones realizadas por el ex presidente del
Gobierno, Felipe González, en Antena 3 sobre las responsabilidades políticas de sus conmilitones Manuel Chaves y José Antonio Griñán en el turbio asunto de los EREs fraudulentos de la Junta de Andalucía.
Dice González que hay que
diferenciar entre los políticos que "pueden cometer un error" y los que
"se están llevando dinero" y, en ese sentido, ha defendido que puede ser
que el expresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves o el actual
jefe del Ejecutivo andaluz, José Antonio Griñán, rectifiquen por
algo
relacionado con los ERE fraudulentos pero que son "absolutamente
honrados". Y añade: "Es inevitable que los seres humanos metan la pata,
son evitables dos
cosas, que no metan la mano y que cuando metan la pata la saquen
pronto". Vale, Felipe, admitimos pulpo como animal de compañía, pero,
por Dios bendito, no os hagas comulgar con ruedas de molino porque es
absolutamente ridículo creerse que durante diez años se hayan perdido
cientos de millones de euros de las arcas públicas (miles de millones de
las antiguas pesetas, que se dice pronto), muchos de los cuales han ido
a parar al bolsillo de señalados militantes socialistas, y que nadie le
dijera nada ni a Chaves ni a Griñán ni al ojo del Gran Hermano, Gaspar
Zarrías, que controlaba todo cuanto ocurría en Andalucía, más aún cuando
a ambos el interventor de la Junta les advirtió repetidas veces y por
escrito de las irregularidades y nadie le hizo el menor caso. ¿Por qué
será?
Con todo lo que ya es de traca es la apostilla que le ha hecho Manuel Chaves a su ex jefe. Afirma Chaves que "nadie ha puesto en cuestión la honestidad del actual presidente de la
Junta ni la mía", y ha
resaltado que González también ha dicho que "cuando se tienen
determinadas responsabilidades es muy difícil controlar todo lo que pasa
en una administración", ya que "cuando hay cientos de
directores generales y subdirectores generales y se toman miles y miles
de decisiones, después es imposible controlar desde la Presidencia de la
Junta". Venga, don Manuel, no nos tome por tontos a los andaluces
pese a llevar votándoles más de cuarenta años. Ni usted tenía cientos
de directores generales en sus gobiernos por muy inflada que estuviera
entonces la Administración andaluza (a lo sumo algo más de medio
centenar), ni en toda su larga vida como responsable político en Sevilla
y Madrid (más de cinco lustros, desde 1986 hasta 2012, entre ministro y
presidente de la Junta) ha tomado usted más de un centenar de
decisiones importantes, así que no se escude en pamplinas y hágale caso a
Felipe cuando les aconseja a usted y a su heredero Pepe Griñán que
asuman alguna responsabilidad en lo de los EREs aunque sea para
reconocer su propia incapacidad e ineptitud. Por cierto, tenga cuidado
que la Justicia ha vuelto a reabrir en Huelva el Caso Matsa, sí el de su hija Paula y
la subvención de diez millones a su empresa minera, y puede que su
familia, ultimamente tran tranquila, vuelva a ocupar titulares.
Con
estos antecedentes no me ha extrañado nada que en la Delegación de
Medio Ambiente de Almería se hayan "perdido" de la noche a la mañana
300.000 euros sin que nadie sepa quién y para qué se los ha llevado. Y,
claro, el consejero Luis Planas no va a pedirle a sus
subordinados responsabilidad alguna por esta nimiedad después de que su
jefe directo haya declarado que no se enteró de que había defraudado mil
millones en la Consejería de Empleo durante diez años. Digo yo que
alguien, además de la jueza Mercedes Alaya, debería de pedir
responsabilidades a estos "despistados" que se han olvidado de controlar
el destino de tantos millones del presupuesto que tenían que haber
llegado a algunos del millón y medio de los parados andaluces. Y si a mí
me multan por saltarme un semáforo, por aparcar indebidamente o por
olvidárseme hacer la declaración de la renta ¿por qué todos estos se van
de rositas? El día en que los responsables políticos tengan que dar
cuenta de su gestión ante los ciudadanos y se les pidan cuentas, será el
día en el que la verdadera democracia -el gobierno del pueblo- ha
conseguido arraigarse en los sistemas occidentales. Y un dato a tener en
cuenta, de los 1661 casos de corrupción que los jueces están
investigando en España, 656 causas, un cuarenta por ciento del total,
han sucedido en Andalucía, Elemental, querido Pepe.