Visto que es inútil seguir pidiendo que
se deje ya de incidir en la austeridad, ateniéndonos a los resultados de una
EPA demoledora, para que se inicien políticas de impulso con carácter urgente
ante... el drama, la emergencia en la que nos encontramos con los datos del
paro, creo que es hora de proponer un cambio de nombre. Bueno, lo haré otra
vez. ¡Por favor, es hora de iniciar políticas de impulso para favorecer el
crecimiento y la creación de empleo! Ya.
Ahora sí, vamos con los conceptos. Me
parece que lo de seguir llamando parados a los parados es un insulto, cuando
menos es irrespetuoso.
¿Saben el trabajo que supone buscar trabajo? Para
empezar, el que se ha quedado sin trabajo en los últimos días sigue tirando de
agenda de teléfono y llamando a las puertas más cercanas para tantear el
terreno, labor que le lleva buena parte del tiempo que está sin ir al trabajo,
al que antes acudía a diario, ajeno a la desesperanza que se respira en la
calle. El resto del tiempo lo va ocupando en lo que no podía hacer antes,
atender más la casa, a la familia... ¿o es quizá la familia la que atiende más al
parado? En fin, son días en los que uno trata de recomponerse, analiza el
entorno, y en los que aún alberga la esperanza de que es una situación
transitoria. Poco a poco el polvillo de esa desesperanza se va metiendo por la
nariz, impidiendo que llegue el oxígeno, y convirtiendo el paro en ese agujero
negro que se va llevando la ilusión y te va consumiendo. Te engulle.
Pasan más días y por lo general el que se
ha quedado sin trabajo se ha puesto a estudiar. Algunos se han decantado por
los idiomas, otros por los cursos on line
de última generación, con tutor virtual y todo lo necesario para los trabajos
del futuro -ja, ¿qué futuro?-. Ahí ya tenemos una horas del día que tenemos
"ocupadas". Y ojo, que el desempleado sigue buscando trabajo. Cada mañana se
mete en los portales de empleo a los que se suscribió, se apunta a las ofertas
que le llegan. Rellena los formularios interminables con preguntas de todo
tipo, algunas tan elocuentes como ¿Por qué te has interesado por este trabajo?
Pues primero porque estoy en paro, y segundo porque es lo que más se ajusta a
mi perfil, aunque no del todo porque ahora el perfil ideal es de hacer bien el
trabajo que has hecho siempre, pero con titulo de experto en desarrollo y
programación de aplicaciones para todos los soportes informáticos que te puedas
imaginar, y sin olvidar los siete idiomas que siempre quisiste saber, pero que
ahora no vale con hablarlos, tiene que ser "nativo". ¿En cuántos países puede
nacer uno?
Y luego vas a tus entrevistas de trabajo,
sigues exprimiendo la agenda, te mantienes haciendo chapucillas aquí y allá sin
cobrar, cuidas de los hijos, han pasado por tu cabeza proyectos de empresa que
nunca verán la luz, ¿o si? Y todas esas noches sin dormir.
Señoras y señores, los habrá que cojan el
paro como unas vacaciones, pero no son mayoría. El paro es un drama como pocos,
desestructura la sociedad, debilita la democracia, destruye familias, hunde la
autoestima y consume a las personas. Sólo llegado este momento es cuando uno
está realmente parado. Hasta entonces, y mientras no activen las políticas de
impulso en vez de las de machacar al personal, dejen de llamarnos parados.
Javier
D. Bazaga
Periodista
http://javierdbazaga.wordpress.com/