De los orígenes y la evolución humana
lunes 22 de abril de 2013, 08:20h
A Darwin debemos la conciencia
de saber que el ser humano es un primate,
de descubrir las coincidencias físicas y genéticas que demuestran
que el Homo sapiens, está estrechamente relacionado con chimpancés y
gorilas.
Sabido es también que las características físicas y de comportamientos
comunes a todos los seres humanos han ido evolucionando a lo largo de varios millones
de años. En todo este tiempo el hombre ha adquirido
la capacidad de andar erguido
sobre los dos pies, ha formado un cerebro grande y complejo que le ha
permitido fabricar y utilizar
herramientas, comunicarse a través
del lenguaje o el arte. Pero también de
utilizar su inteligencia con fines
deleznables, espantosos, incluso
en contra de individuos de su
propia especie.
Humanum est
Digo esto más de
un año después de conocer la existencia
de unos sujetos apodados 'Tigres
de Arkan' que la policía española detuvo en Valencia hacia marzo de 2012, como autores del
asesinato del primer ministro serbio Zoran Djindjic y sospechosos de más
de una veintena de muertes más. Aunque el grupo solía actuar
en Serbia, su país de origen, y en Centroeuropa,
finalmente sus integrantes fueron
detenidos en la ribera española del Mediterráneo, hasta donde
llegaron para dejar huella de sus exclusivas e inimitables prácticas. Entre ellas, la de descuartizar y repartir los restos
de alguna de sus víctimas por diferentes puntos para dificultar su
identificación; partir los cuerpos en pedazos para intentar después diluirlos en ácido,
o montarse una comilona,
después de cocinar
a sus propias víctimas tras
matarlas a martillazos.
Habilidades, instintos o
facultades como las
desarrolladas por los "Tigres de Arkan "-estoy seguro de ello- han
debido poner en pie de guerra a los primates
hasta el punto de negarse a
compartir con nosotros cualquier parentesco
antropológico, a negar la existencia de
un antepasado común entre ellos,
primates, y nosotros, hombres.
No hace falta traer aquí más
ejemplos para colegir que
estos congéneres serbios -¡angelitos ellos!- no son
precisamente el orgullo de la especie humana. Con todo, lo peor es que
no están solos y que cada día
podemos encontrar ejemplos
parecidos de abusos, violencia y terror extremos en cualquier parte del globo (Siria, Mali, Nueva York o Madrid, por
poner sólo algunos de los
innumerables ejemplos que aquí
tendrían cabida...).
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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