Privilegios injustificados
viernes 26 de abril de 2013, 17:20h
Cada día que pasa aumentan los ejemplos que
evidencian el distanciamiento entre la clase política y la ciudadanía
que les vota y les percibe como seres privilegiados a los que oímos
hablar de austeridad, de recortes salariales, de que hay que apretarse
el cinturón, pero resulta que ellos no se aplican la medicina que
recetan.
El último caso de esa doble vara de medir lo hemos conocido
por una decisión del Tribunal Supremo que ha inadmitido una querella
presentada por DRY -una asociación nacida al calor del 15 M-, que llevó a
los tribunales a medio centenar de diputados -entre otros, el
presidente del Gobierno, el de las Cortes, varios ministros y diputados
de diferentes partidos- por percibir, con cargo al presupuesto del
Congreso y amén de su sueldo como diputados, una dieta de 1.823 euros
los elegidos en circunscripciones distintas a Madrid y 870 euros los que
lo fueron por Madrid. Complemento en concepto de "gastos que sean
indispensables para el cumplimiento de su función".
Este complemento siempre tuvo la consideración de ser una ayuda
para pagar vivienda en el caso de quienes no residían en Madrid y en esa
creencia -ahora desmontada por el Supremo- parece que estaba fundada la
denuncia por ser, desde luego, muy llamativo que exista una partida
adicional de gastos a favor de quienes ya disponen de residencia propia
en la capital como es público y notorio en el caso del señor Mariano
Rajoy, ilustre inquilino del Palacio de La Moncloa.
Conocido el auto del Supremo, el asunto queda zanjado en clave
judicial, pero no así en un registro que podríamos llamar sociológico.
Vivimos un tiempo en el que las estadísticas del paro (seis millones
doscientos mil desempleados) viene acompañados de datos que describen el
rostro lacerante de la pobreza que se ha instalado en el hogar de un
millón setecientas mil familias en las que no entra ya ninguna ayuda
pública y viven gracias a la mano que les tienden Caritas. No es
demagogia denunciar lo que resulta lacerante. El mencionado complemento
será todo lo legal que haya establecido el Tribunal Supremo pero se
torna agravio cuando se ve que hay ciudadanos que consideran normal
blindar sus privilegios al tiempo que a otros se les condena a la
intemperie. Y luego se quejan de lo que opinan de ellos en las
encuestas.