¿Subir los impuestos?

Imagínense metidos en un hoyo de tres metros de profundidad y del que obviamente nos resulta difícil salir. Tenemos un pico a nuestro lado. ¿Qué podemos hacer? Solo a un loco se le ocurriría ponerse a cavar para hundirnos cada vez más y convertir en imposible volver a ver la luz.
 
Mariano Rajoy confiesa que no subirá más los impuestos, ni recortará los gastos, salvo que las previsiones económicas empeoren y el déficit se descontrole. Pretende seguir cavando en el mismo hoyo. Porque, precisamente, por subir los impuestos y por recortar los gastos, el hoyo es más profundo y el déficit paradójicamente es mayor.

La trampa en la que está la economía española exige prudencia y pulso de cirujano. Subir los impuestos a los españoles hace que el consumo se derrumbe tal como está sucediendo. Los recortes y el número de parados provocan, para mayor abundamiento, una caída aún más vertical precisamente de dicha variable: el consumo.

Los empresarios, ante esta depresión del gasto, reducen la inversión y se muestran poco dispuestos a producir para no poder vender. Sin consumo, sin inversión, la demanda que es la suma de ambos, forma un socavón que Rajoy trata de hacer cada día más profundo insistiendo pico en mano en el error.

A pesar de ver algo de luz en la demanda exterior derivada de una competitividad espuria al reducir los costes laborales, ésta sin embargo no compensa la recesión en la demanda interna que es a la postre el motor de nuestro crecimiento.

La ausencia de crédito asfixia a todos aquellos que permanecen impertérritos en la oquedad observando como Guindos y Montoro no cejan en su empeño de cavar y cavar.

Sin demanda la producción parece abocada a una depresión similar que lleva a la ocupación a una considerable caída y la tasa de paro al veintisiete por ciento previsto por el Banco de España.

Una depresión que hace que los ingresos públicos se derrumben (a pesar de haber subido los impuestos) y que por lo tanto aumente el déficit público como una pescadilla que se muerde la cola.

Sólo una verdadera ingeniería en la que aumenten los gastos de inversión y se fomente el crecimiento, una reforma fiscal que obtenga recursos donde (créanme) los hay en vez de multiplicar el esfuerzo fiscal de los españoles y una reforma financiera que aliente el crédito, nos sacará de la cava.

Mientras tanto, Rajoy amenaza con seguir cavando, Guindos dispuesto a hacer más profunda la oquedad y Montoro a convertir en un pozo nuestro futuro.   

@AntonioMiguelC